CLIMA Y FENóMENOS NATURALES

Por equinoccio de primavera, miles visitan Teotihuacán

Se acerca el equinoccio de primavera y a la zona arqueológica de Teotihuacán han llegado miles de personas en busca de la energía cósmica.

“Sí podemos, sí llegamos primero Dios, esta bonita la subida, pero nos falta un poquito más de condición”, compartió Eduardo, visitante zona arqueológica de Teotihuacán.

64 metros de altura es lo que mide la Pirámide del Sol. Sus 286 peldaños, angostos, de apenas 25 centímetros de ancho, retan a los visitantes que buscan llegar a la plataforma.

“Para qué te cargues de energía porque bueno se supone, nos estaban vendiendo un cuarzo allá abajo, te lo pones y se supone que te llega la energía”, agregó Beatriz, visitante de Teotihuacán.

Son tantos los que quieren subir, que su respiración, casi simultánea, se escucha cuando suben.

“Sí, condición física, pero muy bien la verdad que el sitio es mágico”, señaló Damián.

Al ser cuestionado sobre que es para él lo más impresionante respondió:

“La arquitectura, como ellos hicieron todo esto, las raíces del pueblo mexicano, es magnífico”, apuntó Damián.

Las piernas bien plantadas en cada uno de los peldaños, así suben. Es como si una pierna empujara a la otra.

Manuel, visitante de la zona arqueológica de Teotihuacán reveló que se preparó para subir “haciendo cardio”.

“La mirada puesta en el piso, para no perder el equilibrio”, dijo.

Gloria, otra visitante, compartió:

“Estoy feliz, feliz de estar aquí, me siento muy bien, todo chévere”.

Alrededor de una hora invierten en llegar a lo más alto.

A la mitad de la pirámide, se hace el mayor tiempo de espera.

“La seguridad de los visitantes es lo más importante para nosotros y si subieran de manera amontonada o todos al mismo tiempo realmente tendríamos muchísimo riesgo, de la misma manera hay que conservar los monumentos de tal forma que se les pida ascienda de manera ordenada y en el menor tiempo posible”, destacó Verónica Ortega, arqueóloga.

Nadie desespera, permanecen pacientes en la fila, quieren llegar arriba.

“Dios me dio licencia de subir, despacio, con ganas de subir allá arriba. Sí se puede, sí se puede”, aseguró Adriana, visitante.

Ya arriba muchos olvidan levantar las manos para tomar energía y se concentran en fotografiar el Valle de Teotihuacán.

Con información de Guadalupe Madrigal.

LLH