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Petróleo, dominación y colonialismo: las fronteras en Asia

Como en otros continentes, los intereses económicos han dividido pueblos asiáticos. El problema es muchas veces esos intereses económicos son ajenos al continente espacialmente, pero no en una dimensión colonial y de dominación.

Las divisiones malintencionadas

Como en otros continentes, los intereses económicos han dividido pueblos asiáticos. El problema es muchas veces esos intereses económicos son ajenos al continente espacialmente, pero no en una dimensión colonial y de dominación. El petróleo en la Península Arábiga ha determinado la división de países en la región y ha provocado, como imán, la intervención de otros países. El colonialismo en la península del sudeste ha determinado fronteras que no han dejado de traer problemas a los pobladores. Estas son algunas de las contradicciones sobre el mapa.

Kurdistán: un pueblo sin estado

(Photo by John Moore/Getty Images)

La historia de los kurdos, habitantes de las montañas entre Turquía, Siria, Iraq e Irán, se ha distinguido por ser una constante lucha por la dignidad y la soberanía. A pesar haber habitado la zona conocida como Kurdistán por más de mil años, el pueblo kurdo no ha podido asegurarse un territorio autónomo y soberano definido ni un Estado.

Durante la Edad Media, la región de Kurdistán estaba dividida en múltiples pequeños Estados de kurdos que sufrían de las invasiones de otros pueblos y de inestabilidad general. Fue hasta 1504 que el Imperio Otomano los absorbió y el pueblo Kurdo vivió un par de siglos de relativa estabilidad e independencia, sufriendo, sin embargo, constantemente la enorme cantidad de guerras entre los otomanos y los persas.

El Imperio Otomano, por ser un Estado que englobaba a múltiples naciones, determinó, durante el siglo XIX, que debía tomar fuertes medidas en contra de los sentimientos nacionalistas de sus súbditos que amenazaban con buscar la independencia y así desmembrar el Imperio. Así comenzó la llamada Tanzimat (que significa reorganización), que consistió en una serie de reformas que arrebataron a los Kurdos y a otros pueblos la autonomía y libertad que poseían.

A finales del siglo XIX surgió el primer movimiento de kurdos que exigía tajantemente la autonomía de su pueblo y el reconocimiento de un Estado soberano en el que no intervinieran otras naciones, como hasta ahora lo hacen. Este movimiento fue reprimido y reducido a cenizas por la autoridad otomana.

Después de la Gran Guerra y con el Tratado de Sèvres, que representaba la disolución del Imperio Otomano, los kurdos ya entreveían un camino a la autonomía, camino que se les cerró de inmediato por una actitud internacional de intransigencia y desconsideración quedando ahora atrapados entre cuatro Estados: Turquía, Iraq, Irán y Siria. En cada uno de estos Estados el pueblo kurdo buscó vías para independencia, ateniéndose a las medidas de represión que cada gobierno les infligiría.

En 1927, en territorio turco se estableció fugazmente el Estado kurdo de la República de Ararat, que terminó siendo retomado por la autoridad turca. Asimismo, dos décadas después, gracias al apoyo soviético, en Irán sobrevivió por apenas unos meses la pequeña República de Mahabad, que fue destruída y cuyos líderes fueron ejecutados.

A partir de la década de 1960, los kurdos han sufrido de continuas persecuciones por parte de la autoridad iraquí, en muchas de las cuales ha existido una evidente influencia de los Estados Unidos. El genocidio de cerca de 5 mil civiles kurdos con ataques de armas químicas fue perpetrado por Iraq con la plena conciencia de Estados Unidos, que sabía del armamento químico iraquí desde 1983 y que prestaron información y servicios a Saddam Hussein, cabeza de la ofensiva contra Irán y los kurdos. De este modo, las acusaciones con las que en 2003 George W. Bush reprendía Saddam Hussein por las matanzas de kurdos en su territorio nos resultan absolutamente ridículas: únicamente servían como legitimación de la invasión que estaba por darse; del mismo modo que en 1988 las acusaciones las lanzaba Estados Unidos en contra de los iraníes, pues en ese momento representaban una amenaza a Occidente.

