Texas teme quedarse sin agua este verano

AUSTIN, Estados Unidos, may. 21, 2014.- La sequía que sufre Texas, considerada una de las más severas de los últimos cinco siglos, podría dejar sin agua corriente este verano a algunas localidades del segundo estado más extenso del país si la situación no mejora.

Los últimos datos de la Comisión de Calidad Ambiental de Texas, relativos a mediados de este mes, indican que hasta 11 sistemas públicos de agua podrían interrumpir su servicio en los próximos 45 días y 32 sistemas locales más hacerlo en los próximos tres meses, lo que pone en peligro las condiciones básicas de vida de miles de texanos.

La sequía, que se inició hace cuatro años, ya obliga a centenares de municipios de Texas a aplicar restricciones en el agua corriente precisamente para evitar futuros cortes de servicio, según los datos del organismo.

El 91 % del territorio texano registra actualmente una falta de agua considerada anormal, según los últimos datos del Centro Nacional de Mitigación de la Sequía, pero en el 56 % del estado la sequía ya es severa y en el 40 % extrema.

El climatólogo Patrick Fuchs, que trabaja en este observatorio nacional de la sequía, explicó hoy a Efe que la falta de agua es una situación cíclica en la región texana, pero lo que hace excepcional esta sequía histórica es su extensión.

La actual sequía tiene un impacto en la gran mayoría del estado, que tiene una extensión algo mayor a la de países como España, y afecta no sólo al sector agrario sino a la población en general.

Fuchs apunta que todavía no se ha encontrado una explicación meteorológica a esta sequía, sino que más bien se trata de un fenómeno cíclico en el sur del país que, en la última década, se ha convertido en más recurrente y marcado.

Precisamente esta semana, el climatólogo John Nielsen-Gammon se preguntaba, durante un encuentro sobre el asunto en el área de San Antonio, si los niveles de sequía récord se convertirán en algo habitual en el sur de Texas.

El climatólogo pronosticó sequías más severas e inundaciones más fuertes en Texas, un estado donde algunos de sus representantes públicos niegan el cambio climático global o lo ponen en duda.

En abril, el vicegobernador de Texas, el republicano David Dewhurst, extendió la declaración de emergencia por sequía, vigente en el estado desde 2011.

En el texto argumentaba que la sequía pone en riesgo el suministro de agua, que va acompañada por escasas lluvias y mayores posibilidades de incendios incontrolados.

En Wichita Falls, en el norte de Texas, las autoridades locales estudian depurar el agua posterior al consumo doméstico para reutilizarla, algo sin precedentes en el país, según explicó la red de emisoras NPR.