ARTE Y CULTURA

Casa del Niño Indígena en Hidalgo beneficia a más de 70 infantes

“Yo quiero lograr un sueño, que es ser psicóloga y gracias a este albergue lo voy a lograr”, dijo Anayeli Bautista Bautista, beneficiaria y originaria de Tlachinol.

Dentro de este albergue ubicado en la Huasteca hidalguense; hay sonrisas, anhelos e ilusiones.

La Casa del Niño Indígena en Huejutla, Hidalgo, ha sido el hogar de muchos pequeños desde hace 8 años.

“Cuando llegué a esta Casa del Niño Indígena, anteriormente llamado albergue escolar, estaba en pésimas condiciones, y cuando llegué como que me desanimaba, pero al mismo tiempo también me motivé para este hacer la gestión”, señaló Marco Antonio Rosalino Cortés, director de la Casa del niño indígena.

Anayeli llegó al albergue desde hace dos años y desde entonces se ha convertido en un hogar para ella y donde puede continuar con sus estudios.

“Tenemos un dormitorio, un comedor, una sala para hacer tarea, un aula de cómputo. Gracias al albergue yo puedo seguir estudiando mi prepa y no me cuesta tanto”, enfatizó Anayeli.

Dormitorio de niñas en la Casa del Niño Indígena en Hidalgo (Twitter CDI_mx)

Su día comienza desde temprano, a las 7 de la mañana toma el desayuno y va a la escuela. Al regresar de clases hay comida caliente en la mesa.

“Entramos a las 8, salimos a las 2:30 o 3:00, llegando venimos a comer aquí en el albergue y ya en la tarde ya cenamos otra vez. Frutas, verduras y preparan lo del plato del buen comer dependiendo de cómo les señale”, destacó la beneficiaria y originaria de Tlachinol.

Actualmente la Casa del Niño Indígena les da hogar a más de 70 niños y niñas de diferentes comunidades alejadas de las escuelas.

“El transporte a veces no pasaba y así rápido, tenías que esperar y llegaba más tarde a la escuela”, dijo Leonardo Robles Vegas, estudiante originario de Mapaxtepec, Huejutla.

“Pues para mí es un gran ayuda, porque como vivo en una comunidad retirada pues no puedo mantenerlos mejor a mis niñas, entonces me sirve mucho, porque aquí las atienden bien y tienen todo lo que yo no puedo darles”, comentó Antonia Escobar Hernández, madre de familia.

Datos de la Comisión Nacional para el Desarrollo de los Pueblos Indígenas revelan que en México hay 1100 casas-hogar que benefician a más de 75 mil niños que estudian de primaria, secundaria y hasta bachillerato.

Con información de Bertha Alfaro

KAH