Este mapa de la era de la guerra fría muestra cómo se distribuyen los kurdos. (Wikimedia)

A pesar de que entre los kurdos no hay consenso absoluto respecto a los caminos a tomar para la búsqueda de autonomía, existen organizaciones de acción política, como el Partido de los Trabajadores de Kurdistán (PKK), que de manera intensa han buscado, por medio de la lucha armada, la soberanía kurda. Dicha organización, por supuesto, está clasificada por Estados Unidos, Turquía y la Unión Europea como un grupo terrorista. La trayectoria del pueblo kurdo y el éxito todavía no alcanzado para la construcción de un Estado autónomo, así como la constante persecución y los genocidios que han sufrido, son una muestra del enfoque inhumano con el que las potencias mundiales y particularmente Estados Unidos han intervenido en los asuntos de Medio Oriente, en donde únicamente se buscan y defienden intereses económicos y comerciales sin tener consideración de los pueblos y naciones que intentan mantener su dignidad como comunidades soberanas autodeterminadas.

El estrecho de Ormuz

El estrecho de Ormuz (Wikimedia)

Casi ninguna extensión territorial tan pequeña tiene la relevancia geopolítica y económica como es el caso del Estrecho de Ormuz. El pequeño cuello de botella de aproximadamente 60 kilómetros de ancho que conecta el golfo de Omán y el Golfo Pérsico es el enclave petrolero más importante del mundo.

Debido a su conveniente geografía para la navegación funcionó como guarida de piratas desde el siglo VII a.C. hasta el siglo XIX. Aunado a la conveniencia geográfica, el hecho de que el Golfo Pérsico sea abundantemente rico en petróleo, transformó este brazo de mar de guarida de piratas a paso petrolero crucial. Las cifras que dan cuenta de ello son escandalosas: aproximadamente el 20% del petróleo mundial transita por ahí, lo que es un 35% de la comercialización marítima del combustible; estamos hablando de más de 15 millones de barriles diarios. Por ahí también pasan otros productos derivados como el gas natural licuado.

El territorio del Estrecho está distribuido entre Irán (mayoritariamente), Omán y los Emiratos Árabes Unidos. Adicionalmente, todos los países que colindan con el Golfo Pérsico (Irán, Irak, Arabia Saudita, Qatar, Emiratos Árabes y Bahréin) utilizan dicho paso para transportar su petróleo al resto del mundo. Los destinos principales del petróleo que pasa por el Estrecho de Ormuz son Asía, Europa Occidental y Estados Unidos. Un 75% del petróleo importado por Japón proviene de ahí, del mismo modo que la mitad del que termina en China.

Estados Unidos se adjudicó la tarea de patrullar la zona con navíos de guerra para asegurar el paso de combustibles, hay varias bases militares alrededor de la región, con hasta 20 navíos militares por base.

Durante los últimos años, ha habido un conflicto entre Irán y Estados Unidos en torno a la amenaza de la República Islámica con bloquear el estrecho. Dicha medida surge de las penalizaciones que sufrió Irán tras su programa nuclear. A pesar de que dicho programa tiene presumiblemente fines pacíficos y preventivos, Naciones Unidas vio el hecho con muchas reticencias, de modo que las penalizaciones procedieron, lo cual afectó significativamente la economía de Irán.

En una situación de adversidad extrema, Irán estaría virtualmente capacitado para realizar el bloqueo ya que permite el libre tránsito de las embarcaciones extranjeras por sus aguas territoriales que ocupan buena parte del estrecho. El convenio que permite ellibre tránsito está determinado por la Parte III de la Convención de las Naciones Unidas sobre las Disposiciones de Tránsito Marítimo, pero ello no pone un candado al cierre del paso por aguas territoriales.

Las repercusiones que tendría el supuesto bloqueo son evidentes. Habría un incremento dramático en los precios de los derivados de petróleo, y se tendría que hacer uso mayoritario de las rutas alternativas. Sin embargo, los oleoductos que podrían servir de sustitutos (específicamente los de Emiratos Árabes Unidos y Arabia Saudita) no tienen la misma capacidad para desviar la cantidad de petróleo que cruza el Estrecho. También tendría que reutilizarse el oleoducto actualmente inactivo de Tapline que llega hasta Líbano. A pesar de estas alternativas, los costos de transporte y la capacidad de distribución sufrirían afectaciones severas.

