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Desechos nucleares: el origen de los piratas modernos

¿Por qué hay piratas modernos en Somalia? Durante años Somalia ha sido víctima de desechos nucleares y pesca ilegal.

Así es como las grandes potencias provocaron el resurgimiento de la piratería

Un pirata que vivió durante el siglo IV a. C. fue capturado por las huestes de Alejandro Magno por haberse declarado poseedor del mar. Durante el juicio, el pirata le respondió que él era considerado un ladrón por declarar la posesión del mar desde un barco, pero que Alejandro Magno, que infesta el mar con una gran flota, puede ser llamado emperador. Quizá la situación de los piratas en Somalia pueda compararse con la del pirata que retó a Alejandro Magno.

Durante cuatro años, desde 2008 hasta 2012 cientos de embarcaciones mercantes fueron atacadas en el Océano Índico Occidental. De hecho, esta zona marítima fue la más peligrosa del mundo durante estos años. El secuestro de una barco a mediados de marzo pasado, hace aproximadamente un mes, ha sacado nuevamente a flote — literalmente — la piratería.

Desde la perspectiva del comercio internacional, la piratería era una grave amenaza. ¿Cuál es la perspectiva de los piratas mismos y por qué están ahí? Esta es una historia sobre desechos tóxicos, la pesca y el renacimiento de la piratería.

Estado fallido

(Foto por John Moore/Getty Images)

Somalia es un país cuyo territorio cubre casi totalmente el Cuerno de África. La parte norte del país limita con el Golfo de Adén, a unos cuantos kilómetros de Yemen, en la península arábiga; y en la parte sur, el país limita con el Océano Índico. Es un país que se encuentra en un punto estratégico de entrada a África Occidental, cercanía marítima con el Oriente Próximo y es un paso obligado del Océano Índico hacia el Canal de Suez. Somalia es el país que tiene la superficie más grande en todo el continente africano. Su línea costera es de 3 mil 330 kilómetros.

Somalia se independizó en 1960 y casi inmediatamente comenzó una guerra contra Etiopía que ha provocado una increíble cantidad de muertes y desplazados. Casi tres décadas después de su independencia, en 1987, comenzó una guerra civil debido a las pésimas condiciones económicas del país. Un grupo armado del norte se hizo con el poder de facto del territorio en sólo tres años.

Durante los años siguientes, el país se dividió en distintas regiones (Somalilandia, Jubalandia y Puntlandia) que nunca fueron reconocidas por otros países. Durante estos años, la situación económica de Somalia empeoró y las distintas regiones del país estuvieron controladas por distintos grupos armados.

A partir del año 2000, un gobierno de transición se formó e hizo intentos por entrar al país durante los años siguientes. Desde hace cinco años, en 2012, la estabilidad política en el país comenzó a vislumbrarse poniendo fin al gobierno provisional. En 2016 comenzó una «democracia de partidos».

En 2009 se declaró a Somalia el país más corrupto del mundo.

Somalia es un país extremadamente árido. Más de la mitad de la población se dedica al pastoreo nómada y el resto a la escasa agricultura y a la pesca.

Durante la guerra, una crisis sanitaria provocada por las pobres condiciones económicas fue un agravante para la situación de la población.

Desechos tóxicos

(Foto por Jeff T. Green/Getty Images)

La guerra en uno de los países más pobres del mundo fue un infierno para los habitantes de Somalia, pero un paraíso económico para los países ricos europeos. Desde finales de la década de 1980 y durante la década de 1990, cuando la guerra en Somalia era una situación normalizada y la ausencia de gobierno parecía no tener solución, los desechos tóxicos de plantas nucleares y hospitales europeos comenzaron a tapizar el fondo del mar de Somalia. Una investigación de Greenpeace publicada en Italia en 1997 demostró que compañías italianas y suizas, y luego también francesas y alemanas, transportaron desechos tóxicos y los depositaron en las costas de Somalia. Desde le década de 1980, la ‘Ndrangheta, una organización criminal italiana originaria de Calabria — estado del sur del país — , ha estado involucrada con el desecho de basura tóxica.

La investigación de Greenpeace declaró que desde 1992 los exportadores de desechos tóxicos de plantas nucleares negociaron con las cabecillas de guerrillas locales para intercambiar el permiso para desechar los residuos tóxicos en las costas a cambio de armas y municiones.

El asesinato de los periodistas italianos Ilaria Alpi y el camarógrafo que la acompañaba en 1994 son una presunta consecuencia directa de esta situación. Se cree, con fundamento, que fueron asesinados por la evidencia incontrovertible que tenían sobre el intercambio de desechos tóxicos por armas.

Las compañías europeas que se encargan de desechar residuos tóxicos pagan aproximadamente mil dólares por tonelada por deshacerse legal y apropiadamente de la basura tóxica. Deshacerse de los residuos tóxicos en las costas de Somalia cuesta alrededor de 2.5 dólares, es decir, 400 veces menos.

El tsunami que en 2004 se tragó las costas de Somalia también escupió la evidencia por la que Alpi fue asesinada. Las costas del sur de Somalia recibieron los contenedores oxidados con desechos tóxicos que el mar expulsó hasta 10 kilómetros tierra adentro casi como una premonición de una enfermedad. La premonición, sin embargo, en vez de alertar, confirmó. La población que sufría de infernales condiciones sanitarias encontró en esos contenedores la razón de las agudas enfermedades crónicas que recientemente comenzaron a aquejarle. En 2005, el Programa Ambiental de las Naciones Unidas reportó depósitos de uranio radiactivo, peróxido de hidrógeno, cadmio y mercurio.

