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¿Sirve de algo el horario de verano?

Horario de Verano en México: ¿A qué ayuda?, ¿cuál es su historia?

Al iniciar el horario de verano se adelanta el reloj una hora. Se trata de una medida controversial a la que no muchos se ajustan con facilidad. Pero ¿cuál es su utilidad?, ¿cuándo se originó? Las respuestas a estas preguntas las resolveremos a continuación.

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Nada nuevo bajo el Sol

En el corazón de la medida del horario de verano está la posibilidad de adaptarse a las horas de luz de acuerdo con las estaciones del año, ya que durante la primavera y el verano los días son más largos.

Dicha flexibilidad de horario no es reciente; de hecho, tiene su origen en la Antigüedad. Algunas civilizaciones, como la egipcia, la romana y la mesopotámica, ajustaban los horarios de acuerdo con el sol, normalmente dividiendo el tiempo de luz en doce horas de igual duración (horas temporarias), por lo que las horas de luz eran más largas durante el verano.

En el siglo XVIII, con la introducción del ferrocarril y las redes comunicación en Europa se hizo necesaria la estandarización del tiempo. Mientras que en el caso concreto de España se realizó una adecuación estacional de la actividad. El reglamento de las Cortes de Cádiz incluía en su artículo 2 el horario de sesiones, además se dictaba un cambio de horario en mayo y otro en octubre, similar al cambio de hora moderno.

Foto: PIxabay

Sin embargo los anteriores cambios de horario son meros antecedentes. El horario de verano se propuso en diferentes países de Europa para aliviar las durezas de la Primera Guerra Mundial, específicamente para ahorrar carbón y, con los apagones nocturnos, dificultar los bombardeos.

La medida como tal fue implementada por primera vez durante la guerra en Alemania, sus aliados y sus zonas ocupadas, se aplicó por primera vez el 30 de abril de 1916. Mientras que Reino Unido hizo lo propio el 21 de mayo de 1916. Y Estados Unidos, que entró a la guerra en 1917, instauró el cambio de horario hasta 1918. En este último, el horario de verano dividía opiniones. Minoristas, deportistas y el sector turístico se beneficiaban con la medida, mientras que agricultores y la industria del entretenimiento se oponían.

La guerra llegó a su fin y los agricultores seguían en desacuerdo con el horario de verano, por lo que muchos países lo revocaron. La excepción fue la Unión Americana. Desde entonces, en distintos países el horario de verano viene y va.

Entre el 4 de julio y el 16 de agosto de 2018, la Comisión Europea celebró una consulta pública dirigida a los ciudadanos de la Unión Europea sobre el horario de verano y su posible abolición en el ámbito de la Unión. Participaron en la consulta 4.6 millones de personas, de las cuales un 80% se manifestó a favor de la abolición del cambio bianual de horario, con preferencia por mantener el horario de verano como horario permanente.

El horario de verano en México

En 1996, durante el sexenio de Ernesto Zedillo, el presidente dio inicio al horario de verano a través del “Decreto por el que se establece el horario estacional que se aplicará en los Estados Unidos Mexicanos”.

El objetivo de la medida en México es “hacer mejor uso de la luz solar durante los meses de mayor insolación, para así obtener una reducción en el consumo de energía eléctrica en las horas de mayor demanda de electricidad”, de acuerdo con el Fideicomiso para el Ahorro de Energía Eléctrica (Fide).

Desde entonces el horario de verano se ha aplicado año con año; sin embargo, el presidente Andrés Manuel López Obrador ha mencionado en diversas ocasiones que es una medida que debe ser evaluada para saber si de verdad vale la pena continuar con ella.

¿Realmente sirve de algo el horario de verano?

Revisar la utilidad del horario de verano no es una medida ociosa. La evidencia obtenida en otros países parece apuntar a que el ahorro de energía no es tan significativo como se pensaba.

Ejemplo de lo anterior es un estudio realizado por el Departamento de Energía de EE.UU. en 2008, retomado por CNN, en el que se señala que el ahorro en el consumo de energía anual es aproximadamente un 0.03%. Aún peor, un estudio del mismo año de la Universidad de California en Santa Bárbara asegura que el consumo de energía podría ser mayor.

Foto: Pixabay

Por otro lado, los cambios de horario también pueden aumentar en un 8% el riesgo de accidentes por conductores privados de sueño, según una investigación de 1996 publicada en el New England Journal of Medicine.

¿Por seguridad?

Más allá de las cuestiones que afectan a la salud, cuya correlación es difícil de establecer, existe un contundente argumento a favor del horario de verano: una hora más de luz es una hora en la que es menos probable que te asalten.

De hecho, los robos se reducen 7% en la temporada inmediata al cambio de horario, lo que implica un “ahorro” de 59 millones de dólares en EE. UU., según un trabajo publicado en The Review of Economics and Statistics.

Foto: PIxabay

En 2019, feministas en redes sociales resaltaron que una hora más de luz podría hacer la diferencia para que las mujeres tengan un traslado más seguro del trabajo a su casa. De ser este el caso, una interesante medida sería mantener el horario de verano y ya no retomar el de invierno.

¿Por salud?

El horario de verano ha tenido una efecto quizá imprevisto: de acuerdo con un estudio realizado de 2014 a 2019 en México, la implementación de esta medida podría haber disminuido un 10% el número de muertes relacionadas con infartos al miocardio.

Mientras tanto, la única certidumbre hasta el momento es que el debate al respecto continuará entre las distintas posturas. Y cada cambio de horario nos seguiremos preguntando: “¿el reloj se atrasa o se adelanta?”.

Ilustración principal: Pe Aguilar

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