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Sensuales vampiros tropicales: Una entrevista con Udo Kier sobre “La fiera y la fiesta”

En esta entrevista exclusiva, el mítico actor alemán Udo Kier nos habla sobre su más reciente película, La fiera y la fiesta.

La semana pasada se estrenó en México la coproducción mexicano-dominicana La fiera y la fiesta,  dirigida por la pareja que fundó la importante casa productora Aurora Dominicana, Luis Amelia Guzmán e Israel Castro. La película es un homenaje sentido al gran director Jean-Louis Jorge. Jorge fue asesinado hace más de veinte años en su natal República Dominicana y, desde entonces, su cine ha quedado olvidado. Pero Laura Amelia Rojas, que lo conoció personalmente durante muchos años, decidió, junto al gran director colombiano Luis Ospina, rescatar su legado.

El resultado es una película íntima que abre al mundo la creación de Jorge. Una creación estrafalaria, con brillos de lentejuelas en los reflectores de los cabarets, con los fulgores de una isla caribeña y los rincones oscuros de los castillos atestados de vampiros en Europa; una creación de melodramas sangrientos y condesas perversas.

Vicente Criado en Mélodrame (1975) de Jean-Louis Jorge

La película, protagonizada por los míticos actores Geraldine Chaplin y Udo Kier, cuenta la historia de una vieja amiga de Jorge que regresa a República Dominicana para filmar un guión que nunca realizó el legendario director. Pero pronto, la película parece habitarse por fantasmas, y el espíritu de Jorge se adueña de una ficción cada vez más fantástica y estridente. Entonces, empieza a correr la sangre, se desborda la sensualidad, se perfora la pantalla y los muertos vuelven a hablar.

En una entrevista exclusiva, tuvimos la oportunidad de platicar con el mítico Udo Kier sobre su primera participación en una película dominicana. Este actor, con más de 250 cintas bajo el brazo, ha trabajado con Dario Argento, Rainer Werner Fassbinder, Lars von Trier, Gus Van Sant, Wim Wenders, Fatih Akin, Guy Maddin, Alexander Payne, Kleber Mendonça Filho y muchos más. También, por supuesto, en esta larga filmografía, ha hecho cantidad de películas legendarias tanto para el cine de autor, como para el género de serie b.

El gran vampiro de Andy Warhol regresa entonces a sus andanzas y vino a contarnos sobre su primera experiencia caribeña, su amor por la fantasía, sus deseos de trabajar con directores mexicanos y una que otra anécdota increíble sobre Jodorowsky, Dalí y el signo zodiacal de Guillermo del Toro.

(Cortesía Piano Films)

¿Nos puedes hablar un poco sobre tu personaje en La fiera y la fiesta?

Primero que nada, el director al que se refiere la película era Jean-Louis Jorge. Cuando él estaba viviendo en París hizo una película, Mélodrame (1974), en los setenta. En esa época, yo también estaba viviendo en París e hice una película muy erótica llamada L’Histoire d’O (1975). Así que sabía de todo el grupo de República Dominicana que estaba en París.

Cuando me ofrecieron el guión y lo leí, me gustó la idea de un grupo de personas como las que conocí haciendo una película. Especialmente me encantó el personaje actuado por Geraldine Chaplin, una persona maravillosa e increíble. Me fascinó la idea de un personaje que quiere hacer su última película con los amigos que conoció en París y que va a República Dominicana para hacerla. En la película, el personaje de Chaplin me llama, yo soy un coreógrafo y un amigo cercano de ella y quiere que vaya a ayudarla a hacer esa película. Así que voy ahí y la ayudo.

Mi personaje se llama Henry y fue mi primera vez, como actor, trabajando en República Dominicana. Disfruté el país, porque no lo conocía antes. Y fue un rodaje muy maravilloso porque vivíamos todos juntos e íbamos a trabajar en la mañana todos juntos. Fue una experiencia increíble.

(Cortesía Piano Films)

¿Hubo algo específico que te llevó a aceptar ese papel?

Pues, antes que nada, me gustan los vampiros. Me convertí en alguien muy conocido en 1973 cuando fui el Frankestein de Andy Warhol y en 1974 cuando fui el Drácula de Andy Warhol. Así que me gustan los vampiros porque son una fantasía. Y creo que todos los actores aman jugar con la fantasía y con personalidad fantásticas como los vampiros. Todos saben de las historias de Rumania, del Conde Dracul, que era un hombre horrible viviendo en un castillo. Y todos, a los alrededores del castillo, vivían en un mundo de fantasía creando historias para explicar por qué las mujeres desaparecían. Así que hubo un verdadero Dracul. Pensando en todo esto, cuando leí el guión y hablaba básicamente de reinas de belleza y vampiros, me interesó mucho.

Conozco a Geraldine Chaplin, porque trabajé con ella hace unos años. Hicimos una película con Guy Maddin (The Forbidden Room de 2015). Filmamos en el Centre Georges Pompidou en París, todos los días, un corto, Charlotte Rampling, Geraldine Chaplin y yo. Hicimos 25 cortos y todos los días éramos diferentes personajes. Fue un gran ejercicio de actuación. Así que conocí a Geraldine y eso fue muy importante. El hecho de conocerla, de saber que ya había leído el guión y de que iba a ser la protagonista, fue para mí razón suficiente para ir a hacer la película.

Udo Kier como Baron von Frankenstein en Flesh for Frankenstein de 1973 (Wikimedia)

¿Cómo te preparaste para este papel?

En este caso tuve dos directores en vez de uno y conocía bien el guión que escribieron. Como trabajé por 30 años con Lars Von Trier, uno de los directores más importantes del mundo, recuerdo que siempre le decía a los actores: no actúen. Entonces, estoy ahí, tengo un guión y tengo dos directores y cuando hacemos los ensayos y actúo, me corrigen si no les gusta y si les gusta así se queda.

