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¿Qué es la autonomía universitaria?

La autonomía universitaria tiene como principales funciones: proteger constitucionalmente el carácter público de la universidad y salvaguardar los derechos humanos de la comunidad universitaria.

La autonomía universitaria tiene como principales funciones: proteger constitucionalmente el carácter público de la universidad y salvaguardar los derechos humanos de la comunidad universitaria.

Desde 1980, la Constitución Política de los Estados Mexicanos contempla la autonomía universitaria, entendida como un conjunto de facultades que las instituciones públicas de carácter autónomo tienen:

  • Autorregulación legislativa: considera a las instituciones capaces de aprobar sus propias leyes y normas.
  • Auto-organización académica: legitima la libertad de las universidades para fijar sus planes y sus programas para impartir docencia, realizar investigación y hacer divulgación de la cultura.
  • Autogestión administrativa: implica que la universidad tiene la libertad de ejercer de la manera que mejor le convenga el presupuesto a su disposición, conformado tanto por partidas presupuestales y de ingresos autogenerados.
  • Autogobierno: que la universidad cuenta con la libertad de elegir su forma de gobierno y designar a las autoridades académicas

Las universidades y las demás instituciones de educación superior a las que la ley otorgue autonomía, tendrán la facultad y la responsabilidad de gobernar se a sí mismas; realizarán sus fines de educar, investigar y difundir la cultura de acuerdo con los principios de este artículo, respetando la libertad de cátedra e investigación y de libre examen y discusión de las ideas; determinarán sus planes y programas; fijarán los términos de ingreso, promoción y permanencia de su personal académico; y administrarán su patrimonio”, fragmento del artículo 4 de la Constitución Política de los Estados Unidos Mexicanos.

Militar golpea violentamente la cabeza de un estudiante durante una manifestación. Fue una de las manifestaciones más violentamente reprimidas. Los jóvenes pedían la renuncia del jefe de la policía y la desaparición del cuerpo de granaderos. 29 de julio de 1968. (AP)

Las violaciones a la autonomía universitaria durante el Movimiento Estudiantil escalaron del bazucazo a la puerta histórica del Antiguo Colegio de San Ildefonso la madrugada del 30 de julio a la toma de Ciudad Universitaria el 18 de septiembre y otros recintos de formación académica, perpetrados por el Ejército:

¿Qué llevó al gobierno a tomar militarmente la universidad la noche del 18 de septiembre con la prepotencia que evidenciaron los 10 mil soldados en esta operación? Sobre todo, si se tiene en cuenta que atacar a la autonomía universitaria significaba tocar uno de los valores más inflamables del aliado profesoral, profesionista y directivo de la institución, recomponer la alianza de todos los universitarios y de todos los centros de educación superior”, reflexiona Sergio Aguayo sobre la toma de Ciudad Universitaria.

El Movimiento Estudiantil y la autonomía universitaria

El origen del  Movimiento Estudiantil puede rastrearse hasta el 22 de julio de 1968, cuando un grupo de policías intervino de forma violenta en una disputa entre estudiantes de las vocacionales 2 y 5 del Instituto Politécnico Nacional y la preparatoria Isaac Ochoterena, incorportada a la UNAM. A partir de ese momento, diversas fuerzas armadas intentaron reprimir la efervescencia de los jóvenes, que ahora protestaban por sus compañeros presos o heridos. Conforme avanzó el tiempo, la relación entre ambos bandos se volvió cada vez más tensa.

El 30 de julio, en medio de otro enfrentamiento entre cuerpos de seguridad y población civil, el Ejército nacional disparó una bazuca contra la puerta de la Preparatoria 1 de la Universidad Nacional Autónoma de México. ¿Por qué una institución dedicada a “defender la integridad, la independencia y la soberanía de la nación”arremetió contra un plantel educativo y público? A juicio del entonces rector de la UNAM, Javier Barros Sierra, estos hechos significaron una violación a la autonomía universitaria, por lo que el 30 del mismo mes mandó izar la bandera de la explanada de Rectoría a media asta.

El 1 de agosto una manifestación de gran tamaño salió de Ciudad Universitaria y recorrió la avenida de los Insurgentes, dirigiéndose originalmente hacia el Zócalo. A la cabeza, marchaba Barros Sierra. Debido a la fuerte presencia militar en las calles, el rector declaró lo siguiente al inicio de la caminata:

Al saludarlos fraternalmente, quiero comenzar por indicar que, por petición de numerosos sectores de maestros y estudiantes de la universidad, y para demostrar una vez más que vivimos en una comunidad democrática, nuestra manifestación se extenderá hasta la esquina de Insurgentes y Félix Cuevas”

Pronunciada por él y en ese contexto, la palabra “democracia” hace referencia al derecho a la disidencia crítica, que atiende al entorno y se muestra dispuesta al diálogo y la negociación. Sin embargo, el núcleo de la manifestación era la defensa de la autonomía universitaria y la libertad de los estudiantes presos.Después de ese día y a pesar de las intimidaciones, el movimiento estudiantil continuó y el 2 de agosto se formó el Consejo Nacional de Huelga (CNH), organismo de coalición para la toma de decisiones colectivas.

El 23 de septiembre, Barros Sierra presentó su “renuncia irrevocable” a su cargo de rector en protesta por la presencia del Ejército en Ciudad Universitaria y porla presión gubernamental. En su carta de renuncia, el funcionario declaró que:

La Universidad es todavía autónoma, al menos en las letras de su ley; pero su presupuesto se cubre en gran parte con el subsidio federal y se pueden ejercer sobre nosotros toda clase de presiones. Por ello es insostenible mi posición como rector, ante el enfrentamiento agresivo y abierto de un grupo gubernamental. En estas circunstancias, ya no le puedo servir a la Universidad, sino que resulto un obstáculo para ella.”

El apoyo de la comunidad universitaria y la solidaridad del sindicato de profesores impidieron que se cumpliera esta renuncia. El 30 de septiembre el Ejército salió de las instalaciones de la UNAM, pero el conflicto continuó a escala nacional.

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