Catar rebaja la tensión con los países árabes y acepta negociar

El Gobierno de Catar hizo un esfuerzo para rebajar la tensión con los países árabes al aceptar negociar las demandas que sus vecinos han impuesto para resolver la crisis diplomática. 

El anuncio de la disposición al diálogo por parte de Doha fue hecho por el ministro de Exteriores de Kuwait, Sabah Jaled al Sabah, cuyo país se ha erigido en mediador y que ha intensificado los contactos con todas las partes en los últimos días.

El comunicado kuwaití, que hasta ahora no ha sido confirmado por Doha, afirmó que Catar está dispuesto a “entender las reales inquietudes y preocupaciones” de los países árabes y a hacer “grandes esfuerzos” para la resolución de la crisis diplomática.

El diálogo, según las intenciones de Catar, se canalizará a través del Consejo de Cooperación del Golfo (CCG), organismo al que también pertenecen Arabia Saudí, Baréin y Emiratos Árabes Unidos (EAU), los tres países que han tomado más represalias contra Catar, al que acusan de financiar grupos terroristas.

Estos países, a los que se suma Egipto y otros gobiernos árabes y africanos, le han exigido a Catar que debe de dejar de apoyar a grupos terroristas y a los islamistas Hermanos Musulmanes y, además, debe expulsar a una lista de personas consideradas como “hostiles” por los países del Golfo.

También han exigido acabar con la provocación y las incitaciones mediáticas que, según ellos, Doha realiza a través de la popular televisión de noticias Al Yazira.

Este viernes, los cuatro países que desataron la crisis diplomática presentaron una lista de personas y entidades supuestamente terroristas y vinculadas a Catar, al que exigieron que dejara de presentarles apoyo y financiación.

En la lista figuran 59 individuos, la mayoría de los cuales son cataríes y egipcios, como los conocidos clérigos Yusef al Qaradawi y Wagdi Guneim, ambos de nacionalidad egipcia.

Muchos de ellos son exponentes de los Hermanos Musulmanes y de grupos salafistas, además del excombatiente islamista libio Abdelhakim Belhash y otros nacionales de ese país, así como algunos saudíes, kuwaitíes, bareiníes, jordanos y un yemení.

Además, presentaron los nombres de doce organizaciones consideradas “terroristas”, que incluyen fundaciones de caridad cataríes directamente ligadas a la familia real, cinco grupos bareiníes chiíes acusados de llevar a cabo actos violentos en ese país y una milicia libia que lucha en Bengazi contra las fuerzas del general Jalifa Hafter, apoyado militarmente por El Cairo y EAU.

Los países que emitieron la lista aseguraron que esta pone en evidencia “la dualidad política catarí”, cuyo Gobierno “dice luchar contra el terrorismo pero apoya y financia a las organizaciones” de esta naturaleza.

Desde el inicio de la crisis, las autoridades cataríes expresaron su apuesta por el diálogo, pero en todo momento han negado las acusaciones de financiar el terrorismo.

Este cambio de actitud, mostrando su disposición a “entender” las preocupaciones de sus vecinos, se produce después de dos pequeños gestos hechos por ambas partes respecto al trato de sus respectivos ciudadanos.

Anoche, Catar insistió en que no tomará ninguna medida contra los ciudadanos saudíes, emiratíes y bareiníes, cuyas autoridades dieron, el pasado lunes, un plazo de dos semanas a los cataríes para abandonar su territorio.

Como contrapartida, los países del Golfo también rebajaron ligeramente la tensión al anunciar que darán un trato “humanitario” a los cataríes que están casados con ciudadanos de sus países, dando a entender que no los extraditarán. 

No obstante, prosigue el bloqueo terrestre, naval y aéreo impuesto sobre el emirato y que ha obligado a Doha a importar alimentos de otros países, entre ellos Irán y Turquía.

 

RAMG