Pasarán 10 años antes de entender a la moneda virtual “bitcoin”

CIUDAD DE MÉXICO, México, oct. 22-2014.- Al menos una década es lo que tardará la sociedad en entender las ventajas de usar la moneda virtual bitcoin, según los expertos en este sistema de pagos, creado en 2009 y ajeno al control gubernamental, que permite hacer transacciones por internet de forma directa y sin intermediarios.

Ésta es una de las conclusiones de la Primera Conferencia Internacional sobre Dinero Electrónico, celebrada en Montevideo, con la participación de diferentes expertos en la materia, locales o llegados de Estados Unidos, Australia, Chile, Paraguay y Argentina.

"La tecnología del bitcoin es un bebé de cinco años y tiene problemas, porque todavía es difícil de entender por la sociedad", señaló el experto en "criptomonedas" y miembro de la Bitcoin Foundation, Juan Llanos, quien dijo que si bien "tal vez pase una década para educar a cliente final", por lo menos las firmas de servicios financieros y comerciales están teniendo "mucho interés".

América Latina, en especial Argentina, Brasil y Chile, es el gran mercado al que apunta esta moneda virtual, creada por un grupo de programadores bajo el seudónimo "Satoshi Nakamoto" y que ha empezado a revolucionar el tradicional mercado de divisas.

Con esta divisa se reducen los costos en las transacciones, que se hacen directamente entre comprador y vendedor, al no haber intermediarios que cobren comisión.

Según afirmó Llanos, detractor de la denominación "moneda", por no ser un elemento físico, la divisa virtual es también "un vehículo de inversión", ya que por ejemplo "alguien podría tener parte de sus ahorros en bitcoin y esperar, porque "seguramente en el futuro se transformen en altísimo valor".

Su valor frente a otras monedas tradicionales se establece por la misma ley de oferta y demanda, lo que deja libre la fijación de precios.

"Puede llegar a ser un buen almacén de valor, como tener un diamante, un Picasso o un reloj de oro", declaró.

En cuanto a las ventajas de dicho sistema como medio de pago, podría señalarse la facilidad de realizar pagos a empresas de países en los que no existe sistema bancario estable mediante dinero que "está de forma virtual" y se puede convertir a moneda local como el dólar o el euro a través de intermediarios que ya existen y están sujetos a la regulación legal.

"Se puede pagar instantáneamente y a bajísimo costo, es un medio de pago revolucionario", añadió Llanos, aunque reconoció que es "muy difícil" que la gente traduzca todo a bitcoin como unidad contable y como valor de las cosas, ya que es "muy volátil el precio" y varia mucho a lo largo de la semana y el mes".

Este foro internacional, organizado por la consultora Mvc Risks, puso además sobre la mesa cuestiones como la evolución del sistema de pagos y de cobranzas en Uruguay, la creciente utilización de los teléfonos móviles como sistemas de pago y la aceptación social del uso de tarjetas de crédito y débito.

En este sentido, los diferentes ponentes consideraron clave la necesidad de propiciar cambios culturales entre la población para que los usuarios sepan aprovechar las ventajas de los sistemas modernos de pago frente a los tradicionales.

La nueva Ley de Inclusión Financiera de Uruguay, que entró en vigor el pasado agosto, impulsa el uso de los pagos electrónicos para mayor seguridad y mejor control del sistema financiero por parte del Estado.

Al respecto, el gerente de Área Sistema de Pagos del Banco Central del Uruguay, Jorge Xavier, argumentó que en torno al 80% de las transacciones económicas que se realizan en Uruguay se hacen todavía mediante cheques bancarios, uno de los métodos a su juicio "ineficientes" que siguen siendo habituales entre los usuarios.

El conferencista señaló que el uso de los sistemas de pago electrónico es una "verdadera revolución" pero aún "un camino difícil", puesto que la sociedad, en general, todavía no tiene muy claro "de qué se trata".

"No queremos que el dinero electrónico se convierta en efectivo, es un paso atrás", sentenció Xavier, quien señaló que en 2013 solo el 39 % de uruguayos poseía una tarjeta de débito o crédito.

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