Virginia resguarda la mayor mediateca del mundo

CULPEPER, Estados Unidos, 22 jun.- En una cima de las montañas Blue Ridge, sobre las que fueran bóvedas que protegían el tesoro de Estados Unidos contra ataques atómicos, la Biblioteca del Congreso preserva y digitaliza grabaciones de audio y vídeo, películas y fotografías recolectadas en todo el mundo desde fines del siglo XIX.

El Centro Nacional de Conservación Audiovisual, ubicado en el predio Packard en Virginia, 120 kilómetros al sudoeste de Washington, posee “la colección más grande e integral de películas, programas de televisión y radio, y grabaciones de sonido en el mundo”, según cuenta su jefe, Gregory Lukow, a algunos medios, entre ellos Efe, que han visitado estas instalaciones únicas.

Las cifras describen la magnitud del esfuerzo: doce mil 500 metros cuadrados dedicados al almacenamiento de la colección de películas, sonido y vídeo; 16 mil 300 metros cuadrados, a los laboratorios de preservación y reformateo; cin mil 100 metros cuadrados, para las bóvedas que, con una temperatura de 3 grados Celsius preservan casi 140 mil rollos de película de nitrato.

“En ciento veinticuatro bóvedas almacenamos toda la colección de fotografías de la Biblioteca del Congreso”, explicó Lukow, quien dijo que el predio Packard alberga casi siete millones de piezas de colección, que incluyen 1.4 millones de imágenes de movimiento y 3.3 millones de grabaciones de sonido.

“La colección crece a un promedio de 120 mil a 150 mil piezas cada año”, dijo y agregó que el Centro, con un presupuesto anual de unos 15 millones de dólares (11 millones de euros), emplea a 124 personas en Packard y otras 12 en Washington.

La colección crece de forma pasiva, por los materiales que recibe del público, de los medios e instituciones educativas y de gobierno; y, de forma activa, con la búsqueda y adquisición deliberada de materiales, labor en la que participan cinco oficinas en diferentes sitios del mundo.

El predio Packard está cerrado al público excepto por un teatro donde el Centro exhibe películas y trabajos audiovisuales de todas las eras, remontándose a los años 1890, pero el público en general, incluidos estudiantes e investigadores, puede acceder a las colecciones desde el edificio central de la Biblioteca del Congreso, conectado por fibra óptica desde Washington DC.

En la reciente visita de periodistas, el jefe de la sección de conservación y digitalización de audio, Gene DeAnna, mostró diferentes técnicas de grabación desde los cilindros de cera a los grandes discos de vinilo en que se han grabado programas de radio.

Esta parte de la colección incluye, por ejemplo, las placas metálicas originales de impresión de discos de vinilo y grabaciones como el recital en 1939 de la contralto Marian Anderson frente al Lincoln Memorial, después que se le prohibiera la actuación en la Sala Constitution, porque era negra.

La preservación de tantos materiales audiovisuales en formatos diferentes demanda del Centro otra colección paralela: la de las maquinarias y equipos usados en sus épocas para la reproducción de imágenes y sonidos.