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15 canciones para recordar las múltiples facetas de David Bowie

Desde "Space Oddity" a "Blackstar", David Bowie fue un artista que extrajo de la música pop/rock un sonido fuera de este mundo.

David Bowie es recordado como uno de los grandes artistas de su generación. Como músico fue quizás el acto más influyente de la década de los 70, cuando estuvo sacando un disco brillante tras otro, año tras año. Como ícono de la cultura pop, Bowie trascendió la industria musical, abriéndose paso en los campos del cine, la moda y las artes plásticas. A menudo descrito como larger than life, Bowie no parecía de este planeta, y mucho menos de Londres. ¿Entonces de dónde? Quizás la respuesta estaba en la lejanía del espacio, uno de sus puntos de inspiración favoritos.

Los primeros días de enero marcan un aniversario de nacimiento y otro luctuoso en el caso de David Bowie. Nació un día 8 y murió un día 10. De seguir hoy con vida tal vez tendría edad suficiente para seguir componiendo música, al igual que muchos de sus contemporáneos, como Paul McCartney o Bob Dylan. Pero no para tocar música en vivo, una actividad de la cual se retiró mucho antes de anunciar su regreso triunfal al estudio en 2013. Fue una verdadera lástima porque Bowie era un monumental showman además de músico. Cierto, sus canciones han sobrevivido la prueba del tiempo, pero sus espectáculos sobre el escenario estaban en el corazón de su estética.

Sin esa pasión por la interpretación en vivo sería difícil hablar de las múltiples facetas de Bowie. Prescinde del showman y es muy probable que no haya existido un ‘Thin White Duke’ o un ‘Ziggy Stardust’. Bowie era un artista que se transformaba a través de las artes y que era capaz de extraer lo mejor de sus colaboradores, sea Lou Reed, Brian Eno, Iggy Pop o Klaus Nomi. Por ello, vale la pena hacer una lista recopilatoria de sus mejores canciones por cada faceta de su larga trayectoria artística, un punto de introducción para demostrarle a las nuevas generaciones la versatilidad que puede alcanzar un artista fuera de este mundo.

Los inicios humildes

Luego de unos pasos en falso, Bowie empieza a encontrar su estilo; también encuentra a sus principales hombres de apoyo en el ámbito musical: el productor Tony Visconti y el guitarrista Mick Ronson. Como autor, Bowie toma distancia para contar historias sobre viajes accidentados al espacio, tragedias humanas y cuentos de un futuro paranoico. La voz de Bowie les da un filo que le agrega un sabor macabro a las guitarras de blues rockero.

Space Oddity
David Bowie (1969)

The Man Who Sold the World
The Man Who Sold the World (1970)

La era glam

En la que Bowie le atina al estilo que ha estado buscando, afina la composición de sus letras, e introduce elementos de ambigüedad sexual, presencia cinemática y mucho arte exótico de bajo presupuesto. Con el apoyo musical de las Spiders from Mars, Bowie utiliza su música para encarnar criaturas alienígenas, inspirado en el futuro distópico de Naranja Mecánica y el glam de Marc Bolan. En su música hay perdición y a la vez euforia, y una nueva generación de jóvenes desencantados con el mundo a su alrededor encuentra a su ídolo.

Changes
Hunky Dory (1971)

Starman
Ziggy Stardust and the Spiders from Mars (1972)

The Jean Genie
Aladdin Sane (1973)

La era plastic soul

En la que Bowie abandona los riffs de Mick Ronson y le deja su sonido a Mott the Hoople para experimentar con la música soul y el R&B. Recordada principalmente por sus problemas de adicción a la cocaína y su colaboración con John Lennon (en “Fame”), esta era sirve de transición entre el alienígena bisexual de Marte y el camaleón de Berlín, pero aún quedan varias gemas por volver a desenterrar en esta etapa tan vanguardista como olvidada. Estos años también vieron su primera participación en el cine, a través del rol protagónico de la película de Nicolas Roeg, The Man Who Fell to Earth.

Fame
Young Americans (1975)

Golden Years
Station to Station (1976)

La era Berlín

En la que las composiciones atmosféricas de Brian Eno sirven de vehículo para las ideas art-rockeras de Bowie. Además de construir el sonido más característico de su visión experimental, Bowie comparte sus hallazgos sónicos en Alemania con Iggy Pop, Devo y Klaus Nomi, entre otros. Fue quizás la etapa más creativa de su carrera musical; en Berlín, Bowie deja las drogas, se dedica a la pintura y queda encantado con la música electrónica de Kraftwerk. Todo esto se vio reflejado en los discos que marcaron esta trilogía, tan avanzados que la crítica no supo cómo reseñarlos en su momento.

Sound and Vision
Low (1977)

Heroes
Heroes (1977)

La era new wave

En la que Bowie asume su papel como el artista más innovador e influyente de los últimos diez años. No había artista que no deseaba colaborar con él en la nueva década: Queen, Nile Rodgers, Mick Jagger. La música new wave que domina la rotación de videos en MTV parece ser una evolución de los discos que compuso en Berlín. Bowie abraza estas nuevas tendencias y produce la música pop más accesible y exitosa de su carrera.

Ashes to Ashes
Scary Monsters (1980)

Modern Love
Let’s Dance (1983)

La era electrónica

En la que Bowie deja de ser el artista que estaba a la vanguardia de las tendencias musicales y se dedica más bien a resucitar su carrera de la mano de la nueva generación de músicos, como Trent Reznor de Nine Inch Nails. De igual manera, Bowie se apoya en el respaldo de viejos aliados, como Brian Eno y Tony Visconti para explorar las nuevas tecnologías en la composición de música electrónica. Sin embargo, el público parece estar más interesado en los nuevos éxitos del britpop, el grunge o el hip-hop, por lo que Bowie tiene dificultades para encontrar su lugar en el mal llamado rock alternativo. Ante la indiferencia de los hitmakers, no debe ser sorpresa que se haya retirado de los escenarios después del 2003.

I’m Afraid of Americans
Earthling (1997)

New Killer Star
Reality (2003)

Regreso y despedida

En la que el mundo descubre lo mucho que extrañaba a David Bowie, pidiéndole que haga una gira más y sir Bowie les dice que no. Etiquetada como su época “neoclásica”, el artista británico produce los dos discos más herméticos que la música pop es capaz de aceptar. No obstante, Bowie no está interesado en las tablas de popularidad y la generación millennial demuestra ser más halagadora que la generación X, recibiendo con elogios el regreso triunfal de Bowie, aunque se trate de su último encore.

The Stars (Are Out Tonight)
The Next Day (2013)

Lazarus
Blackstar (2016)

Texto: Javier Carbajal

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