POR EL PLANETA

La biodiversidad de Costa Rica se concentra en el Parque Nacional Corcovado

Nos dirigimos a la Bahía de Drake. Hay que embarcarse para llegar hasta el Parque Nacional Corcovado, la joya de la corona de Costa Rica.

El Parque Nacional de Corcovado se ubica en el suroeste de la Península de Osa, en la provincia de Puntarenas.

Tiene una extensión de más de 54 mil hectáreas, que conservan un bosque nuboso y el último reducto del bosque tropical húmedo del Pacífico Mesoamericano.

Llegamos a la desembocadura del llamado río Sirena. A esta hora de la mañana la mesa está servida. Parvadas de aves andan en busca de peces, y los cocodrilos andan en busca de las aves.

Pero también registramos a un tiburón toro, justo cuando va entrando al delta.

Pero lo que buscamos pesa alrededor de 300 kilogramos y puede medir más de dos metros de longitud. Para nuestra sorpresa, aparece cruzando el río. Es un macho y es una imagen poco común. Se le conoce como danta o tapir, pariente lejano del rinoceronte.

Tapir en el Parque Nacional Corcovado de Costa Rica (Por el Planeta/Noticieros Televisa)

El tapir se caracteriza por su alargado hocico en forma de trompa, que usa principalmente para arrancar hojas, hierbas y raíces o los frutos que come.

Se trata de un animal primitivo. Sus ancestros caminaron en la tierra hace 55 millones de años. Seguimos al tapir, que después de estar en la playa, descansa bajo una higuera.

A quienes no parece preocuparles nuestra presencia es a esta familia de coatís o pizotes, como le llaman en Costa Rica, incluso se muestran curiosos.

Se parecen al mapache, con una cola delgada y lisada, y nariz alargada. Son animales muy sociables. Las hembras y juveniles forman manadas de hasta 25 individuos. Probablemente es el mamífero más abundante de Costa Rica.

Pizote en el Parque Nacional Corcovado de Costa Rica (Por el Planeta/Noticieros Televisa)

En otro recorrido por los senderos de Corcovado, pero ahora sobre la ribera del río Claro, Erick Gómez, mejor conocido como “Forta”, uno de los guías más experimentados de Corcovado, parece que ha descubierto algo en la copa de los árboles.

Distinguimos entre las ramas a un folívoro, mejor conocido como perezoso. Se trata del llamado perezoso de tres dedos. Y estamos de suerte, es una madre con su cría, que apenas se asoma tímidamente.

Son animales sorprendentes. Es uno de los mamíferos más lentos de la tierra. Y pasan la mayor parte de su vida comiendo hojas, ramas y retoños. Y durmiendo.

Aunque es una especie abundante en Costa Rica, encontrarlos no es tan fácil.

Perezoso del Parque Nacional Corcovado de Costa Rica (Por el Planeta/Noticieros Televisa)

Mientras avanzamos por otro sendero, nuestro guía observa que algo se mueve. Es la tamandua mexicana, mejor conocido como oso hormiguero.

Observamos su hocico alargado, cola prensil y grandes garras, que le sirven de defensa ante sus predadores. No es un animal agresivo y siempre huye. Son solitarios y arbóreos. Se alimentan principalmente de termitas, hormigas y abejas. Se piensa que son capaces de comer unas nueve mil termitas u hormigas por día, destrozando nidos con sus afiladas garras.

Los hormigueros no tienen dientes, en su lugar tienen una enorme lengua con saliva pegajosa y pequeñas espinas con la que chupan su alimento.

Mañana, los monos del nuevo mundo.

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Con información de Alberto Tinoco

MLV