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¿Quién es responsable del cambio climático?

Una economía insaciable en un planeta limitado

Muchas veces se señalan a ciertos países como los responsables; muchas otras se dice que cada persona es responsable y que por lo tanto cada persona es parte de la solución. Pero, ¿son suficientes esas respuestas? ¿Cómo puede se la gente (que viven un promedio de 71 años) o sólo los países que se encuentran encerrados en fronteras arbitrarias? El problema es más amplio y, por lo tanto, la solución lo será también y si no sucede pronto, estos serán algunos de los efectos del calentamiento global: el derretimiento de los glaciares y severas sequías; el incremento de los niveles del mar que inundarán varias ciudades costeras; el incremento de la temperatura global puede dañar y hasta destruir la agricultura y la piscicultura; la extinción de muchas especies animales y de plantas; y el brote de enfermedades infecciosas en las comunidades humanas.

Trabajo: metabolismo entre el hombre y la naturaleza

Los ciclos y eventos naturales que provocan cambios climáticos, pero con estos fenómenos por sí mismos no se puede explicar las impresionantes fluctuaciones climáticas. Para entender a gran escala y para explicar de manera holística el problema, es necesario e imprescindible incluir la emisión de los gases invernadero que despiden las industrias creadas por los seres humanos. La mayoría de los gases invernadero son provocados por la combustión de combustibles fósiles en los automóviles, fábricas y la producción de energía eléctrica. El dióxido de carbono es el gas invernadero más dañino. Otros de ellos son el metano, liberado en campos agrícolas (especialmente por las vacas); el óxido nitroso, liberado por los fertilizadores. Además, la industria maderera ha provocado el adelgazamiento y destrucción de los pulmones del planeta, lo cual no ayuda en lo más mínimo.

(AP Photo/M.L. Johnson)

La relación entre el ser humano y la naturaleza no es simple, es metabólica. Es una relación que se determina mutuamente. Los cambios naturales afectan necesariamente al ser humano y los cambios en las sociedades afectan a las condiciones naturales del planeta. Los cambios se producen continuamente y responden a un desarrollo paralelo. La bisagra, el punto de unión de esa relación metabólica, es el trabajo, a través del cual las sociedades humanas se mantienen vivas. El trabajo, con el que se mantienen y reproducen su vida las sociedades, parte de la transformación de la naturaleza, de los recursos naturales disponibles para producir las mercancías necesarias. En este sentido, el desarrollo la existencia de las sociedades tienen varias dimensiones, la social, histórica, económica y natural-ecológica. Para entender las causas del cambio climático hay que pensar la sociedad desde el punto de vista de las complejas interconexiones e interdependencias entre la naturaleza y los seres humanos.

El trabajo, punto de contacto entre el hombre y la naturaleza, comenzó a desarrollarse de una manera muy distinta hace unos 200 años. Desde el Neolítico, desde hace 10 mil años aproximadamente, las sociedades humanas sobrevivían y dependían del trabajo agrícola, de una economía rural. A partir de finales del siglo XVIII y hasta hoy — un periodo bastante corto si lo comparamos con los años transcurridos desde el Neolítico hasta hace 3 siglos— , la economía, y por lo tanto la reproducción de la vida humana y la relación que mantiene con la naturaleza, se ha industrializado y mecanizado muy rápidamente. La Revolución Industrial cambió las condiciones del trabajo de las personas, eso quiere decir, el modo en que las sociedades transforman la naturaleza para vivir. Uno de los factores más importantes de ello fue el exponencial incremento en la explotación y el uso del carbón. Ya desde el siglo XVII, Jean Baptiste van Helmot (1580–1644) había descubierto que la quema del carbón produce CO2. Un par de siglos después, justo después del auge de la Revolución Industrial, varios científicos advirtieron sobre el peligro del uso indiscriminado del carbón. Ahora dependemos casi completamente en la tecnología y en la energía que hizo necesaria la Revolución Industrial.

Mina de carbón en China (Photo by Kevin Frayer/Getty Images)

No quiero decir «te lo dije»

En la década de 1820, el matemático francés, Fourier advirtió que algo estaba elevando la temperatura de la Tierra. 40 años después, en la década de 1860, el irlandés John Tyndall mostró que el CO2 atrapa el calor. En 1896, hace 121 años, el químico sueco, Svante Arrhenius cuantifica el CO2 que elevaba la temperatura del planeta por primera vez. Hace más de un siglo advirtió que quemar carbón puede causar un «incremento notable» en los niveles de CO2. Pero no fue hasta 1965 que el presidente estadounidense, Lyndon Johnson, 140 años después de que Fourier advirtió que el planeta se estaba calentando, dijo que

«esta generación ha alterado la composición de la atmósfera a una escala global a través de un incremento en el dióxido de carbono obtenido por la quema de combustibles fósiles».

Y 160 años después, en 1988, Margaret Tatcher, entonces primer ministro de la Gran Bretaña, dijo que

«el problema del cambio climático global nos afecta a todos y las acciones sólo serán efectivas si se toman internacionalmente. No es fructífero comenzar una riña sobre quién es el responsable o quién debería pagar por ello».

Casi 200 años después de las primeras advertencias fue que se comenzó a pensar en tomar medidas para subsanar el calentamiento global.

