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2017: un recuento de los desastres naturales más devastadores

Elaboramos una lista de los sismos, huracanes, inundaciones, deslaves, sequías y olas de calor más devastadoras del 2017.

Elaboramos una lista de los sismos, huracanes, inundaciones, deslaves, sequías y olas de calor más devastadoras del 2017.

El 2017 tuvo una devastadora temporada de huracanes que se sumó a olas de calor, inundaciones y sequías. Estos fenómenos naturales han causado innumerables muertes directas además de desplazamientos, hambrunas y devastación en todo el mundo.

Después de observar esta lista de fenómenos naturales parece imposible seguir ignorando los efectos del cambio climático en la vida del planeta. Por desgracia, en nuestros tiempos, los hombres más poderosos son, en ocasiones, los más ignorantes.

Sí hay de qué preocuparnos: ésta es una visión de un futuro que no dejará de empeorar si las condiciones que lo producen permanecen.

Gauhati, India. (AP Photo/Anupam Nath, File)

Sismos

Un mes antes de que los sismos asolaran nuestro país, un sismo de 7.0 grados causó 25 víctimas mortales en Jiuzhaigou, China. También, en enero de este año, un terremoto de apenas 5.7 grados causó más de treinta muertos en la parte central de Italia.

Sin embargo, el recuerdo de todos se centrará en septiembre de este año por los terremotos mexicanos que resultaron los más mortuorios del año.

Pasadas las once de la noche del 7 de septiembre, un sismo de 8.1 grados sacudió la tierra en Chiapas. Un millón 479 mil 576 personas resultaron damnificadas; de los 122 municipios del estado, 97 fueron considerados zona de desastre.

El sismo también afectó a Oaxaca donde destruyó la mayoría de las construcciones de Juchitán de Zaragoza. Casi cien personas murieron y más de 300 resultaron heridas en una tragedia que continúa por la difícil reconstrucción de los dos estados más pobres del país.

Destrucción por el sismo en una casa de Oaxaca. (AP Photo/Rebecca Blackwell)

Cuando todos pensaban que México podría reponerse, la tierra volvió a cimbrarse. El 19 de septiembre, con el recuerdo nefasto del sismo de 1985, un temblor de 7.1 grados originado en Morelos devastó la Ciudad de México, Morelos y Puebla.

En la Ciudad de México murieron 228 personas y más de 6 mil resultaron heridas. Más de 40 edificios se colapsaron. El recuerdo de este incidente sigue causando pánico y tristeza mostrando, al mismo tiempo, nuestra vulnerabilidad como ciudad y los peligros latentes de la corrupción en México.

(AP Photo/Rebecca Blackwell)

Inundaciones y deslaves

En México, vivimos una compleja temporada de lluvias que causó deslaves fatales en Chiapas e inundaciones en la Ciudad de México, Guadalajara y Nuevo León. Pero lo que sufrimos en el país no tiene comparación con las complejísimas situaciones que se vivieron en todo el mundo a causa del exceso de precipitaciones.

En el norte de India, el río Brahmaputra se desbordó por las fuertes lluvias que cayeron en su cauce. En julio del 2017, 15 distritos del estado de Assam, además de cuatro otros estados, resultaron afectados por las inundaciones. 85 personas murieron a causa de estos desbordamientos; y más de 500 mil se quedaron sin hogar.

También en Asia, las inundaciones asolaron Sri Lanka por culpa de un poderoso monzón que atravesó este país en mayo. Algunas partes del país tuvieron precipitaciones que superaron los 500 mm en menos de 24 horas. Y estas inundaciones causaron que más de 600 mil personas fueran desplazadas, murieran más de 200 y desaparecieran otras ochenta.

En América Latina también hubo devastación por culpa de las fuertes precipitaciones. En Brasil murieron dos personas y desaparecieron otras 10; en Chile murieron 18 personas más… Pero los países más afectados fueron Colombia y Perú en donde los deslaves causaron más de 400 víctimas mortales.

