Los Ángeles sale a las calles a contar sus indigentes

LOS ÁNGELES, Estados Unidos, ene. 27, 2015.- Un grupo de voluntarios realiza hoy un recuento de los indigentes que viven en las calles de Los Ángeles, entre los que cada vez se cuentan más familias latinas e indocumentados.

El evento que se desarrolla por tres días consecutivos pretende llegar a los lugares más recónditos de la ciudad en busca de los desamparados.

“Hay gente que viene indocumentada y no tiene donde llegar cuando se le cierran las puertas de los familiares”, dijo a Efe Zulma Hernández, coordinadora de la Autoridad de Soluciones para Desamparados de Los Ángeles (LAHSA)

La iniciativa gubernamental busca este año comprobar, según los datos recolectados, que las miles de personas que están en la indigencia lo hacen por razones económicas.

“Muchos latinos que perdieron sus hogares y están viviendo en los carros con sus hijos lo hacen por la razón de que no tienen crédito o no tienen documentación para agarrar otro lugar”, afirmó Hernández.

A sus 73 años, Esther Brandon, es un ejemplo de la adversidad económica que están enfrentado muchos inmigrantes en Estados Unidos.

La española está durmiendo en un refugio de una iglesia, donde puede bañarse, comer y desayunar; sin embargo, todos los días a las siete de la mañana tiene que salir de la dependencia a pasar el día en la calle.

“Me quedé sin trabajo y las cosas se pusieron muy feas y luego falleció mi hermano y me tocó irme a vivir a la calle”, dijo entre lágrimas Brandon.

Según Clementina Verjan, directora de Planeamiento de Políticas Públicas de LAHSA, se estima que hay más de 39 mil desamparados viviendo en las calles de la ciudad y el 22,5 % de ellos son hispanos.

Se calcula que el número establecido en el 2013 pudo aumentar lo que obligó a las autoridades a hacer un llamado a la comunidad.

“Lo que tratamos de decir es básicamente que las personas desamparadas son parte de nuestra comunidad, muchas personas conocemos de personas que han perdido su vivienda y están en las calles y es una cosa que no debe ser aceptada”, manifestó Verjan.

Alrededor de seis mil voluntarios y representantes de agencias gubernamentales recorrerán 4.000 millas cuadradas de Los Ángeles para establecer un perfil de las personas que se ven obligadas a vivir en la calle.

Los voluntarios operarán desde 87 centros y registrarán la cantidad de personas que duermen a la intemperie o en refugios de indigentes. Además se contarán los autos que sirven como hogar y campamentos para desamparados ubicados debajo de puentes, desagües e incluso en zonas forestales.

LAHSA también realizará un estudio demográfico de los residentes que le servirá para planear y asignar recursos sobre solicitudes y servicios para desamparados.

Pese a que las personas que realizan el conteo no tienen interacción con los desamparados, el reconocimiento visual del problema ha permitido obtener una descripción real de las diferentes clases de personas que sufren la indigencia

“Vimos un carro que estaba lleno de cosas. Pensamos, ¡oh! es un desamparado que está viviendo en el carro. En ese instante cuando estábamos pasando salió una señora y luego salieron los niños y no más, me rompió el corazón”, relató la voluntaria Elizabeth Aguilar.

Aunque Aguilar estuvo dispuesta a regalar varias horas de su tiempo para ir a contar los desamparados al Este de Los Ángeles, una zona tradicionalmente hispana, la apatía dentro de la comunidad latina para participar de estos eventos sigue latente.

“Se me hace que a veces estamos tan involucrados en el trabajo de no más mantener nuestro núcleo familiar que está en la casa que no nos acordamos de lo que tenemos alrededor. Que nos tenemos que ayudar el uno al otro”, aseveró la voluntaria.

Para Hernández, la apatía para participar en esta clase de eventos podría estar basada en varios mitos sobre los indigentes. “Mucha gente no más piensa que los desamparados tienen problemas con el alcohol o drogas, pero no se ponen a pensar que tal vez pasaron por divorcios, perdieron a su papás o sus mamás y por eso se fueron a las calles”, lamentó.

Lo mismo opinó la indigente Brandon quien comentó que aunque recibió el apoyo de manos amigas aseguró que ha sido juzgada por no tener una vivienda.

La española entiende muy bien el estigma de vivir en la calle y su condición de indigente es la que le permite ser tomada en cuenta para obtener ayuda.