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Curiosidades, anécdotas e historias poco conocidas del Metro de la CDMX

Con medio siglo de existencia, si el Metro de la CDMX pudiera hablar ¿cuántas cosas nos contaría?

Fue un 4 de septiembre de 1969 cuando comenzó a operar la Línea 1 del Sistema de Transporte Colectivo Metro (STCM) de la Ciudad de México, desde entonces esa red ha ido creciendo hasta convertirse en una de las más grandes y concurridas del mundo.

Es lógico que con 195 estaciones repartidas en 12 líneas, haya un sinfín de datos curiosos y anécdotas. En los renglones siguientes profundizaremos en algunas de ellas…

Numeralia

  • El metro cuenta una extensión de 226 kilómetros que abarcan gran parte de la Ciudad de México y el oriente del Estado de México.
  • La distancia entre cada estación es de aproximadamente 1 kilómetro.
  • Son 3213 vagones los que diariamente trasladan a 7.6 millones de pasajeros (cifra del 2011).

Anden del Metro de la Ciudad de México.
(Foto: Archivo)

  • En cada tren caben aproximadamente 1,020 personas (entre pasajeros sentados y parados).
  • Son cerca de 30 trenes los que recorren cada línea. Mientras que la Línea 3 es la que cuenta con más trenes (50), la Línea 4 solo tiene 12.
  • Las líneas 1, 2 y 3 son las que tienen mayor afluencia, normalmente. Aunque en este 2022 un tramo de la línea 1 está cerrado por remodelación.

Estación del Metro Pantitlán, Línea 1. (Instagram: @yulianaviridiana)

  • Se supone que los trenes pasan cada 3 minutos.
  • La línea más profunda es la 7, pues gran parte de sus túneles se construyeron al pie del Cerro de las Cruces.

El color de los trenes

Aunque hay excepciones, la mayoría de los trenes del Metro de la CDMX son naranjas. Esto se debe a que México compró sus primeros trenes a un fabricante francés que ‘por default’ los entregaba pintados de naranja con la opción de que los compradores y clientes los personalizaran a su antojo. Sin embargo, a los directivos del Metro les gustó el color y decidieron dejarlos así.

¿Esta decisión obedeció a cuestiones estéticas, a la flojera o a un tema de economía? Quizá nunca lo sabremos.

(AP Photo/Dario Lopez-Mills)

El logo

Como muchos saben, detrás del logotipo del Metro y de la identidad gráfica de las estaciones de las líneas 1,2 y 3 estuvo el equipo conformado por Lance Wayman , Arturo Quiñonez y Francisco Gallardo (quienes estuvieron detrás de la señalización de los Juegos Olímpicos de México 68).

Este logo hace referencia a la letra “M” de Metro. Cada franja vertical simboliza una de las tres líneas (Rosa, azul y verde) que originalmente estaban contempladas en la primera etapa de la construcción de este sistema. En tanto, la cuarta línea que hace curva para cubrirlas horizontalmente representa a un tren en circulación.

Simbolismos

Y ya que hablamos de la identidad gráfica del Metro, esta creó toda una tendencia a nivel mundial en donde además del nombre, cada estación se puede ubicar por el color de la línea, y el logotipo inspirado en algún elemento característico de la zona.

Si pensamos que en el México de los años sesenta un importante sector de la población era analfabeta, esta nueva forma de comunicación sin duda fue una gran idea.

(Imagen tomada de lancewyman.com)

Arte

Muchas estaciones del metro cuentan con exposiciones culturales temporales y permanentes en muchas de sus estaciones. Incluso hay un túnel de la ciencia en el Metro La Raza de las líneas 3 y 5:

Túnel de la ciencia en el Metro. (Imagen tomada de Facebook).

También hay murales en las estaciones del metro capitalino, algunos de los más importantes son:

  • Civilización y cultura, de José de Guimarães – Chabacano
  • Cosmos o la historia del principio, de Janitzio Escalera – Iztapalapa
  • Encuentro de culturas, de Graziella Scotese – División del Norte

(Imagen tomada de Facebook).