Barack Obama propuso una iniciativa para penalizar a las empresas extranjeras en Estados Unidos que tuvieran tratos con el Banco Central de Irán, siendo esto un ataque directo a la economía. Sin embargo, la amenaza se emitió desde una posición geográfica desfavorable ya que el tráfico marítimo del Estrecho de Ormuz está en contacto cercano con las fuerzas navales Iraníes en conjunción con el Sultanato de Omán. Ambas fuerzas marítimas controlan el tráfico en el enclave de omaní en Musandam. El patrullaje militar de los Estados Unidos también debe navegar por aguas territoriales iraníes.

Hasta el momento, esta problemática no ha pasado de una guerra de declaraciones, pero en la historia reciente ya es bien conocida las graves repercusiones que puede este tipo de conflictos latentes.

Una isla llamada Diego García

Isla de Diego García (Wikimedia)

La isla Diego García, de apenas 30 kilómetros cuadrados, fue poblada a la fuerza por esclavos, mayoritariamente de Madagascar, como parte de una empresa colonial francesa; y fue deshabitada también forzosamente, en 1971, por británicos y norteamericanos con el fin de establecer en enclave militar de vital importancia para los intereses de Estados Unidos

Los chagosianos, antiguos habitantes del Archipiélago de Chagos, al cual pertenece la isla Diego García, descendientes de esclavos y de pobladores temporales del archipiélago, fueron expulsados de las islas en las que vivían desde finales del siglo XVIII para abrir paso a la construcción de una base militar Norteamericana aún más importante que Guantánamo y guardada en mayor secrecía.

El control y uso militar de Diego García por parte de Estados Unidos formó parte del acelerado proceso de militarización que el Océano Índico experimentó durante la Guerra Fría. En primera instancia, la presencia norteamericana en el Océano Índico y particularmente en Diego García buscó garantizar el flujo de petróleo del Golfo Pérsico — en el Estrecho de Ormuz, precisamente— hacia América y Europa, cuidándose de la posible intromisión soviética. Asimismo, respecto a su importancia política, este enclave militar estableció un punto de influencia de Estados Unidos hacia Irán para mermar la presencia soviética en Iraq.

La importancia que tuvo Diego García durante la Guerra Fría es evidente al comprobar que para 1986, con una nueva inversión de 500 millones de dólares, las inyecciones monetarias en este enclave ya habían ascendido a los miles de millones de dólares.

La base de Diego García no sólo ha servido para vigilar y controlar los supuestos enclaves soviéticos en la costa occidental de África, como sucedió en Somalia, y para controlar militar y económicamente el sur de Asia a expensas de China, sino que en las últimas décadas ha servido como base de bombardeos de un sinfín de guerras.

Wikimedia

Ha sido de vital importancia en la Guerra del Golfo, particularmente en la invasión de Kuwait, en la invasión de Iraq en 2003, en Afganistán y en los últimos bombardeos a Siria e Iraq en la guerra contra el Estado Islámico.

La isla Diego García y su base militar siguen siendo de extrema importancia para los intereses norteamericanos debido a su ideal ubicación a medio camino entre África, el Oriente Medio y el Sudeste Asiático, y ha servido y seguirá sirviendo como faro desde el cual se apoya a regímenes aliados de Estados Unidos, se vigila y asegura el flujo comercial y la explotación de crudo y se lanzan ataques de bombarderos sobre los nuevos territorios que presentan conflicto para los intereses económicos del país.

Bangladesh

(Photo by Allison Joyce/Getty Images)

La delimitación de fronteras de Bangladesh ha sufrido cambios continuos a lo largo de su historia. En la actualidad, este país está rodeado casi en su totalidad por la India, salvo una franja al sureste en la que colinda con Myanmar.

En el siglo XII llegó el Islam a la región con los comerciantes musulmanes y misioneros sufíes; esto es determinante para entender las problemáticas que tienen vigencia hasta el día de hoy. A partir de entonces, el Islam tuvo una profusa difusión en la incierta Bengala de entonces. La región fue conquistada por un mandatario túrquico, y de esto se desprende un perdurable gobierno de dinastías de sultanes. En el siglo XVI, hay otra gran conquista, esta vez en manos de los mongoles.

