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Sismos de septiembre 2017: diez lecciones vitales que no debemos olvidar

El paso de los días nos aleja del minuto cero de los terremotos y nos acerca al momento para realizar una primera reflexión.

Septiembre de 2017 marcó un “antes y un después” en la memoria del país y en la historia de cada uno de nosotros. Los sismos fueron la irrupción de una poderosa fuerza con la capacidad de transformar en unos segundos nuestra vida y el entorno, en algunos casos de forma trágica y permanente.

Dice la sabiduría popular que el tiempo lo cura todo. Pero no debemos olvidar. No podemos darnos el lujo de pretender regresar al día anterior a los sismos.

Este puede ser un momento adecuado para realizar una reflexión sobre las lecciones que nos dejó el terremoto y los días inmediatos de la emergencia.

La distancia determina la fuerza con la que nos llegará un sismo

El sismo del 7 de septiembre del 2017 fue de una elevada magnitud no vista en décadas; la sacudida en la CDMX fue notable, pero no provocó un desastre. Sin embargo, en el 19-S fue desconcertante descubrir que un sismo de menor intensidad pudo ser destructivo en la CDMX y la zona centro del país.  

Los geólogos respondieron y explicaron que la fuerza con que las ondas sísmicas golpean a una región viene determinada por la distancia que han recorrido desde el punto del epicentro y su profundidad, perdiendo fuerza conforme se alejan del origen y se propagan en distintos tipos de terreno.

Esto explica porque el sismo del 19-S (7.1 grados), generado entre Puebla y Morelos, sacudió -por su cercanía- de forma más violenta a la CDMX; en cambio, el del día 7 (de 8.2 grados), tuvo un epicentro a 650 km de la capital del país y esto atenuó su impacto.

Alerta sísmica, no sabemos con cuántos segundos contamos

La señal de alerta sísmica nos previene segundos antes del arribo de ondas sísmicas potencialmente destructoras.

A grandes rasgos funciona de esta forma: sensores ubicados en regiones catalogadas de gran actividad sísmica se activan cuando detectan el inicio de movimiento de gran magnitud, entonces envían una señal a través de ondas de radio, que viajan más rápido que las ondas sísmicas.

Entre más lejos sea el epicentro, mayor ventaja tomará la señal de radio sobre las ondas sísmicas. Y esto se traduce en tiempo, ventaja decisiva para actuar y resguardarse.

A veces, como en el 7 de septiembre, la señal de radio activa la alerta sísmica 90 segundos antes de que se registre el temblor. Sin embargo, en sismos tan cercanos a la CDMX, como el del día 19, las ondas sísmicas y las señales de radio llegan casi al mismo tiempo, activando la alerta casi de forma simultánea.

Por eso durante la alerta sísmica no podemos saber si contamos con 1 o 90 segundos de advertencia, y cada segundo puede representar la diferencia entre una tragedia y salvar la vida.

Instantes de angustia posteriores al sismo (AP)

Adiós escala Richter arriba de los 6.9 grados

Para cuantificar la fuerza de los sismos de septiembre, los especialistas los manejaron simplemente como grados (8.2 y 7.1), sin la especificación “Richter”. ¿Por qué?

Toda la vida hemos escuchado que la magnitud de los sismos se mide con la famosa escala Richter. Sin embargo, para los sismos superiores a los 6.9 grados los científicos utilizan desde hace algunos años la llamada escala de magnitud de momento (Mw).

Esta escala se basa en la medición de la energía total liberada en un terremoto y tiene la ventaja de ser más precisa en valores altos; además, debido a que en los primeros grados ambas coinciden en parámetros, la escala de magnitud de momento puede manejarse como una “ampliación” de la Richter.

Perros rescatistas, el mejor amigo de un sobreviviente

Además de conmovernos por su entrega sin reserva, los perros que participaron en labores de rescate fueron fundamentales para localizar a decenas de sobrevivientes bajo los escombros. ‘Frida’ y compañía se ganaron el corazón de los mexicanos y se volvieron símbolo de la nobleza de estos animales.

Perros de la Marina, UNAM, Policía Federal y de particulares pusieron en práctica su entrenamiento para adentrarse en los escombros y alertar sobre la presencia de personas con vida o de cuerpos sepultados, guiados por su poderoso sentido del olfato.

No solo refrendaron su papel como el ‘mejor amigo del hombre’, sino que nos demostraron los alcances de su prodigiosa nariz, dotada con células receptoras de olores en un número 60 veces mayor que la de los humanos.

Frida es uno de los binomios caninos de la Marina (AP)

El triángulo de la vida puede ser una trampa mortal en México

La famosa técnica de supervivencia utilizada en Estados Unidos conocida como el “triángulo de la vida” en nuestro país no es muy recomendable.

El “triángulo de la vida” consiste en colocarse agachado al lado de un mueble sólido (como una mesa, un escritorio o un refrigerador), apostando a que si algún objeto cae, pegará primero sobre esta estructura y formará un ángulo que nos permitirá sobrevivir bajo ese pequeño espacio.

Sin embargo, debemos considerar que en EU las casas están hechas de materiales ligeros, como madera o muros prefabricados, y en nuestro país la mayoría de las edificaciones están construidas con materiales muy pesados, como concreto y ladrillos, que al caer fácilmente aplastarían la estructura bajo la cual buscamos resguardo.