El enorme deslave de Mocoa en Colombia mató a 301 personas (de las cuales más de 90 fueron niños). En Perú, más de 2 mil 500 kilómetros de carretera han sido destruidos, 113 personas han muerto y más de 3 millones están en riesgo de contraer alguna enfermedad relacionada con el agua estancada.

Y estos deslaves se repitieron también en África y Asia. En Bangladesh, por las precipitaciones, una serie de deslaves asolaron las provincias de Rangamati, Chittagong y Bandarban, matando a más de cien personas y causando cuantiosas pérdidas materiales. En África, los deslaves en el Congo, Etiopía y Sierra Leone causaron más de ochocientos muertos, miles de desaparecidos y dejaron a millones de personas vulnerables frente a enfermedades… Después de las inundaciones queda el cólera, la malaria y el dengue -que es, ahora, la enfermedad que más rápido se esparce en el mundo-.

Sequías

En el otro espectro de los terribles fenómenos naturales, están las sequías. Porque la falta de agua puede ser aún más terrible que su exceso. En este fatídico año, tres grandes sequías han causado muerte y hambruna en América y África.

En Somalia, la sequía ha causado que la mitad de la población del país -cerca de seis millones de personas- estén en riesgo de tener falta de alimentos y agua para consumo humano. Más de un millón de niños necesitarán tratamiento por malnutrición en este año y casi dos millones de personas han huído del país por las sequías.

Desde el espectro de un país en vías de desarrollo, parecería que los países ricos pueden lidiar mejor con las sequías. Y es cierto… hasta cierto punto. En California -que es, en sí misma, la quinta economía más poderosa del mundo-, las sequías llevan más de seis años agudizándose.

Solamente en 2016, más de 100 millones de árboles han muerto. Y esto ha aumentado el riesgo de incendios forestales como los que consumieron, hace un mes, nueve mil casas y causaron la muerte a más de cuarenta personas.

Finalmente, las sequías han creado serios problemas en Brasil, al sur del enorme país latinoamericano. En Sao Paulo esta sequía es la peor que se ha vivido en los últimos cien años. Los racionamientos de agua pueden llegar a causar, también, cortes de energía en una de las ciudades más importantes del continente americano… y la situación parece empeorar día a día.

Huracanes

El huracán Harvey rompió una racha de 12 años en los que ningún huracán había tocado el suelo estadounidense. Y el recuerdo era el de la devastador tormenta Wilma del 2005. Pero Harvey no nada más tocó suelo sino que llegó a ser categoría cuatro y se convirtió en el huracán que causó más precipitaciones en la historia de Estados Unidos. En su paso por Texas y otros estados del sur del país, causó fuertes inundaciones y más de noventa muertos.

Poco tiempo después del nacimiento de Harvey, se formó otro huracán, aún más poderoso, que llegó a ser categoría cinco, el huracán Irma. Con vientos cercanos a los 300 km por hora, Irma fue el huracán más poderoso de la temporada. Causó estragos catastróficos en Barbuda, Saint Barthélemy, Saint Martin, Anguilla, y las Islas Vírgenes matando a 134 personas con su paso.

El 16 de septiembre, el mismo día en que se disolvió el huracán Irma, se formó el huracán María. Este huracán ha sido el más devastador en la historia de República Dominicana y afectó gravemente a Puerto Rico. Causó al menos 94 víctimas mortales y considerables daños materiales en todo el caribe.

Además de estos huracanes, en esta temporada se formaron el huracán José, el huracán Katia, y la tormenta tropical Lee que también causaron estragos materiales serios.

Olas de calor

Entre julio y agosto de este año hubo una ola de calor devastadora que golpeó el sur de Europa en países como Italia, Francia, Croacia, España, Grecia y Turquía. Las temperaturas llegaron a más de 40 grados y causaron la muerte directa de, al menos, 5 personas.

Conductores pakistaníes duermen en las calles para aliviarse del calor que llegaba a los 48 grados. (AP Photo/Fareed Khan)

En el mismo hemisferio norte, una ola de calor golpeó el Reino Unido en junio. Fue la primera ola de calor que golpeó al Reino Unido desde 1995 y mantuvo temperaturas arriba de los 30 grados rompiendo récords de calor que no se alcanzaban desde 1975.

