La falta de recursos impide habilitar distintas zonas arqueológicas ubicadas en el estado de Guerrero.
Es el caso de la zona arqueológica ‘Pezuapan’, en la colonia Indeco al poniente de Chilpancingo.
En un área aproximada de media hectárea, hay un basamento piramidal que es el único remanente de un gran sitio que fue cubierto por la mancha urbana de la capital guerrerense.
Su descubrimiento ocurrió en el año 1982, cuando se realizaban trabajos de urbanización de la que fuera la colonia Nicolás Bravo.
Según especialistas del Instituto Nacional de Antropología e Historia (INAH), en esta zona continúan bajo la tierra ruinas arqueológicas que probablemente datan del periodo Clásico, entre el año 150 al 750 después de Cristo.
“Ha sido por falta de recursos que no se ha podido trabajar. Se ha intentado hacer convenios con el ayuntamiento, pero hasta ahorita no ha salido. Sí se ha intentado echar a andar la zona, pero no se ha podido”, indicó Antonio Hermosillo Worley, Centro INAH Guerrero.
Otro punto sin descubrir se ubica al norte de la ciudad, por la presa Cerrito Rico, en donde se han encontrado vestigios arquitectónicos relacionados a la cultura teotihuacana.
“Es muy frecuente aquí en el área encontrar estas formaciones troncocónicas. Son oquedades que hacían para almacenar o para enterrar, hacer enterramientos. Es importante porque es el único sitio donde se tiene registrado el talud tablero que es típico teotihuacano en el área”, indicó Antonio Hermosillo Worley, Centro INAH Guerrero.
Kenamatzin Fragoso Chaparro, promotor Cultural en Guerrero, asegura que los vestigios encontrados comprueban un vínculo entre Guerrero y Teotihuacán.
“Tenemos bastantes vestigios que nos data una identidad y la identidad es más de mil años antes de Cristo. Lo que sí sabemos es que tuvieron mucha influencia mexica, mucha influencia tenochca, mucha influencia olmeca, teotihuacana y de las culturas que estuvieron en su ámbito en aquellos tiempos”, explicó Kenamatzin Fragoso Chaparro, promotor cultural del grupo Itzkuintli-Xituntekiz.
Según las autoridades en el Estado de Guerrero, existen alrededor de dos mil zonas arqueológicas de las cuales sólo siete están abiertas al público.
Con información de Janosik García.
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