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Lamb: la niña cordero y la crueldad humana – Reseña especial Sitges 2021

En esta reseña especial desde el festival de cine de Sitges 2021, discutimos una de las películas más esperadas del año: Lamb

Lamb, ópera prima del director islandés Valdimar Jóhannsson, es una película ambiciosa que retrata, con un trasfondo mítico, el dolor del duelo y el miedo a sentirnos intrascendentes.

La cinta, protagonizada por Noomi Rapace, Hilmir Snær Guðnason y Björn Hlynur Haraldsson, gira en torno a una pareja desangelada que perdió a una niña en un trágico accidente de pesca. La pareja vive en una granja aislada del mundo en las montañas de Islandia. Ahí crían, reproducen y pastorean ovejas. Pasan días, meses y años mientras la pareja intenta superar su duelo. Pero es difícil dejar atrás el dolor de perder a una hija con construcciones rutinarias.

De pronto, sucede algo inesperado: nace una niña con cabeza de borrego en los establos. La pareja se encariña: tienen una nueva oportunidad de creer, de reproducirse, de amarse y amar. Como siempre, sin embargo, el mundo exterior acecha con la crueldad de los seres humanos y la ira eterna de los dioses.

A24

El principio delirante de esta película se cuenta con solemnidad absoluta. Lo absurdo de la trama es aquí más absurdo por la seriedad de la dirección de Jóhannsson, un diseño sonoro y una edición de audio meticulosas y una música original profundamente oscura como sólo saben hacerla los más azotados compositores nórdicos. Con todo esto, Lamb porta un halo de autoridad solemne al despreciado género de la fantasía. Algo como lo que hizo, también, otra cinta nórdica: Border (2018) de Ali Abbasi. Aquí, la producción apasionada de Rapace junto a Béla Tarr se nota. También se nota la cercanía con la desesperanza cruel del retirado director húngaro. De cierta forma, con toda solemnidad, por eso acabó esta película, como Border, en la sección de Un Certain Regard de Cannes (en donde Ali Abbasi se llevó el laurel a mejor director). Esto también hizo que A24 comprara su distribución en junio de este año.

Más allá de los festivales, este aire de importancia y solemnidad son esenciales para la construcción íntima de la cinta. Porque la premisa disparatada necesita del peso mítico, de las referencias bíblicas, de la idea profunda de una cosmogonía para significar más allá de la primera sorpresa. En ese sentido, Lamb juega con la virginidad de María y el recelo primigenio de José frente a Dios, con viejos mitos nórdicos y con las historias de la antigüedad en donde todos los dioses eran promiscuos. Sólo Zeus creó un panteón propio en estas andanzas. Con este sincretismo tan peculiar, la cinta se convierte en un caldo de cultivo para la exégesis.

La paciencia meticulosa de los planos de Jóhannsson insiste en filmar a los animales de granja con la misma atención que a los humanos que sufren. Lo que menos tiene interés para él es la niña cordero. De ella importa más su presencia asumida que su revelación a cuadro. La niña, como los mitos, es eso que se vive más intensamente cuando no necesita decirse. Entre todos estos misterios, nace la capacidad de interpretación religiosa.

Como la Biblia, esta cinta no busca explicar los rincones oscuros de la locura que propone, sino que consagra toda la solemnidad del mito a la riqueza de interpretaciones posibles. Esta es una cinta sobre el duelo y sobre cómo puede sobrevivir una pareja al dolor de perder a un hijo. Pero también es una cinta que, en un espectro mucho más amplio, habla de la crueldad del hombre con los animales; sobre cómo nos sentimos dioses en este mundo; sobre cómo nos negamos a entender lo inevitable y nos obsesionamos por controlar lo contingente. Si la muerte es nuestra única realidad, es evidente que no sabemos cómo confrontarla sin la ayuda de metáforas, fábulas, fantasía, y sueños. Creamos mitos, viajes en el tiempo y toda clase de imaginarios para sentir que podemos controlar un mundo lleno de misterios. Finalmente, nuestra condena es ser animales que sueñan con ser dioses.

Aquí nuestra videoreseña desde el Festival de Cinema Fantàstic de Catalunya Sitges 2021.

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