El estrés “se apodera de uno después de observar o vivir una experiencia que impacta tu seguridad y nos ponemos en modo sobrevivencia”, afirmó al terapeuta Shulamit Graber en entrevista para FOROtv.
“Al principio estamos haciendo, actuando, moviéndonos, ayudando, no hay tiempo para que las emociones nos hagan sentir melancólicos”, explico Graber, pero “después se empiezan a bajar las emociones y el estrés postraumático empieza a hacer efectos; la gente se aísla”.
En esos momentos, “es importante no dejarse llevar por la necesidad de aislarse, sino que hay que tratar de recuperar lo que nos es importante”.
Shulamit Graber detalló que “mucha gente deja de hacer cosas que le gustan, porque siente que no puede retomarlas. Te pueden decir: ‘no puedo ir al parque porque está cerrada la calle por donde llegaba’. Pero es importante buscar por dónde se pueden hacer las cosas. Cuando estamos en estrés postraumático tendemos a cerrarnos y a alejarnos de las cosas que nos gustan, como si se volvieran imposibles”.
En esos momentos es necesario “hacer ejercicio, pasar tiempo con la gente que amas”.
Esa sensación parte de que “sabemos que nos cambió la vida y sentimos que ya no podemos hacer lo mismo, pero tenemos que recuperar lo que tiene valor para nosotros”.
Graber explicó que en momentos como los posteriores al sismo del 19 de septiembre, “se rompe el sentido de certeza, cuando vivimos una experiencia traumática, se resquebraja quiénes somos, por esos nos sentimos inseguros, porque nos toca el punto de que no hay certezas y necesitamos un grado de control para sentirnos seguros”.
Es importante que “vayamos recuperándonos para sentir que mi vida sí tiene algo de control; es necesario que recuperamos el contacto con los seres humanos, que aprendamos cómo acercarnos, que tendamos conexiones, que nos mantengamos en el amor”.
Otra cosa que sirve, dijo Shulamit Graber, “es el sentido, nos movemos por sentido y cuando nos pasa algo nos preguntamos por qué, pero esa pregunta hay que quitarla, porque no lo sabemos y probablemente no lo sabremos, pero ¿qué tanto nos movemos al para qué? Si le encontramos un sentido, un para qué, le van a encontrar un nuevo sentido a la vida”.
Graber subrayó que “estas experiencias nos dan una oportunidad de crecimiento, nos dan la posibilidad de sacar una mejor versión de uno mismo, es momento de preguntarnos qué aprendí de mí y que ahora puedo poner al servicio de los demás”.
Insistió en que “nos movemos por sentido, cuando te hace sentido, te mueves, es muy importante que la gente pueda resignificar lo que vivió para retomar el hilo de la vida”.
Destacó que la mejoría no es inmediata, por lo que “tenemos que ser nobles, darnos tiempo para sanarnos, pero no se vale paralizarnos, aislarnos, no preguntar, no compartir”, al final, dijo, “lo que te marca en la vida no es lo que vives, sino lo que haces con lo que vives”.
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