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Hallyu: el mundo baila al ritmo del K-Pop (o la invasión suave de Corea del sur)

¿Cómo es que los productos culturales de Corea del Sur lograron conquistar el corazón de los mexicanos?

Miércoles 27 de junio, mediodía: decenas de mexicanos se congregan afuera de la Embajada de la República de Corea del Sur, en las Lomas de Chapultepec, CDMX.

Improvisan un festejo popular, de los que normalmente se ven en el Ángel de la Independencia. Pero sorprende porque hoy México perdió; era su tercer partido en Rusia 2018.

Se trata de aficionados de corazón futbolero y seguidores que se suman por la fiebre mundialista. Agradecen la garra con que la Selección de Corea del Sur derrotó de forma espectacular a la campeona Alemania (al menos hasta ese día) y, de forma colateral, otorgó a México su pase a octavos de final.

Al grito de “Corea, hermana, ya eres mexicana”, los jugadores coreanos se volvieron héroes y los mexicanos nos desbordamos en elogios y agradecimiento a su imbatible espíritu de competencia.

Gracias a esta memorable victoria descubrimos a un inesperado aliado y el mismo embajador Sang-il Kim oficializó la existencia de un lazo fraterno entre ambas naciones: “Los mexicanos y los coreanos son hermanos; que viva México, que viva Corea”.

Podríamos pensar que se trataba de un acercamiento fugaz, pero existe un precedente de jóvenes mexicanos que desde hace años admiran el estilo de vida coreano y que consumen una de las exportaciones más importantes de esa nación: la llamada “Ola coreana” o “Hallyu”, que es el nombre que engloba al conjunto de contenidos de entretenimiento masivo, principalmente el K-Pop y los K-Dramas.

“El pueblo #Coreano felicita a la selección mexicana Selección Nacional de México (…). Siempre estaremos unidos. Y los apoyaremos desde nuestra trinchera”. Mensaje del embajador Sang-il Kim. (Facebook/Embajada de la República de Corea en México).

Y es que Corea del Sur se ha convertido en una potencia mundial de ídolos pop. Desde hace más de una década los productos de entretenimiento coreanos como las telenovelas, la música, las películas o los videojuegos han logrado posicionarse en el mercado global y en el gusto de diversas sociedades, difundiendo una imagen fresca de una Corea contemporánea.

El “Hallyu” es un fenómeno difusor de la cultura coreana a nivel internacional, respaldado desde el gobierno de Seúl para un mejor posicionamiento de su marca nación en el extranjero, lo que podría calificarse como una estrategia clásica de “soft power”.

El concepto de “soft power” o “poder blando” (introducido en 1990 por el académico Joseph Nye, de la Universidad de Harvard) se considera como la capacidad de una nación para persuadir e influir en otros países y mejorar la percepción de su imagen en el exterior, sin la necesidad de implementar una coerción económica o diplomática.

“Gangnam Style”, el mega hit de la estrella pop coreana PSY, se convirtió en el primer video de YouTube en superar los 2 mil millones de visitas. (Foto AP)

K-Drama, los asiáticos también lloran

El Hallyu apareció por primera vez a mediados de los 90, después que Corea estableció relaciones diplomáticas con China en 1992 y se transmitieron los primeros K-Dramas en ese país, donde alcanzaron gran popularidad. Uno de ellos, “¿Qué Es el Amor?”, fue televisado por la CCTV de China en 1997 y registró un índice de audiencia 150 millones de espectadores.

El éxito del K-drama fue el descubrimiento del potencial del Hallyu como fenómeno cultural y su impacto global; además de China, la primera Ola coreana se extendió rápidamente en Vietnam, Taiwán, Japón y Hong Kong.

En nuestro país, la ola surcoreana tocó tierra en 2002, cuando el gobierno de ese país, tras el éxito de la Copa Mundial Corea del Sur/Japón, compró los derechos de la serie “Todo sobre Eva” y, a través de su embajada en México, ofreció todas las facilidades para su transmisión en el canal 34 de la TV Mexiquense.