Del Códice al Mural, de Guillermo Ceniceros – Tacubaya

El perfil del tiempo, de Guillermo Ceniceros – Copilco

Medicina tradicional y medicina contemporánea, de Arturo Estrada – Centro Médico

Visión del Mictlán, de Luis Y. Aragón – Barranca del Muerto

La universidad en el umbral del siglo XXI, de Arturo García Bustos – Universidad

(Imagen tomada de Facebook).

Visión de un artista francés sobre México, de Jean Paul Chambas – Bellas Artes

Visión de un artista mexicano sobre Francia, de Rodolfo Morales – Bellas Artes

Los descubrimientos

Las obras y excavaciones que se llevaron a cabo para construir las distintas líneas del Metro han traído consigo un número significativo de descubrimientos arqueológicos y antropológicos.

Por ejemplo en 1968 durante la construcción de la estación Balderas se encontró el cráneo de un hombre en perfecto estado (murió entre los 35 y 40 años) cuya antigüedad es mayor a los 11 mil años. Fue bautizado como “el hombre del Metro Balderas” y actualmente se encuentra en poder del Instituto Nacional de Antropología e Historia (INAH).

(Imagen tomada de Facebook).

En el tramo que abarca las estaciones de Pino Suárez a Balderas, se hallaron más de 250 piezas prehispánicas, en donde destaca el adoratorio a Ehécatl, considerada por el INAH como la zona arqueológica más pequeña del país.

En 1978, mientras se construía la Línea 4, se descubrieron los restos de un Mamut que habitó en México durante el Pleistoceno. Después de someterse a trabajos de preservación, la osamenta fue colocada bajo un domo en la estación del Metro Talismán, en donde permanece hasta ahora.

(Imagen tomada de Facebook).

La estación que no es estación

En las instalaciones del Instituto de Capacitación y Desarrollo (INCADE) del Metro, hay una estación réplica de la Línea 12, que sirve para capacitar a los trabajadores de este medio de transporte. Cuenta con los elementos de una estación convencional, como taquilla, túnel, torniquetes, etc.

Incluso cuenta con un la reproducción de un tablero de control de tren para entrenar a los futuros conductores.

Anecdotario

I. El 20 de octubre de 1975, dos trenes chocaron en la estación Viaducto, dejando un saldo de 31 muertos y 70 heridos.

II. La estación Camarones debe su título a un pueblo del mismo nombre, donde corría un riachuelo donde abundaban los acociles (que por cierto, no son camarones).

III. En la estación del Metro Balderas hay una estatua del cantante “Rockdrigo” González, fallecido en el sismo de 1985. Él fue el compositor de la canción “Estación del Metro Balderas”.

La escultura fue develada en el 2011, pesa 200 kilos y se fabricó gracias a una colecta de llaves que realizaron los músicos Francisco Barrios El Mastuerzo y Roberto González.

IV. Los escalones de una de las escaleras de la estación Polanco funcionan como las teclas de un piano: al pasar las notas musicales suenan como si fueran emitidas por este instrumento musical. El objetivo de esta instalación es incentivar a la gente para que use las escaleras convencionales en lugar de las eléctricas.

V. El primer tren del Metro llegó a Veracruz en el buque francés Le Ville le Mexique. Dicen que en su interior venían algunas botellas de champagne para que se rompieran cuando hiciera su primer viaje, tal y como ocurre cuando un barco navega por vez primera.

VI. En el 2014 un tren se detuvo en el andén de la Estación del Metro Refinería y al poco tiempo comenzó a incendiarse.

VII. El 29 de junio del 2016 una zarigüeya dio a luz a seis crías en la estación Centro Médico de la Línea 3.

Horas después estas zarigüeyas fueron revisadas por la Brigada de Protección Animal y trasladadas a la Reserva Ecológica de Cuemanco.

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Y estas son sólo algunas de las muchas curiosidades, anécdotas e historias que guarda el Metro de la Ciudad de México, las cuales se siguen escribiendo día tras día y permanecen como parte del imaginario colectivo de generaciones.

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