NUEVA YORK, Estados Unidos, ene. 29, 2015.- El departamento de salud de la ciudad de Nueva York sacrificará a un perro por primera vez en cinco años después de que un juez considerara que el animal, que mordió a dos personas, es demasiado peligroso, informaron hoy medios locales.
El departamento de salud llevó el caso del bullmastiff Disel, un cruce entre mastín y bulldog, ante la Oficina de Juicios y Audiencias Administrativos (OATH), recomendando el sacrificio del animal por los ataques que protagonizó el pasado verano.
Disel asaltó primero a una mujer de veinte años, que estaba mirando el escaparate de una tienda cuando el can le mordió e inmovilizó la pierna, causándole “graves heridas” por las que necesitó varios puntos, según el informe de la audiencia.
Después del incidente, Disel fue llevado al departamento de Control y Cuidado Animal de Nueva York para observación, donde atacó a un trabajador que estaba jugando con él con otro fuerte mordisco en la pierna.
El perro tuvo que ser sedado para poder sacar la extremidad del funcionario de su hocico, y el hombre estuvo tan crítico que necesitó cirugía de emergencia y a día de hoy todavía no ha podido incorporarse a su lugar de empleo.
La decisión de la jueza Tynia D. Richard fue tomada tras encontrar “sospechosas” las declaraciones del propietario del perro, Kaseam Stanley, vecino de Brooklyn.
Stanley declaró en una primera audiencia que Disel es un “perro familiar” y que sus tres hijos, que no viven con él, estarían devastados por la pérdida del animal.
“Pidió que el perro no fuera sacrificado, aunque no se lo devolviesen”, explicó la jueza.
Sin embargo, Richard tomó la decisión de ejecutarlo tras escuchar otras declaraciones del propietario, en las que admitía haber entrenado a Disel para atacar.
“Creo que mi perro se ve provocado por cualquiera que no conoce, porque así es como lo entrené. Entrené… a mi perro para prepararse para atacar. Si es necesario, anuladlo pero no lo matéis”, pidió Stanley.
El doctor Peter Borcheld testificó que Disel es demasiado peligroso para volver a entrenarlo porque le gusta “morder y agarrar”.
La OATH recibe diez casos al año de perros peligrosos, la mayoría de ellos a causa de entrenamientos especiales de sus propietarios.