A este primer gran suceso, le siguieron “Un deseo en las estrellas” y “Sonata de Invierno”. Un total de seis telenovelas que cautivaron al público mexiquense y fueron la avanzada del fenómeno que estaba por crecer. Estos inesperados éxitos repitieron esquema en canales públicos de Jalisco, Puebla, Yucatán, Campeche, Nuevo León, Hidalgo y Michoacán.

“Todo sobre Eva” se transmitió en el canal 34 de la TV Mexiquense y fue el K-Drama que dio inicio a la fiebre en México por estas producciones (Twitter).

K-Pop: la dulce música de la caja registradora

La otra gran carta del Hallyu es el K-Pop, término utilizado para referirse a toda la música pop de Corea y que es una mezcla de géneros diversos, como dance, pop, balada, tecno, R&B, rock y hip-hop.

Al igual que las telenovelas, la música pop coreana empezó a ser presentada durante los años 90 en territorio chino, donde cobró gran popularidad entre los jóvenes.

Precisamente en China, un evento que marcó un logro decisivo para el afianzamiento del K-Pop fue el concierto del grupo H.O.T., en febrero de 2000. Fue a partir de este momento en que los medios comenzaron a usar el término “Hallyu” para expresar la “locura” generada por los ídolos coreanos entre los fanáticos chinos.

Durante los primeros años del siglo XXI, el K-pop comenzó a escalar popularidad en todo el Este de Asia. Grupos como Super Junior, Big Bang, Beast, 2PM y Wonder Girls, entre otros, dominaron regionalmente el mercado de la música pop.

El KCON es el mayor evento mundial para las presentaciones de bandas de K-Pop. (Foto: Facebook/ KCON Global)

En 2012, la Ola coreana alcanzó un nuevo pico y una audiencia más global, incluidas Norteamérica, Europa y Medio Oriente, cuando el cantante Psy y su hit “Gangnam Style” llegaron al primer lugar de la British Official Singles Chart, y también alcanzó el segundo lugar de lista Billboard Top 100 de Estados Unidos, donde se mantuvo durante 7 semanas consecutivas.

Pero el furor no se ha detenido, las estrellas del K-pop continúan recorriendo el mundo y escribiendo nueva historia. Este año el grupo BTS se situó en el número uno de la lista Billboard 200, convirtiéndose en el primer grupo surcoreano en alcanzar el puesto más alto de los álbumes principales del Billboard.

Básicamente, el éxito de los cantantes de K-Pop se basa en sus habilidades vocales, presentación deslumbrante en el escenario y unas vistosas coreografías de gran calidad.

Para la creación de “ídolos” existen agencias especializadas que han establecido el llamado “Total Management Strategy”, que integra todas las áreas del proceso de formación, promoción, música, coreografías y coordinación de la moda; todo está planeado y operado bajo un sistema de manejo orgánico.

Después de ser seleccionados, bajo una reñida competencia entre miles de adolescentes, los próximos ídolos coreanos pasan años de entrenamiento en canto, baile, ejercicios escénicos y habilidades en lenguas extranjeras.

Actualmente la mayor referencia escénica y el escaparate mundial donde los grupos K-Pop demuestran su calidad es la KCON, con ediciones en París, Abu Dhabi, Nueva York, Sidney, Los Ángeles y, por supuesto, la CDMX.

Pero los exitosos productos de entretenimiento no han sido los únicos en posicionarse en el mercado global, la Ola coreana también ha sido vehículo para popularizar la comida, el idioma, la literatura, el turismo y la cultura tradicional coreana.

Bajo esta exitosa estrategia, el Hallyu se ha consolidado como la tercera exportación más productiva de Corea del Sur, solamente detrás de los automóviles y los smartphones.

De hecho, el Hallyu no solo promueve una mejor comprensión de Corea en el mundo, también impulsa el desarrollo de su “marca nacional”, abre oportunidades comerciales y promueve una mayor aceptación de los productos coreanos en el mundo.

Por: Luis Felipe Medina

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