Las industrias que más contaminan

Contaminación en Beijing, China (Photo by Kevin Frayer/Getty Images)

El aumento de dióxido de carbono para la producción de energía eléctrica es uno de los factores más peligrosos y el principal catalizador del calentamiento del planeta. La quema de carbón y de gas natural despide gases invernadero y gases altamente dañinos para la atmósfera. Las emisiones de dióxido de carbono han aumentado 7 mil veces en los últimos 200 años. Hoy, la emisión de CO2 se aproxima a los 7 mil millones de toneladas por año. Si la humanidad pesa 287 millones de toneladas, las emisiones de CO2 que emitimos por año equivalen en peso a 24 veces el género humano.

La fisión nuclear también genera electricidad. Si bien este método no contamina tanto la atmósfera como la quema de los materiales anteriores, sí impacta en el medio ambiente de otras maneras significativas. Los peligrosos desechos nucleares se mantienen 240 mil años. Por otro lado, el peligro de colapso de las centrales nucleares son una amenaza constante.

Además de la industria energética, estas son las 3 industrias que más contaminan el medio ambiente:

1. Una sustancia altamente tóxica que está contaminando el planeta a una ritmo alarmante es el plomo. La industria de reciclado de baterías recargables desprende una peligrosa cantidad de óxido de plomo que contamina el agua y la tierra.

2. La industria minera produce residuos altamente tóxicos como el plomo, mercurio, cromo, asbestos, arsénico y cadmio. Un ejemplo claro de las afecciones en la salud por la contaminación por plomo y cadmio es la ínfima calidad de vida del pueblo Roma en los campos de refugio de la ONU en la municipalidad de Mitrovica en Kosovo.

3. La minería del carbón despide gases de mercurio devastadores para la salud humana. el mercurio es de los gases más mortíferos. Los altos niveles de mercurio en el aire pueden afectar el desarrollo cerebral de los fetos.

Los países que más emiten gases invernadero

“¡Justicia Climática Ahora!”. Cártel utilizado en una protesta de Green Peace en Berlín, Alemania. (Getty Images)

Hay ciertos países en los que se concentra el metabolismo entre los seres humanos y la naturaleza, el trabajo industrial. Por lo tanto, esos países concentran la mayor cantidad de emisiones de gases invernadero. 10 países de los 194 del mundo, el 5.15%, emiten el 72.78% de los gases invernadero:

1. China (25.36%)

2. Estados Unidos (14.4%)

3. Los 28 miembros de la Unión Europea (10.16%)

4. India (6.96%)

5. Rusia (5.36%)

6. Japón (3.11%)

7. Brasil (2.34%)

8. Indonesia (1.76%)

9. México. Sí, México (1.67%)

10. Irán (1.65%)

Por mucho, la industria de producción energética es la que más emite gases invernadero. Más del 50% de la emisión de gases de estos países es por la producción energética. La agricultura y la industria manufacturera son las actividades que le siguen.

Además, como ejemplo, el 66% de la producción energética en Estados Unidos se obtiene a partir de la quema de carbón (39%) y de gas natural (27%).

¿Realmente son estos países los responsables del cambio climático? Sí y no. El desarrollo histórico ha hecho de estos países ricos (algunos) los que concentran la mayoría de las industrias más contaminantes del planeta. Pero si hubiera habido otras contingencias históricas, quizá los países serían otros quizás las fronteras no se dibujarían sobre las actuales. El país, el pedazo de tierra que contiene la frontera, el nombre, puede no ser importante. Lo importante realmente es la concentración de riqueza que ha hecho posible implantar las industrias más contaminantes. Esa concentración de riqueza es un resultado de algo más, algo que atraviesa y que tiene efectos sobre todas las personas en el planeta y sobre todos los ecosistemas del mismo: el sistema económico en el que vivimos, el capitalismo.

Economía ilimitada en un planeta limitado

DHAKA, BANGLADESH (Photo by Allison Joyce/Getty Images)

El actual sistema económico no puede sobrevivir sin la explotación de la fuerza de trabajo de las personas (de ahí la plusvalía que hace ricos a los ricos) y de la explotación de la naturaleza para producir mercancías en bruto. Con la mentalidad que se ha desarrollado junto con el sistema económico, la naturaleza aparece como una cosa aparte de la sociedad, como una cosa ajena a la sociedad. De ahí que la naturaleza aparezca como un regalo para los procesos capitalistas de acumulación de riqueza. La pregunta es si realmente la naturaleza es ajena a la sociedad.

Hoy, el desarrollo económico quiere decir explotar los recursos naturales y el trabajo de las personas de manera más rápida y de manera más efectiva para obtener ganancias monetarias más rápidamente. Y lo importante es obtener la mayor cantidad de ganancias, sin límite. Sólo hay un problema con ello, que ese desarrollo económico ilimitado tiene que darse en el planeta tierra y a partir de sus recursos naturales, los cuales, naturalmente — valga la redundancia — son limitados. La contradicción indica una sola responsabilidad, la del sistema que extrae los recursos ilimitadamente para producir valor, un valor invisible: números con muchos ceros en los bancos del mundo pero que están acabando con el único lugar en el que, hasta ahora, hemos podido vivir.

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