Luchan contra deserción escolar de latinos con City Year

LOS ANGELES, Estados Unidos, abr. 24, 2015.- Jóvenes adultos comprometidos a ayudar durante un año como voluntarios en sus comunidades, a través del programa educativo nacional City Year, han sido clave para evitar que estudiantes hispanos abandonen la escuela.

“Cuando los estudiantes ven que un equipo de adultos jóvenes puede trabajar en conjunto y hacer una diferencia en la comunidad somos muy bien recibidos”, explicó a Olga Corona, administradora del programa en Los Ángeles.

City Year es una iniciativa apoyada por la agencia federal AmeriCorps que ayuda a estudiantes en riesgo de abandonar sus estudios, muchos de ellos hispanos y afroamericanos, a mantenerse en la escuela y además a establecer metas para su futuro mediante voluntarios de entre 17 y 24 años de edad.

“Cada miembro se compromete a trabajar 11 meses en una escuela específica con un grupo determinado de estudiantes que están en riesgo de abandonar su escolaridad”, manifestó Corona, al señalar que están abiertas las inscripciones para nuevo voluntarios hasta el próximo jueves.

City Year ofrece actividades antes y después del horario escolar, así como consejería y apoyo académico durante las clases en la escuela.

Según la organización, la mitad los estudiantes desertores proviene de sólo cerca del 10 % del total de las 13.500 secundarias del país.

“De los estudiantes latinos entiendo especialmente el camino que han recorrido al mudarse de otros países para vivir en Estados Unidos”, explicó Ana Medina, una tutora de City Year que pasó por esa transición cuando sus padres decidieron dejar Venezuela.

Medina cuenta que su experiencia como inmigrante le ha servido como tutora de estudiantes de séptimo grado, entre ellos un salvadoreño que llegó hace tres años al país sin saber siquiera leer en español.

“Le expliqué mi caso, le conté que me mudé a la mitad de cuarto grado y que no hablaba inglés, y al principio no entendía nada en las clases y así tuve que aprender el idioma”, recordó.

Medina le explicaba en español matemáticas, y luego lo traducía al inglés para que aprendiera a asociar las palabras, y a medida que fueron pasando los meses empezó a trabajar con él más en inglés.

La tutora también ha tenido comunicación con su mamá para explicarle la situación y los avances del estudiante, lo cual es otra barrera menos en la educación de estos inmigrantes de bajos recursos.

“Hacemos un equipo entre City Year, los estudiantes, los maestros y sus familiares para tratar de elevar el nivel académico”, expresó por su parte Corona.

Los tutores también tienen beneficios como un estipendio mensual módico para ayuda de vivienda, servicio médico, 5.000 dólares para sus estudios y convenios con universidades que les ofrecen becas por haber prestado 1.700 horas de voluntariado.

“No tienes que estar pensando en ser educador o trabajador social para pertenecer al programa, basta con que tengas el deseo de ayudar a estos jóvenes y encontrarás un trabajo que es muy gratificante”, aclaró Medina.

Durante el año escolar, el programa llega diariamente a unos 800.000 estudiantes en más de 1.100 escuelas del país, y de esta forma los estudiantes asistieron en 2013 a unas 14.600 horas más de clases, según un informe de City Year.

En el 80 % de las escuelas en las que funciona el programa, los estudiantes alcanzaron décimo grado en el tiempo esperado durante el año escolar 2012-2013, con la ayuda de 2.500 tutores.

“Para mí lo más importante de City Year ha sido el impacto que uno tiene sobre los estudiantes, que es mucho más de lo que te podrías imaginar”, aseguró Medina.