Los primeros comerciantes europeos llegaron a la zona en el siglo XV, y la dominación colonial se va estableciendo rápidamente. La Compañía Británica de las Indias Orientales gana el control de Bengala en 1757 tras la llamada Batalla de Plassey. En 1857, tras la rebelión de los cipayos, la autoridad de la región pasa de la Compañía Británica a la Corona, representada por un Virrey en la administración.

A principios del siglo XX, hay un intento por dividir Bangladesh en dos zonas y establecer la ciudad de Daca como capital de la zona oriental, sin embargo este intento es fallido. En 1947, tras la desolación que causó la hambruna de 1943, en la que presumiblemente murieron más de 3 millones de personas, Bengala sufre una separación según la identidad religiosa. La parte occidental se integró a la India, mientras que la oriental pasa a ser parte de Pakistán (al principio se conoció a esta partición como la Bengala Oriental, y posteriormente pasó a ser Pakistán Oriental).

Mapa de Bangladesh (Wikimedia)

Hacia el año de 1950 hay una reforma agraria en la Bengala Oriental con la que el modo de producción feudal comenzó a terminar. A pesar de la fortaleza económica y demográfica de la región oriental, tanto el gobierno como el ejército pakistaníes son superados y dominados por las clases altas de la parte oeste. Dos años después toma lugar el Movimiento por la Lengua Bengalí, que es considerado como uno de los primeros altercados entre estas dos regiones divididas. En la década siguiente, existen diversos movimientos de liberación y autonomía, así como el encarcelamiento de los líderes populares.

En 1970, un ciclón arrasa con medio millón de personas en el Pakistán Oriental, pero no hay una respuesta del gobierno. El descontento de la población bengalí por la deliberada ignorancia del gobierno aumenta. Esta problemática se agudiza aún más cuando a Mujbur Rahman se le impide la toma de posesión a pesar de haber conseguido la mayoría del voto parlamentario. Poco después inicia la operación Searchlight que no es otra cosa sino un asalto militar al Pakistán Oriental. Hay asesinatos masivos de civiles y la persecución de intelectuales que huyeron a la India. Durante esta época, la población Rohinyá, grupo étnico musulmán asentado entre Birmania y Bangladesh es gravemente perseguido, y sus derechos humanos son pisoteados. Esta persecución no tiene un cese definitivo, e incluso se agudizó en el año de 2012. Este pueblo se ha considerado el pueblo más oprimido del mundo.

Al ser encarcelado Mujbur Rahman, declara oficialmente la independencia de Bangladesh alentando a la población para que luche hasta lograr la total expulsión del ejército Pakistaní del territorio del Pakistán Oriental. Se establece posteriormente un gobierno exiliado en Calcuta, que promueve al año siguiente a Mujib Nagar como el primer presidente de Bangladesh. A partir de ahí comeinza la Guerra de liberación de Bangladesh. Una guerra de guerrillas de once grupos de fuerzas armadas bengalíes apoyadas por el ejército de la India en contra de las fuerzas de Pakistán. Tras nueve meses de lucha se logra una victoria definitiva.

Lejos de llegar a un período de estabilidad política, se dan cambios en rápida sucesión durante los siguientes veinte años — tras una incipiente democracia parlamentaria — se opta por un mandato socialista unipartidista al mando del BAKSAL. Una hambruna terrible arrasa nuevamente a la población y Mujib Rahman es asesinado en 1975 a manos de oficiales militares. Se sucitan diversos golpes de estado y alternancia política hasta que se instaura el Partido Nacionalista de Bangladesh, y en 1990 vuelve la democracia parlamentaria.

En este escenario de agitación política, la población de más de 160 millones se ve constantemente mancillada. Bangladesh, a pesar de ser rica en diversos recursos naturales, tiene una economía débil, problemas de sobrepoblación y hambre. La mayoría del alimento que es producido en el país se consume en el extranjero, y hay un desequilibrio terrible en la repartición de tierra y de riquezas.

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