DEBATES Y ENTREVISTAS

Beneficios petroleros en aguas someras, análisis en Despierta con Loret

En marzo se anunció que la petrolera italiana Eni se convirtió en la primera empresa privada en perforar un pozo petrolero de manera exitosa en México. Se trata del campo Amoca-2, adjudicado en la Ronda 1.2, que muestra que sus recursos son mayores a los estimados, informó entonces la empresa en un comunicado.

Hace pocas semanas, el consorcio conformado por Sierra Oil and Gas, Talos Energy y Premier Oil descubrió un gigantesco yacimiento de petróleo ligero en aguas someras, a 60 kilómetros de las costas de Tabasco. De acuerdo con las empresas, se trata de un megayacimiento encontrado a través de la perforación del pozo Zama-1, un tirante de agua de 166 metros de profundidad, con una estimación inicial de recursos cuantificada en un rango de entre 1,400 millones y 2,000 millones de barriles de petróleo crudo equivalente.

Ambos descubrimientos, sin embargo, no son producto de las empresas, informó Miriam Grunstein, investigadora del Centro México de Rice University, en la mesa de Despierta con Loret. “Se trata de perforaciones que había hecho Pemex, pero no se les dio seguimiento”, redondeó.

Sin embargo, acotó Grunstein, “la producción no será inmediata, porque se trata de procesos tardados. Aunque la perforación dé muestras de que hay buena cantidad de hidrocarburo, el proceso de producción puede tardar entre un año y medio y dos años”.

El Estado, además, obtendrá beneficios todavía después, porque, en el caso de Eni, “el contrato es de utilidad compartida, dejando arriba del 70% de su utilidad al Estado; que, con impuestos, le dejaría alrededor de 90% del beneficio de exportación al Estado”. No obstante, advirtió la investigadora, “esta oferta agresiva despierta sospechas, porque, con este tipo de contratos, lo primero que hace la empresa es recuperar costos y, cuando lo hace, empieza a pagar al Estado”, por lo que, señala, “quién sabe si no inflen los costos para tardarse en pagar”.

Para prevenir esa táctica dilatoria, “la Secretaría de Hacienda ya tiene una unidad de monitoreo de costos”, pero, apunta, “en la práctica internacional ha habido muchas controversias relacionadas con la auditoría de costos. Los mayores litigios en la industria petrolera han sido sobre monitoreo de costos”.

Y aun cuando no hubiera litigios, señala Miriam Grunstein, “los beneficios correrán lento, porque no es como ir a comprar zapatos; esto es mucho más sofisticado; el Estado primero reembolsará a la empresa con barriles por los costos incurridos y después se dividirán los remanentes”.

También será necesario que las empresas y el Estado definan “qué costos son elegibles y qué impuestos me reconoces como deducibles. Puede haber todo un debate”.