CONFLICTOS ARMADOS

Asesor de Seguridad de Trump visita Afganistán tras el bombardeo al EI

El asesor de Seguridad Nacional del presidente Trump, el teniente general H.R. McMaster, llegó por sorpresa a Afganistán para prometer más apoyo y colaboración con Kabul, apenas tres días después de que Estados Unidos lanzara “la madre de todas las bombas” contra el Estado Islámico.

McMaster se reunió con el presidente Ashraf Gani, en una jornada en la que el gobierno afgano elevó a al menos 95 el número de muertos en el ataque del pasado jueves a un complejo subterráneo del EI en la provincia oriental de Nangarhar con el lanzamiento de la bomba GBU-43, una de las más potentes del arsenal no nuclear estadounidense.

En una entrevista concedida durante su visita, el militar defendió la importancia de derrotar al Estado Islámico. “No podemos tolerar la existencia de ese tipo de organización (EI). Ellos sonuna amenaza para toda la gente civilizada (…) deben ser derrotados”, dijo.

Respecto a los talibanes, aseguró que aquellos que opten por aceptar el diálogo ofrecido por el Gobierno pueden “ser parte del cambio político” en Afganistán o “ser derrotados en el campo de batalla” en el caso de que no deseen encontrar una “solución pacífica” al conflicto.

McMaster no reveló detalles sobre la futura estrategia de Estados Unidos hacia Afganistán ni si enviará más tropas al país asiático.

“El curso del futuro depende no solo de lo que tu decidas hacer, sino de la reacción de tu enemigo y a veces ésta es difícil de predecir”, dijo.

En un comunicado tras las entrevistas de McMaster con Gani y con el jefe de Gobierno, Abdulá Abdulá, la embajada estadounidense indicó que, en ellas, el representante de la Administración Trump “comprometió un apoyo fuerte continuado de Estados Unidos para Afganistán”.

En su reunión con el presidente se conversó sobre “las prioridades compartidas” y la “fuerte cooperación bilateral”, así como las “dinámicas regionales y esfuerzos conjuntos para contrarrestar los grupos terroristas, incluyendo Al Qaeda y el Estado Islámico (EI)”, según la misma fuente.

McMaster elogió los esfuerzos del Gobierno afgano en las reformas económicas, políticas y de seguridad, y alentó la aceleración de esos trabajos para fortalecer el desempeño del gobierno en Afganistán.

La de McMaster es la primera visita de un alto cargo de la administración de Donald Trump a Afganistán y se produce apenas tres días después del lanzamiento de la bomba GBU-43, apodada “la madre de todas las bombas” por lo militares estadounidenses.

El presidente afgano, por su parte, agradeció a McMaster la “ayuda y asistencia de las tropas estadounidenses en Afganistán”, según señaló un comunicado de la oficina presidencial.

El mandatario afgano indicó durante la reunión que el terrorismo es una amenaza seria a la seguridad y estabilidad de la región y “si no es eliminado a tiempo tendrá un efecto negativo en la vida de cinco generaciones futuras”.

Mientras tanto, el Ejército de Afganistán informó de que el proyectil estadounidense lanzado el pasado jueves acabó con la vida de “más de 95 combatientes” del EI, entre ellos con varios de sus líderes, pese a que el grupo yihadista dijo a través de la agencia Amaq no haber sufrido ninguna baja en sus filas.

El proyectil, de 10 toneladas, destruyó una base estratégica utilizada por la organización terrorista y compuesta por túneles construidos por los muyahidines durante la invasión soviética al país asiático.

En concreto, el Ministerio de Defensa del país asiático detalló que el bombardeó destruyó 4 cuevas usadas como refugio y un depósito de armas en esta base, que se encontraba en una zona montañosa de Nangarhar y cerca del vecino Pakistán.

El general Murad Ali Murad informó que todavía continúan las operaciones de despeje en la zona del bombardeo.

La bomba ha levantado también una tormenta política en el país y el expresidente Hamid Karzai (2001-2014), que ayer aseguró que no reconoce al actual Gobierno por haber permitido a Estados Unidos perpetrar el ataque.

 

RAMG