A más de cuatro mil 500 kilómetros de Puerto Príncipe se construye la pequeña Haití, una zona montañosa apartada de la ciudad de Tijuana, en donde viven más de 220 haitianos dentro de una iglesia.
Es la zona del Cañón del Alacrán, lugar donde no huele bien y puede ser peligroso en la temporada de lluvias, sin embargo, muchos de los haitianos se quedan a vivir en el lugar.
Ahí vive Yudelca, quien llegó con su madre y su padre sin saber que ya no podrían cruzar hacia Estados Unidos y siguen atrapados en la ciudad fronteriza.
Yudelca, comentó: “La vida para mi está muy mal, todavía no me gusta, porque tienes trabajo, pero los trabajos no pagan muy bien, entonces queda un poco difícil porque lo que queremos hacer no da, porque los trabajos no pagan”.
De los casi 20 mil haitianos que comenzaron a llegar a Baja California desde mayo del año pasado quedan tres mil 500.
Yhan, dijo: “Pasa un mensaje por el mundo para quien puede ayudarnos a nosotros”.
Saida Guillén de la Fundación Regalando Amor, explicó: “Al momento que deciden permanecer en Tijuana mi esposo decide donar el terreno que está atrás de nosotros”.
Así nació el proyecto, en el que se contempla la construcción de 100 casas para los haitianos con recursos de diferentes organizaciones civiles.
Sin embargo, los permisos de construcción no fueron otorgados por las autoridades locales por tratarse de una zona de peligro y la obra se encuentra parada.
Hasta el momento 500 haitianos han buscado regularizar su estancia en Baja california, 131 ya cuentan con Seguro Social con el que pueden trabajar.
Marco Antonio Corona, diputado local, señaló: “Tenemos el tema de la industria maquiladora que también a través de ellos hay interés de poder contratar en estos ciudadanos que han llegado a Baja California”.
Con información de Said Ochoa
LSH
