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La migración debería ser bella: estas aves nos lo recuerdan

Las aves nos recuerdan con sus migraciones las ventajas de la movilidad.

Bandadas de aves que migran son recordatorios de la movilidad

Cada invierno, algunas especies de aves migran en grupo hacia climas cálidos para sobrevivir la temporada de frío. Cuando grupos numerosos de estas aves vuelan juntos, se les llama en español bandadas. A partir del mes de noviembre es común ver en la Ciudad de México ejemplares de chipes coronados, reyezuelos y chipes amarillos, entre otras especies que se desplazan hacia climas templados para tolerar el fin de año. Algunas de ellas se reproducen en México y pasan aquí la temporada, otras sólo atraviesan el territorio y siguen su camino hacia el sur. El frío, contrario a lo que podría pensarse, no es el factor determinante para el desplazamiento de las aves. Sí lo es, en cambio, la disminución drástica de alimento durante la temporada de bajas temperaturas.

Distribución potencial del Chipe Coronado en época de invernación. Fuente: Conabio

Este es un chipe coronado:

En algunas zonas del mundo, la gente se reúne a observar el paso o la llegada de las aves. En Gran Bretaña, por ejemplo, es común observar un fenómeno denominado starling murmuration, que se refiere al vuelo conjunto de un tipo de ave canora que migra en grupos de hasta 100 mil individuos, llamada estornino. En los atardeceres de otoño es posible verlos danzar en el aire antes de guarecerse para dormir. La formación de grupos tan grandes atiende a su necesidad de protegerse de predadores, calentarse y compartir información.

El estudio de la migración en las aves

El fenómeno del desplazamiento masivo de aves ha llamado la atención de los científicos por su belleza y por su relación con el paso del tiempo: en muchas culturas la ausencia o la aparición de ciertos tipos de aves ayudan a identificar los cambios entre las estaciones. Por esta razón, algunos pájaros simbolizan en comienzo o el final de ciclos naturales, como los solsticios o la temporada de siembra.

La observación directa constituye el principal método de estudio de las aves. Sin embargo, para lograr un mejor control de la información obtenida, puede usarse alguno de los tres siguientes recursos:

  • 1. Realización de un censo. El conteo de las aves que habitan un lugar es fundamental para comprender sus modos de interacción y alimentación. Existen dos principales formas de cumplir el cometido. La primera consiste en registrar a los pájaros que se observen a lo largo de una caminata a lo largo de entre 100 y 500 metros que atraviese la zona de estudio, también llamada transecto.

En los transectos de ancho fijo sólo se registran las especies avistadas a una distancia específica (por ejemplo 25 m) y en los de ancho variable se cuentan las aves observadas a cualquier distancia del transecto.

La segunda consiste en hacer un conteo de pájaros avistados durante diez minutos desde el centro de un círculo imaginario de unos 25 metros de radio.

  • 2. Captura con mallas de niebla. Este tipo de captura no lastima a los ejemplares y permite estudiarlos de cerca. De esa forma pueden tomarse su peso y medidas, así como examinar su plumaje, calcular su edad o hacerles algunos estudios clínicos. Al final de la manipulación, las aves vuelven a liberarse.

  • 3. Marcaje con anillos. Consiste en colocar en la pata del animal una cinta identificadora de plástico o metal, normalmente señalizado con un código de clasificación. El material para marcar a cada ejemplar de una bandada debe ser muy ligero y no puede afectar en ninguna medida el desplazamiento del animal. Si tomamos en consideración que hay pájaros que pesan menos de 5 gramos, podemos tener una idea de lo difícil que resulta lograr el objetivo. Sin embargo, este método es muy útil para dar seguimiento a la observación de individuos migrantes.

  • 4. Telemetría. Por medio del avance tecnológico en comunicaciones se ha desarrollado este método de estudio de aves, que consiste en colocar un pequeño transmisor de ondas de radio en el cuerpo de los ejemplares para darles seguimiento a la distancia, sin alterar su comportamiento. Esta herramienta se utilizó en Colombia para investigar sobre el cóndor andino.

Como parte del programa de conservación se liberaron cóndores criados en cautiverio a los que se les fijaron radiotransmisores para estudiar sus movimientos y supervivencia.

¿Cómo saben las aves cuándo viajar y hacia dónde ir?

No todas las aves tienen el mismo sistema para ubicarse en el espacio: algunas lo hacen por medio de las variaciones en el campo magnético de la Tierra; otras, por la posición del Sol o las estrellas en la noche; unas más, por características del paisaje que atraviesan. Es común que aves pequeñas viajen de noche porque es menos peligroso para ellas y porque se deshidratan menos; sin embargo, algunas de gran tamaño necesitan ciertas corrientes de aire caliente para remontar el vuelo o porque se alimentan de insectos diurnos.

El tamaño de las aves no les impide emprender vuelos de longitudes sorprendentes. En promedio, las aves pueden cubrir entre 50 y 200 km al día, pero hay algunas que recorren 500 km diariamente. Se estima que de cada 100 millones de aves que migran, sólo 40 logran regresar a sus lugares de origen.

En México, por ejemplo, existen 13 especies de colibríes migratorios: ocho hacen migraciones parciales y cinco salen de México durante una temporada. A pesar de tratarse de un pájaro muy pequeño, un tipo de colibrí es capaz de recorrer 4 mil 500 km de traslado. En nuestro país existen cuatro tipos de aves visitantes:

  1. Residentes de invierno
  2. Residentes de verano
  3. Transeúntes o de paso y
  4. Migratorias con poblaciones residentes

Las aves cumplen funciones muy importantes para el medio ambiente: regularizan poblaciones de insectos, dispersan las semillas de diversos frutos y polinizan las plantas a su paso. Además, con sus migraciones las aves fomentan también la actividad económica de ciertas zonas. El avistamiento de pájaros promueve el turismo y, cuando se hace de forma organizada, puede formar parte de programas de conservación.

En algunos países la observación de aves, representa una de las principales fuentes de ingresos a través del ecoturismo, o el llamado turismo ecológico o de naturaleza. Los observadores de aves invierten mucho dinero en el desarrollo de esta actividad, ya sea al comprar equipo o al realizar viajes para disfrutar de otros sitios y sus bellezas. Con el ecoturismo salen beneficiados los medios de transporte y las personas locales al brindar servicios complementarios como alimentación o como guías locales. (vía Fundación Cocibolca)

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