Yaneth Castro es una de ellos. Llegó desde Tapachula, Chiapas y ya no pudo ingresar a los Estados Unidos, ahora lucha por sobrevivir.
“Como todavía no tenemos los papeles lo vemos un poco difícil. A veces van patrones a la iglesia que necesitan una mujer para vender tacos, para una cocina, los hombres para la construcción y aprovechamos esos momentos para ganarnos, aunque sea unos pesitos”, señaló Yaneth.
“En mi caso, esperar a que nos den los papeles aquí, que México ya me dé la visa que está dando, para ver si puedo conseguir un trabajo estable y ver cómo es el futuro”, explicó Castro.
Desde hace poco más de cuatro meses, los cubanos varados se reúnen en la plaza Juárez a unos 400 metros del Puente Internacional para ser contratados para trabajos temporales.
Unos como albañiles, otros como plomeros o repartidores.
Las mujeres para la limpieza de las casas, cocineras, vendedoras o cuidando niños.
“Veníamos con una ilusión dé cruzar hacia los Estados Unidos y hasta ahora estamos maravillados con México y ha sido un país que nos ha dado una acogida extraordinaria”, señaló Leomar Davila, cubano varado en Nuevo Laredo, Tamaulipas.
El alcalde de Nuevo Laredo señaló que se les ha dado el apoyo necesario.
“Hemos estado en comunicación con ellos, al tanto en cuestión de ayuda, desde alimenticia, cuidados de la salud, seguridad, su estadía aquí tienen qué regularizarse, ya hay un proceso que se está haciendo ante el Instituto Nacional de Migración”, afirmó Enrique Rivas Cuellar, alcalde de Nuevo Laredo, Tamaulipas.
Señaló que de los más de 500 cubanos que llegaron en enero de este año, quedan ya unos 300 los demás se han ido a otros estados a buscar otras alternativas de vida.
Con información Juan Andrés Martínez
KAH