El pastor de la pequeña iglesia de Texas donde un hombre perpetró uno de los peores tiroteos en la historia reciente de Estados Unidos quiere demoler el edificio para construir en su lugar un monumento en homenaje a las víctimas, reveló un responsable este jueves.
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Reanudar el servicio religioso en esta pequeña iglesia rural sería “emocional y físicamente imposible”, dijo Robert Oldham, de la Southern Baptist Convention, que agrupa a estas iglesias cristianas.
“La iglesia aún no ha tomado una decisión” sobre la petición del pastor, precisó Oldham.
Pomeroy estaba de viaje cuando Devin Patrick Kelley entró a la iglesia para matar metódicamente a 25 personas, incluida una mujer embarazada, y lesionar a otras 20. Las autoridades locales decidieron contabilizar al niño por nacer en su balance oficial de 26 muertos. Kelley se suicidó, según la policía.
“Estoy aquí como vicepresidente para asegurarme de que todos los recursos de Estados Unidos sean tenidos en cuenta”, dijo Pence. “El pueblo estadounidense está con ustedes”.
Con información de AFP.
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