Diagrama del Triángulo de Vida (Twitter)

No sólo es fangoso, el subsuelo de la CDMX tiene fracturas

Sabemos que la Ciudad de México fue edificada sobre el lecho del antiguo lago de Texoco y que este subsuelo fangoso amplifica el impacto de las ondas sísmicas. Pero, además, nos hemos enterado que investigadores de la UNAM estudian la aparición de fracturas geológicas en la CDMX.

El mapeo realizado por el Centro de Geociencias arrojó que 15 de 16 delegaciones se encuentran afectadas por las fallas en el suelo, aunque las delegaciones que registran una mayor cantidad son Benito Juárez, Cuauhtémoc, Iztapalapa, Tláhuac y Xochimilco.

Comparando los sitios dañados por los sismos de 1985 y 2017, los científicos identificaron que los edificios colapsados se encuentran en las zonas con más fracturas: las delegaciones Benito Juárez y Cuaúhtemoc.

De acuerdo con esta investigación las fracturas se pueden cartografiar y predecir hacia dónde se propagarán, lo que permitirá planear mejor la reconstrucción de la infraestructura dañada por los recientes sismos.

Fallas del Valle de México (UNAM)

La losa plana está prohibida en países con alta sismicidad, pero no en la CDMX

De acuerdo con la agencia AP, ingenieros estructurales de la Universidad de Stanford señalaron que 61% de los edificios que se derrumbaron en la CDMX con el sismo del 19-S fueron diseñados bajo una técnica llamada de “losa plana”, la cual está prohibida en partes de Estados Unidos, Chile y Nueva Zelanda, ubicadas en zonas de alta sismicidad.

En este método de construcción los pisos son sostenidos por columnas de cemento, sin paredes reforzadas ni soportes laterales, permitiendo mayor flexibilidad y techos más altos en el edificio.

Sin embargo, en un sismo fuerte estas estructuras suelen moverse demasiado, lo que puede provocar que las columnas y las conexiones entre las losas lleguen a fracturarse, generando el colapso del inmueble.

Se ha reconocido que tras el sismo de 1985 las autoridades de la ciudad mejoraron los reglamentos de construcción; sin embargo, la técnica de la losa plana no fue considerada entre las reformas y no está prohibida, por lo que su aplicación queda en las manos de los arquitectos e ingenieros.

Mensajería, la mejor comunicación inmediata tras el sismo

Tras un sismo es natural que todo mundo intentemos comunicarnos vía telefónica con nuestros seres queridos, pero lo único que provocamos es saturar las líneas fijas y móviles y no completar nuestras llamadas. Además de que algunos teléfonos fijos dejan de funcionar cuando hay algún corte de electricidad.

Considerando este problema, los expertos en telecomunicaciones recomiendan como mejor opción enviar mensajes de texto SMS o de mensajería instantánea, como Whatsapp o Messanger.

Técnicamente una llamada de telefonía ocupa una línea de forma exclusiva para establecer una conexión, mientras que los servicios de mensajería sólo utilizan el espacio que ocupan los datos enviados, sin necesidad de establecer todo un canal.

En la experiencia del S-19, la vía de las redes sociales y las apps de mensajería fueron la mejor opción para comunicarse tras los primeros minutos del sismo.

Edificios bajos o altos pueden sucumbir ante diferentes ondas sísmicas

Se ha destacado que la mayoría de edificios que se cayeron en la CDMX tras el sismo eran de pocos pisos, entre 4 y 7, a diferencia de lo que aconteció en 1985, cuando muchas edificaciones derrumbadas tenían entre 12 y 20 pisos.

Expertos de la UNAM explicaron que los edificios reaccionan de manera diferenciada con cada tipo de ondas sísmicas que reciben del subsuelo. En el temblor del 19 de septiembre del 2017, las ondas fueron muy cortas, menores a dos segundos, por la naturaleza del sismo y un epicentro cercano a la CDMX, lo que impactó de forma más violenta a los inmuebles bajos; contrario a las ondas sísmicas del terremoto del 85, que presentaron una oscilación más larga.

Es decir, las construcciones altas son más vulnerables a las ondas de mayor duración y los edificios bajos se ven más afectados por las ondas con periodos cortos, como fue en el caso reciente del 19-S.

Edificios dañados por el sismo magnitud 7.1 (AP)

El puño en alto y la organización social en la emergencia

El 19 de septiembre del 2017 la Ciudad de México revivió una estampa que en el 85 fue histórica: miles de personas en los alrededores de los edificios colapsados se sumaron a las labores de remoción de escombros y el rescate de sobrevivientes.

Pero seguramente una de las imágenes que marcará el 19-S en nuestra memoria no tiene un antecedente en la CDMX: el puño en alto de los rescatistas para solicitar silencio absoluto y poder escuchar la voz o la señal de alguien atrapado entre las ruinas.

A partir de esta experiencia los nuevos códigos de comunicación en situaciones de emergencia, para entendernos y organizarnos en la ayuda colectiva, deben quedar integrados en la educación cívica de los capitalinos.

Códigos manuales de rescatistas (TVN)

En septiembre pasado vislumbramos lo que una generación anterior había experimentado en el sismo del 85: un terremoto nos despoja de nuestro falso dominio del mundo y nos iguala en vulnerabilidad, con historias personales que se conectan en los límites de la supervivencia.

Por unos días abrazamos al desconocido, quien en circunstancias normales es objeto de nuestro estrés urbano, y que a partir de esta experiencia sabemos que ese desconocido, en la noche de la desgracia, puede ser la mano que nos brinde ayuda.

Por Luis Felipe Medina

Vela nocturna en memoria de las víctimas (EFE)

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