Inicio  /  Especiales

Las devastadoras consecuencias del cambio climático en México

Las manifestaciones del cambio climático en México son devastadores, aquí presentamos sus causas y consecuencias.

En la última década la ONU calcula que, por fenómenos relacionados al cambio climático ha habido 3 mil 852 desastres naturales, dos millones de personas afectadas, 960 mil millones de dólares en pérdidas materiales y más de 780 mil muertes. El calentamiento global es algo real que, a pesar de las invectivas de Donald Trump, está alterando el mundo como lo conocemos.

Con cada año que pasa, los desastres naturales relacionados al cambio climático se agudizan. En el 2008, por ejemplo, el ciclón Nargis mató a 138 mil personas en Nyamar. En 2003 solamente, las olas de calor de Europa causaron la muerte de 72 mil 210 personas.

En las siguientes décadas, los cambios serán más agudos. Se calcula que, para el 2100, el agua del mar subirá por más de un metro: ciudades enteras desaparecerán bajo los mares y el cambio mundial tendrá consecuencias sociopolíticas nefastas.

Todas estas cifras son, ciertamente inquietantes, ¿Pero cuáles serán las afectaciones directas a nuestro país? ¿En qué sentido impactará el cambio climático a México?

Aumento en las temperaturas

El 2017 fue el año más caluroso del que se tiene registro desde 1880, según cálculos de la NASA. Lo preocupante de esto es que se preveía que las temperaturas bajarán el año pasado y ahora todo parece indicar que seguirán aumentando.

Gavin A. Schmidt, director del Instituto Goddard para Estudios Espaciales, el grupo de la NASA que condujo el análisis publicado por el New York Times, declaró:

“Esta es la nueva norma. No es que hayamos llegado a una nueva meseta; no nos quedaremos aquí. En diez años, diremos ‘Ay, mira, otra década récord de temperaturas muy altas’”.

Por la emisión de gases de efecto invernadero en las últimas décadas, las temperaturas globales han aumentado más de un grado Celsius desde principios del siglo XX. Cuando la temperatura global aumente más de dos grados, los científicos auguran las peores catástrofes climáticas como el aumento continuo del nivel del mar y sequías permanentes.

En México, los efectos del calentamiento global también se han sentido. Este año, la mitad de los estados de la República Mexicana registraron temperaturas superiores a los 40 grados en el mes de mayo.

Algunos estados, como Baja California, Baja California Sur, Sonora, Nayarit, Jalisco, Oaxaca, Chihuahua, Coahuila, Durango, Zacatecas, San Luis Potosí, Querétaro y Morelos superaron los 45 grados. En la Ciudad de México, se alcanzaron niveles extremos de rayos ultravioletas durante varios días.

Eso quiere decir que la temperatura en el mundo sigue aumentando y que estos cambios se resientan en el territorio nacional. Con cada aumento de temperatura, además, se propician otros fenómenos nefastos para el país como el aumento de las sequías y los catastróficos fenómenos hidrometeorológicos (como huracanes e inundaciones) que hemos presenciado en los últimos años.

Desertificación y sequías

La ONU define la desertificación como “la degradación de la tierra en zonas áridas, semiáridas y subhúmedas secas, causada fundamentalmente por la actividad humana y las variaciones climáticas.” O, en palabras de Leticia Gómez Mendoza del Colegio de Geografía de la UNAM:

“La desertificación es todo proceso de degradación de la tierra por actividades humanas: el sobrepastoreo, la deforestación o el decremento de la biodiversidad, se refleja en la pérdida de la fertilidad del suelo, la erosión y el cambio en la generación de los patrones biogeoquímicos que tiene el suelo con las plantas”.

En ese sentido, México tiene un problema serio de desertificación. En el país hay muchas regiones que actualmente tienen amplios episodios de sequía. Además, la sobreexplotación de la tierra y el mal manejo de recursos naturales está agravando seriamente el problema.

En el norte del país, las épocas de calor están empezando cada vez más temprano y terminan después del tiempo normal de otros años. Con todo esto, muchas regiones del norte del país se están convirtiendo en terrenos estériles lo que causa la muerte de especies animales y vegetales, la sequía los ríos, y que se drenen los mantos freáticos.

En México, el 60% del territorio tiene climas áridos o semiáridos. En estos climas, indica Gómez Mendoza, las sequías se empeoran por las actividades agrícolas, urbanas y económicas. En estados como Coahuila, por ejemplo, cada diez años hay 7 de sequía permanente y uno de clima extremadamente seco.

Los procesos de desertificación y las sequías perjudican seriamente a las tierras fértiles. Por eso, en un futuro, la comida será cada vez más escasa y más cara: el cambio climático no es solamente un asunto ecológico sino social y económico.

Fenómenos hidrometeorológicos

Según un artículo publicado por la prestigiosa revista Science, de los tres tipos de desastres naturales que ocurren en el mundo (geológicos, hidrometeorológicos y biológicos), los fenómenos hidrometeorológicos son responsables del 75% de las pérdidas humanas y materiales en el mundo.

En los últimos años, los fenómenos hidrometeorológicos más violentos, como las inundaciones y las tormentas de vientos acelerados, han crecido considerablemente en frecuencia y en intensidad. Según cifras de la UNESCO, los fenómenos meteorológicos relacionados con el agua han aumentado de manera constante desde mediados del siglo pasado y, especialmente, a partir de la década de los noventa.

Muchos países desarrollados tienen prácticas para mitigar las inundaciones y los huracanes que son incosteables para países en vías de desarrollo y es por eso que siempre vemos un mayor impacto en lugares como México. Por eso y por su posición geográfica, México es uno de los países más vulnerables frente a los fenómenos hidrometeorológicos.