También en Estados Unidos una ola de calor azotó el oeste del país en junio causando incendios forestales y temperaturas récord. En las Vegas se registró, por ejemplo, una temperatura que rebasaba los 47 grados y durante 51 días no llovió una sola gota en Seattle.

En Pakistán, finalmente, las temperaturas llegaron a rebasar los 50 grados rompiendo todos los récords previos. Los terribles resultados de estos cambios bruscos en las temperaturas fueron sequías, daños en cosechas y más víctimas mortales.

***

El proyecto llamado Evaluación Nacional del Clima, en Estados Unidos se dedica a observar y catalogar los posibles efectos futuros del cambio climático en ese país. Los hallazgos se comprueban a través de 300 expertos y la revisión de agencias federales y la Academia Nacional de Ciencias.

Una de las agencias federales que se dedica a verificar y divulgar esta información es, por ejemplo, la NASA. En los descubrimientos del último coloquio de evaluación del Clima, la NASA mostró los preocupantes factores climatológicos que se agravarán por el cambio climático.

Tres de estos efectos son, justamente, los que ya estamos viendo en los fenómenos naturales que azotaron al mundo en 2017.

Autoridades sanitarias de Sierra Leona construyeron tumbas masivas para evitar los contagios y enfermedades después de los deslaves. (AP Photo/ Manika Kamara)

La NASA asegura, por ejemplo, que uno de los primeros efectos del cambio climático es un cambio en los patrones de precipitaciones. En Estados Unidos, por ejemplo, las precipitaciones no han dejado de aumentar desde 1990. Y, en otras partes del mundo, los efectos de la construcción ilegal y la precariedad crean, además, los deslaves que tanto daño han hecho.

Otro factor que previó la NASA fue el aumento en la temperatura del planeta y el aumento regular de las olas de calor y sequías:

Las temperaturas del verano seguirán aumentando reduciendo así la humedad de los suelos lo que exacerbará, a su vez, las olas de calor. Para el fin de este siglo, lo que eran días extremos de calor cada veinte años ocurrirán cada dos o tres años.”

Este factor es muy grave porque afecta directamente a la agricultura y, por ende, a la salud humana. Un reporte reciente argumenta, incluso, que la más grande amenaza a la salud para el siglo XXI será, justamente, el cambio climático.

Finalmente, la NASA estableció la correlación entre el cambio climático y la variación en la intensidad de los huracanes. En realidad, el combustible de los huracanes, lo que los hace desplazarse, alimentarse y crecer, es el calor. Y, justamente, el planeta se está calentando rápidamente.

La intensidad, la frecuencia y la duración de los huracanes del Atlántico Norte, como también la frecuencia de los huracanes fuertes (de categoría 4 y 5) han aumentado desde los años ochenta.”

(CNN/Stefanie Glinski/World Vision)

Los huracanes son un fenómeno muy complejo por lo que los científicos aún están intentando comprobar la correlación del cambio climático con el número y la intensidad de estos fenómenos. Por eso, es difícil comprobar la relación directa de la contaminación humana con los huracanes del 2017. Lo que es seguro es que, en las próximas décadas, los ciclones tropicales causarán muchas más precipitaciones y los huracanes se intensificarán: estamos asistiendo al principio de un fenómeno que empeorará con el tiempo.

Donald Trump, el hombre más poderoso del mundo, ha declarado en múltiples ocasiones que el cambio climático es una exageración, un mito o una creación de los chinos para destruir la economía americana. Ahora, ha declarado que Estados Unidos dejará los acuerdos de París para mitigar los efectos del efecto invernadero en la tierra.

Si el país que más contamina en el mundo no puede observar las evidencias de estos peligros tal vez estamos más cerca de lo que creemos de amenazar gravemente el futuro de nuestra especie.

¿Tendremos que voltear a ver otros mundos? ¿O serán capaces los humanos de detener este camino a tiempo?

Cementerio en Puerto Rico después del paso del huracán Irma. (AP Photo/Ramon Espinosa, File)

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