(Foto por John Moore/Getty Images)

Los niños en Somalia comenzaron a nacer sin extremidades y la aparición cáncer fue explosiva. Los escasos médicos locales trataron más casos de cáncer en un año que los que habían tratado en toda su vida profesional. La población comenzó a sufrir súbitamente de sangrados bucales y hemorragias abdominales. El uranio radiactivo provocó en la población enfermedades respiratorias y dermatológicas irreversibles.

Varios barcos que transportaban los desechos también llevaban consigo armas y luego se convertían barcos pesqueros para llevarse la mercancía alimentaria marina de vuelta a Europa.

La carencia durante estos años de un gobierno central somalí y la conveniencia de las compañías europeas imposibilitó y frustró una investigación sistemática de la situación.

El tiradero de desechos tóxicos en las cosas de Somalia ha provocado, además de muertes y daños irreversibles en la salud de miles de personas, contaminación submarina y en la superficie acuática, la pérdida de la biodiversidad local, la degradación del ambiente, la contaminación del suelo, deforestación y la pérdida de la escasa vegetación y la destrucción de la calidad del agua.

Pesca ilegal

(Foto por Edward L. Pruitt/U.S. Navy via Getty Images)

Además de los daños causados por el tiradero tóxico en las costas de Somalia, los barcos europeos y asiáticos que llegaban al país, arrebataron, a uno de los países más pobres del mundo, uno de sus recursos de supervivencia: el pescado.

Las mismas condiciones que posibilitaron el tiradero de basura tóxica, la ausencia de un gobierno local, posibilitaron una actividad pesquera no regulada y de la cual se aprovecharon las potencias.

Los pescadores locales con embarcaciones rudimentarias han sido desplazados por barcos de mejor infraestructura. Un reporte de las Naciones Unidas de 2006 mostró como mucho más de 300 millones de dólares en pescados y mariscos fueron robados de las aguas somalíes cada año.

La sobreexplotación de los lugares de pesca en Europa han terminado con el producto. Así, potencias europeas han comenzado a robar el pescado (fuente de proteína) de uno de los países más hambrientos del mundo. Un estudio publicado en 2006 en la revista Science predijo que la tasa de pesca comercial vaciaría virtualmente las reservas oceánicas de pescados y mariscos en 2050. En el 2006, las costas de Somalia eran realmente fértiles. Especies como el atún, caballa, camarón, langosta, sardina eran abundantes en las costas del país.

Las potencias se unen para abusar de una nación pobre: nace la piratería

(Foto por Jason R. Zalasky/U.S. Navy via Getty Images)

Si la pesca indiscriminada en las costas de Somalia continuaba, la sobreexplotación hubiera acabado con el producto en las costas, lugar en donde los pescadores endémicos solían ganarse la vida.

Los pescadores somalíes que sufrieron las consecuencias del tiradero de basura tóxica y de la pesca ilegal y no regulada de barcos extranjeros fueron los que se convirtieron sin opción en los piratas del Océano Índico Occidental.

Los expescadores que perdieron su objeto de trabajo comenzaron a usar sus lanchas para intentar evitar que los barcos extranjeros que tiraban desechos y los que abusaban de la pesca en la región actuarán. Si no lo lograban, por lo menos intentaban aplicarles un impuesto. Los piratas se llaman a sí mismos Guardia Costera Voluntaria de Somalia. Un noticiero independiente de Somalia, Wardheer News, encontró que el 70% de la población apoya fuertemente la piratería como forma de defensa nacional.

Ciertamente no todos los piratas somalíes son guardias costeros voluntarios que intentan evitar la destrucción de su pueblo y del planeta. Hay otros que se aprovechan del Programa Mundial de Alimentación para lucrar con los botines. Uno de los líderes piratas, Sugule Ali, dijo lo siguiente:

Nosotros no nos consideramos a nosotros mismos piratas. Consideramos a los bandidos del mar a aquellos que pescan ilegalmente y que contaminan nuestros mares.

La mayor industria durante la primera década de este milenio en Somalia fue la piratería.

Naciones Unidas… ¿contra Somalia?

Marinos de EE.UU. en operaciones anti piratas. (Foto por Matthew Bash/U.S. Navy via Getty Images)

La Organización de las Naciones Unidas intervino en Somalia para intentar formar un gobierno durante la década de 1990. No lo lograron. ¿Fracaso, farsa o coincidencia?

Si bien la ONU ha denunciado el tiradero de basura tóxica y ha implementado el Programa Mundial de Alimentos, el Consejo de Seguridad de la misma también firmó las Resoluciones 1816 y 1838 en 2008, las cuales

llamaban a los Estados interesados en las actividades de seguridad marítima a tomar parte activa en la lucha contra la piratería en el mar de la costa de Somalia, en particular a través del despliegue de embarcaciones militares y fuerza aérea.

Las Resoluciones no mencionan la pesca ilegal ni el desecho de basura tóxica.

La OTAN y la Unión Europea han llegado a las mismas resoluciones. Además, Rusia, Japón, India, Malasia, Egipto y Yemen, entre otros países, se han unido al llamado ya que la piratería en Somalia afecta sus intereses mercantiles.

Y así, las grandes potencias se unen en contra del último recurso de uno de los países más pobres del planeta. ¿Este es el camino para que este país por fin vea la paz en su territorio?

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