¿Preparación? No lo sé.

Internet sabe más de mi carrera que yo. He hecho más de 250 películas con algunos de los mejores directores del mundo. Con Gus Van Sant hice 3 películas; con Werner Herzog hice 2 películas; con Wim Wenders hice 2 películas… He trabajado con directores muy fuertes… con Guy Maddin hice una película; con Isabella Rosellini hice otra. En todo caso, prefiero películas independientes. Vivo en Palm Springs y me gustan las películas grandes, como cuando hice Ace Ventura: Pet Detective (1994) y Armageddon (1998), pero prefiero las películas independientes por la libertad artística que te permiten como actor.

(Cortesía Piano Films)

¿Cómo fue tu experiencia trabajando con Laura Amelia Guzmán e Israel Cárdenas?

Fue algo muy muy fuerte porque Israel Cárdenas también hacía el trabajo de cámara. Así que él veía lo que hablábamos entre los tres y me corregía. Fue muy bueno. No he trabajado mucho con dos directores. Tal vez dos o tres veces. Normalmente sólo hay un director. Pero llevan tanto tiempo trabajando juntos y comparten una familia juntos, entonces sabían lo que hacían. Además prepararon muy bien esta película. La conocían muy bien y había una razón por la que querían que yo estuviera en ella. Así que cuando llegué ahí y nos conocimos, fue muy intenso en un sentido positivo. Conocía ya a Geraldine, pero ahí conocí a muchos otros directores y actores que estaban trabajando en la película. Fue muy divertido.

Udo Kier y Geraldine Chaplin en La fiera y la fiesta (Cortesía Piano Films)

¿Esto fue muy diferente a los papeles que has hecho antes?

Espero que cada película sea diferente. Porque actúo de diferentes personas. Con Gus Van Sant interpreté a un director de cine. Cuando actúo como un director de cine, soy un director de cine. Cuando actúo como un vampiro, soy un vampiro. Soy un actor, escogí esta profesión. Y como actor, prefiero las películas por la tecnología de la cámara y de la iluminación. Porque las películas son luces y sombras.

Necesito un guión, necesito una buena historia. Me llegan guiones todo el tiempo y, en nuestros días, es raro que, si no conozco a los directores, averigüe lo que han hecho antes. Así que intento ver una película de ellos antes y, si me gusta, acepto. Como te he dicho, internet sabe más lo que he hecho. De las 250 películas que he hecho muchas son terribles, eso es normal. Algunas de ellas son muy buenas. Cuando estás haciendo una película como actor, nunca sabes cuál será el resultado. No has trabajado con el director, no sabes cómo van a estar los otros actores y cómo van a trabajar juntos… Siempre es una aventura.

(Cortesía Piano Films)

¿Qué tan temprano empezaste a hacer películas en el extranjero? ¿Cómo te sirvieron estas experiencias?

La cosa es que cuando haces películas puedes elegir. Yo prefiero las películas independientes a las grandes producciones. Sí, prefiero las películas independientes. Pero de todas formas, aprendo de cada película que hago. He trabajado con grandes actores como John Malkovich. He trabajado con grandes actores, y he visto cómo se acercan a sus papeles y me acerco a mi papel imitándolos o copiándoles. Soy un hombre afortunado. He trabajado con grandes actores, con grandes directores y estoy muy muy feliz.

Después de tantas décadas de carrera, ¿Hay todavía un personaje que te gustaría hacer o un director con el que te gustaría trabajar?

Pues claro. Me encantaría trabajar con David Lynch porque tiene una visión tan diferente. Me encantaría trabajar con uno de mis directores favoritos: Alejandro Jodorowsky. Lo conocí en el sur de Francia en 1975 cuando quería hacer la película Dune. Me ofreció un papel en el enorme cast que tenía: Orson Welles iba a ser mi tío, Salvador Dalí el emperador, y muchos más actores. Pero luego la preparación fue tan costosa que el productor francés se espantó y le dieron la película a David Lynch. Él acabó haciendo Dune (1984). Y mi papel, como Feyd-Rautha, se lo dieron a Sting. Así que me arrepiento de eso. Me arrepiento de no haber podido trabajar con Alejandro. También me quiso en otro guión que escribió y mi compañera hubiera sido Bette Davies. ¿Te imaginas? ¿Bette Davies como mi madre? ¡Qué maravilloso! Pero no sucedió.

También me gustan los directores mexicanos. De hecho, yo le di uno de sus primeros premios a Iñárritu, porque era el presidente del jurado en un festival en Moscú cuando vi la película Amores Perros. Verdaderamente quería que ganara. Y sí ganó. También me gusta Del Toro. Nacimos en el mismo mes, en Octubre, Guillermo y yo somos libra.

(Cortesía Piano Films)

¿Te vas a retirar el día que hagas la película perfecta? ¿Qué película sería?

Me gustaría verme a mí mismo, entrar en un estudio y verme a mí mismo parado ahí, trabajando. Eso nunca ha pasado. Me acerqué cuando hice Johnny Mnemonic (1995) con Keanu Reeves e hicieron un modelo de mi cara y de mi cuerpo, mi cabeza, todo para que fuera exactamente como yo. Y un día llegué a filmar a Toronto. La película era de un gran artista, Robert Longo. Entonces, un día llegué al estudio y me dijeron: “ven te queremos mostrar algo”. Entré al set y me vi parado ahí. (SUENA UN TELÉFONO). Ese es mi teléfono. Ignóralo. Me acerqué al modelo de mí mismo y lo vi de todos lados. Maravilloso. Eso sería un sueño: volver a verme así a mí mismo.

Udo Kier por Greg Gorman (Cortesía Piano Films)

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