Nuestro país está localizado entre dos océanos y sus costas son vulnerables a la formación constante de huracanes. Además, por sus latitudes y relieves, México está constantemente expuesto a ciclones tropicales e inundaciones. Desde Motozintla, Chiapas hasta Ciudad Juárez, Chihuahua, el número de tormentas intensas localizadas en el territorio va en aumento.

Solamente en el año 2010, el costo de los daños por fenómenos hidrometeorológicos extremos fue de más de 82 mil millones de pesos. En ese mismo año, en Nuevo León, según los mismos números de la UNESCO, los daños del huracán Alex representaron el 2.45% del Producto Interno Bruto (PIB) del estado; en 2012, 739 municipios del país recibieron declaración de desastre natural por este tipo de fenómenos; en Veracruz, finalmente, la tormenta Matthew del 2016 causó daños que corresponden al 4.8% del PIB estatal.

Estos son solamente algunos ejemplos, pero año con año vemos mayor impacto de deslaves, inundaciones y huracanes. Para el futuro, las predicciones no son alentadoras…

Desaparición de ecosistemas

México es uno de los cinco países con mayor riqueza ecológica del mundo. Pero sus impresionantes ecosistemas están en un grave peligro. La contaminación, la sobreexplotación y la caza furtiva han causado la desaparición de incontables especies.

Según Gerardo Ceballos González, especialista del Instituto de Ecología de la UNAM, en los últimos 30 años se ha perdido el 40% de toda la fauna de todo el país. Además, entre 25 y 30% de toda la flora y fauna de nuestro territorio está en peligro de extinción. En los siguientes cuatro años, si sigue esta tendencia, podrían desaparecer otro 20% de las especies animales y vegetales de nuestros ecosistemas.

Por los efectos de la desertificación, el aumento de las temperaturas, la explotación agrícola y los incendios forestales, la pérdida de bosques se ha acelerado en México. Al mismo tiempo, los glaciares más importantes del país, los que están en el Pico de Orizaba en Veracruz y los que vigilan la Ciudad de México en el Popocatépetl e Iztaccíhuatl, están disminuyendo considerablemente su extensión.

Además, el impacto del cambio climático afecta drásticamente a las costas del país. Y México es un país con una enorme superficie costera: más de la mitad de las entidades federativas del país tienen acceso al mar y representan el 56% de todo el territorio nacional.

Pero todas las zonas costeras de México presentan actualmente grados altos de contaminación por materia orgánica, gases de efecto invernadero y todo tipo de actividades humanas. Alrededor de 13 millones de toneladas de plástico son vertidas en los océanos cada año.

Además, el 20% de la contaminación en los mares tiene origen en los buques mercantes, pesqueros, navales, transbordadores, naves de investigación, piscicultura, abandono de materiales de pesca y, por supuesto, las plataformas petroleras.

Todas estos impactos ecológicos han cambiado la temperatura del mar, la acidez de las aguas, los patrones de evaporación, la manera en que se desplazan las corrientes marinas e, incluso, la fisiología de los organismos invertebrados. La cadena alimenticia de los mares se está modificando y la vida de las costas como la conocemos, está en riesgo.

Cada año mueren más de 100 mil animales marinos. En el territorio mexicano, el Golfo de California concentra un alto riesgo por la captura ilegal de especies. Es por eso que hemos llegado al número drástico de 30 vaquitas marinas, una especie endémica de México que está al borde de la extinción.

Si no cambiamos nuestros hábitos de consumo, para el 2050 se calcula que en los ecosistemas marinos habrá más plásticos que peces y el 99% de las aves marinas habrán ingerido plástico tratando de alimentarse.

Nuevas enfermedades

El preocupante informe del congreso mundial de la Unión Internacional para la Conservación de la Naturaleza (IUCN, por sus siglas en inglés) conocido como “Deadly Dozen” (o “Docena Mortal”) señala una docena de patógenos que, según las tendencias en el calentamiento global, afectarán directamente a la salud del ser humano.

Esta lista tiene tintes apocalípticos pues habla de enfermedades controladas en nuestros días. Enfermedades como la Tuberculosis, la Fiebre del Valle del Rift, la Enfermedad del sueño, la marea roja, la Gripe Aviar, la Babebiosis, el Cólera, el Ébola, la Fiebre amarilla, los Parásitos intestinales, la Enfermedad de Lyme y la Peste.

Estas enfermedades (fuera del Cólera y los Parásitos intestinales) están controladas, por ahora, en México. Sin embargo, muchas otras enfermedades han crecido por los efectos del Cambio Climático en nuestro país.

Uno de los padecimientos que más ha aumentado su presencia en México es el dengue. Esta enfermedad aparece, normalmente, en zonas tropicales durante las temporadas de lluvia. Sin embargo, en los últimos 14 años el dengue ha brotado, según datos de la UNAM en 30 estados del país.

Se da regularmente en zonas tropicales durante todo el año, pero un poco más en épocas de lluvias. El dengue ha aumentado en los últimos 14 años en 30 estados del país, esto de acuerdo con datos de la UNAM. En Chihuahua, por ejemplo, aparecieron recientemente los primeros casos de dengue.

El crecimiento en la presencia del dengue en el país se debe, por supuesto, al aumento en las precipitaciones y en las temperaturas que ha creado un ecosistema perfecto para la propagación de mosquitos. Este insecto es el principal responsable de contagiar ésta y otras enfermedades.

Por supuesto, estas mismas condiciones climáticas aunadas a los fenómenos hidrometeorológicos y la falta de infraestructura para prevenir sus consecuencias son el caldo de cultivo perfecto para padecimientos gastrointestinales, diarrea, asma, neumonía e, incluso, un aumento en las enfermedades mentales.

Hay que tenerlo presente: la salud del planeta es también la salud del hombre que lo habita.

Más especiales