ECONOMíA

Trabajadores británicos tienen menor capacidad de consumo

Los ingresos de los trabajadores británicos se redujeron a su ritmo más rápido desde 2014 en el periodo febrero-abril, teniendo en cuenta la inflación, lo que destaca las crecientes dificultades a las que se enfrentan muchos hogares por el Brexit, según datos oficiales.

Las cifras apuntan al reto que enfrentan la primera ministra de Reino Unido, Theresa May, y su Gobierno, en un contexto de mayor presión sobre los hogares por el aumento de los precios desde la votación del año pasado a favor de dejar la Unión Europea, lastrando al conjunto de la economía del país.

También se conoció que la tasa de desempleo en el periodo entre febrero y abril se mantuvo estable en mínimos de cuatro décadas, en un 4.6 por ciento, en línea con las previsiones de economistas.

La inflación avanzó un 2.9 por ciento en mayo, a casi máximos de cuatro años, según datos del martes, algo más de lo que los economistas esperaban.

La Oficina Nacional de Estadísticas dijo el miércoles que las rentas totales de los trabajadores, incluyendo bonos y teniendo en cuenta la inflación, cayeron un 0.4 por ciento anual de febrero a abril, después de subir un 0.1 por ciento en el primer trimestre.

Se trata de la mayor caída en términos reales desde el periodo julio-septiembre de 2014.

En términos nominales, los ingresos subieron a su ritmo más lento desde febrero de 2016, experimentando un incremento del 2.1 por ciento en febrero-abril y ralentizándose desde el 2.3 por ciento que ganaron en el primer trimestre.

Los economistas esperaban un aumento de los ingresos de un 2.4 por ciento.

La agencia de estadísticas dijo que había revisado los datos de los salarios para mejorar la metodología en lo relacionado con las pequeñas empresas, y eso dio lugar a previsiones más bajas de las cifras de remuneraciones, pero cambió poco en términos generales.

Dejando de lado los bonus, los salarios subieron un 1.7 por ciento interanual, el crecimiento más débil desde enero de 2015 y contra las previsiones de alza del 2.0 por ciento.

Por ahora, el banco central opina que hay poca presión en la mayoría de las empresas para aplicar fuertes subidas de los salarios, lo que podría hacer más duradero el problema de la inflación.

 

 

 

 

 

 

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