Certero golpe cafetero

BELO HORIZONTE, Brasil, Jun. 14, 2014.- Cual réplica del Campín, el Estadio Mineirao, repleto de aficionados cafeteros, fue testigo del regreso triunfante de Colombia a instancias mundialistas con un certero triunfo de tres goles por cero ante Grecia, en partido del grupo C de Brasil 2014.

 

Pablo Armero, Teófilo Gutiérrez y James Rodríguez, en los minutos 5, 57 y 93, fueron los encargados de detonar la locura colombiana en Belo Horizonte.

 

El partido arrancó con una dinámica interesante. Colombia volcado al frente, adueñándose de la posesión del balón. Grecia, fiel a su estilo e historia, esperándo atrás, cediendo pocos espacios tras la línea media del terreno de juego. La técnica de tipos como James Rodríguez, Ibarbo, Cuadrado y Teófilo Gutiérrez lució.

 

Fue así que al minuto cinco de juego, Guillermo Cuadrado acarreó la bola por el costado de la derecha, encaró y superó a José Cholevas, lateral izquierdo griego, y sacó una diagonal hiriente que atravesó el área helénica. El punto fino de esta jugada lo ofreció James Rodríguez al esquivar el pase de Cuadrado, lo que descontroló a la zaga y permitó que Pablo Armero, lateral izquierdo de los amarillos, apareciera con libertad para impactar de derecha a gol. A pesar de lo débil del disparo, aunado a un ligero desvió de una pierna griega, el arquero Karnezis no pudo evitar el primer tanto de Colombia.

 

Al parecer, y de manera paradójica, el tanto afectó a Colombia y alentó a Grecia. Los primeros cedieron la iniciativa de la pelota; quizá estrategia, quizá inercia, y recularon en su terreno. Los segundos se hicieron del control de la pelota y comenzaron con su fase de creación ofensiva. Sin embargo, a pesar de su entrega a este proceso, hubo poca claridad por parte de Koné, Salpingidis, Gekas y compañía.

 

La desesperación se hizo presente ligeramente en los griegos, pues, no lograron que Ospina se ensuciara el uniforme. Esto quedó de manifiesto con las constantes descolgadas de Giorgios Samaras, quien dejaba su posición de centro delantero para acercarse a los mediocampistas, o a las bandas, con tal de recibir la de gajos y crear algo de peligro.

 

El correr del reloj permitió que la presión de Grecia se aligerará y que Colombia pudiera jugar en fuera de su campo. Así llegaron ciertas combinaciones de Cuadrado, Rodríguez e Ibarbo, aunque no hubo peligro contundente en el marco de Orestis Karnezis. No obstante, el final de la primera mitad mostró a Grecia de nuevo atacando a Colombia. La mejor postal de esto fue un disparo de Koné, desde fuera del área, con la parte interna del botín derecho, que obligó, al fin, a Ospina a lucir sus habilidades de atajador.

 

Así, el primer tiempo se consumió y los sudamericanos se retiraron al descanso con una ventaja en el marcador, no así en el tránsito del partido, el cual fue para el conjunto europeo. El segundo tiempo trajo consigo una historia con un desarrollo similar, pero una dosis elevada del ingrediente clave de todo partido: el gol.

 

De nueva cuenta, Colombia con iniciativa, con empuje y deseos de manifestar su superioridad técnica y táctica sobre el terreno de juego. Por su parte, Grecia estuvo intensa, incluso con algunos rasgos de violencia, que derivaron en faltas y tarjetas de amonestación para sus jugadores, como Sokratis Papastathopoulos y Dimitris Salpingidis.

 

Tal y como en la primera mitad, el gol llegó. Un tiro de esquina cobrado por James Rodríguez fue punteado, aparentemente sin intención de dar un pase, por Abel Aguilar, lo cual aletargó el viaje de la pelota y permitió a Teófilo Gutiérrez, ex jugador del Cruz Azul mexicano, encontrarla a modo para asi empujar a gol.

 

De ahí en adelante, los técnicos movieron sus piezas; más en un tenor de refresco que de alteración verdadera enn el terreno de juego. Hombre por hombre, posición por posición. Tanto Pekerman como Santos consideraban tener la razón sobre como ganar este partido. El tiempo terminó por darle la razón al timonel argentino.

 

Grecia de nueva cuenta se lanzó al frente y su fiereza en el ataque estuvo a punto de verse reflejada en el marcador, cuando al minuto 60 Fanis Gekas remató completamente solo, en el área chica, un centro enviado desde el costado derecho, por Koné, pero la pelota se estrelló en el travesaño. Sin duda, una pifia dolorosa, que pudo cambiar el rumbo del juego.

 

El cansancio fue mermando la intensidad del partido y los espacios aparecieron; no así la fluidez en el aprovechamiento de los mismos. Para Colombia, lo anterior no afectó en lo mas mínimo, pues terminó por abrazar su condición de equipo contragolpeador y, posteriormente, utilizarla a su favor. Grecia, por su parte, veía como languidecían sus esperanzas de obtener un resultado mejor.

 

Entonces, en tiempo de compensación llegó el último golpe cafetero: un contragolpe colombiano por el costado derecho, orquestado por Juan Guillermo Cuadrado, que tuvo una injerencia brutal en dos de las tres acciones claves de este duelo, terminó en un pase a James Rodríguez, dentro del área, para que este lanzara un sutil disparo de zurda, que el arquero Karnezis no alcanzó a desviar.

 

Así Colombia sumó sus primeros tres puntos en el Mundial de Brasil 2014 en detrimento de Grecia, que se queda con el amargo sabor de no haber merecido tanto castigo, y de continuar sin victoria en sus debuts en Copa del Mundo.