ECONOMíA

Comparece José Antonio Meade ante la Comisión Permanente

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Ciudad de México, 13 de enero de 2017

Mensaje del secretario de Hacienda y Crédito Público, José Antonio Meade Kuribreña, en el marco de la reunión de trabajo de los grupos parlamentarios que tienen representación en la Comisión Permanente con funcionarios del ejecutivo federal y titulares de órganos para explicar las razones e implicaciones del proceso de flexibilización de los mercados de las gasolinas y el diésel, en la Cámara de Diputados:

Muchas gracias, señor presidente de la Mesa Directiva de esta Comisión Permanente; señoras y señores, integrantes de esta Comisión Permanente, muy buenos días.
Agradezco mucho la oportunidad que hoy me brinda esta Comisión Permanente del Congreso de la Unión para analizar las circunstancias que llevaron a un incremento en los precios del combustible a inicio de este año.
Enfrentamos un entorno de gran incertidumbre, que se explica fundamentalmente por factores externos, pero esa incertidumbre ha impactado de manera importante muchas variables dentro y fuera del país. Una de estas variables es el precio de los combustibles.
Es importante, y es oportunidad aquí de hacerlo, revisar las definiciones que se han ido tomando en el marco normativo, conforme al cuál se define la dinámica de precios y cómo inciden en el mercado de combustibles en México.
Estas decisiones tienen dos vertientes: por un lado la vertiente de precios, y ahí vale la pena recordar que en el 2015 el país transitó de un modelo de precio único a un modelo de precio máximo, modelo en el que las estaciones de servicio pueden ofrecer un precio por debajo del máximo, situación que ya se observa de hecho en varios de los mercados que atiende.
En 2016 cambiamos de un impuesto variable, que por varios años representó subsidios significativos, a un impuesto fijo por litro y ajustes en los precios máximos que reflejaban condiciones de mercado dentro de una banda de más menos 3 por ciento.
A partir de 2017 se elimina la banda de precios, y aquí vale la pena señalar, no hay absolutamente ningún cambio en el impuesto.
Por otro lado, la vertiente de la Reforma Energética. Desde 2014 están abiertas a terceros las actividades de refinación, transporte, almacenamiento y distribución, desde 2016 se tienen estaciones de servicio con nombre distinto a Pemex y desde abril hay la posibilidad de libre importación de gasolinas y diésel.
A partir de 217 Pemex dará acceso a su infraestructura de almacenamiento y transporte a terceros interesados, mediante los procesos de temporadas abiertas.
Ninguno de estos cambios, por sí mismo, implica un incremento en el precio de la gasolina. Lo que pasó es que subió al mismo tiempo el precio de la gasolina y el tipo de cambio por encima de la banda, lo que hacía insostenible mantener los niveles que teníamos en 2016.
Aquí es importante señalar que durante 2017 habrá de implementarse la flexibilización gradual de los mercados de combustibles y la liberación de la banda de precios máximos.
Entre agosto de 2016 y el primero de enero de este año, el precio del WTI, el precio del petróleo de esa referencia, pasó de 44.7 dólares por barril, a 54.06 dólares por barril: un aumento del 21 por ciento.
Por otro lado, el tipo de cambio se ha depreciado desde el 8 de noviembre de 2016 al día de hoy, pasando de 18.32 a 21.79 pesos por dólar, una depreciación cercana al 19 por ciento.
Aún con el ajuste de los precios máximos en enero, estos seguirán siendo competitivos si comparamos los que se observan en general en otros países del mundo. 125 países tienen un precio de gasolina superior al que tiene nuestro país.
En México el precio es competitivo con el de Brasil y China. También es competitivo con Canadá, Uruguay, Belice, República Dominicana, Chile, Argentina, Costa Rica, Guatemala y Nicaragua.
Si revisamos lo sucedido en otros países también durante 2016, encontramos que el incremento en México es inferior al de la gran mayoría de los países. En promedio, durante 2016, los países incluidos en el Global Petrol Prices aumentaron 25.2 por ciento, significativamente por arriba del aumento promedio para enero de 2017, que fue de 14.2.
En el caso de Estados Unidos, de acuerdo a su agencia de información de energía, el aumento fue de 30 por ciento.
Dentro de este incremento, el único componente del precio de las gasolinas en México que habrá de disminuir durante 2017, es justamente el del impuesto. Ahí se hizo un esfuerzo de reducirlo en el margen que se tiene desde el gobierno
Haber ido más lejos, hubiera implicado recurrir o más deuda, o a más impuestos o a un recorte, toda vez que no se cuenta ya con la capacidad de generar excedentes en los niveles que se observaron en el pasado.
Nuestra capacidad para generar excedentes petroleros ha disminuido considerablemente. En el período 2007-2012, por ejemplo, el precio del barril de petróleo fue en promedio 18 dólares superior al presupuestal, el día de hoy es similar al presupuestal.
En ese período, 2007-2012, se producían en promedio 2.7 millones de barriles diarios de crudo, en 2017 nuestra producción será de poco más de 1.9 millones.
Entre 2007-2012 éramos el octavo productor de crudo, hoy ocupamos el lugar doce. En ese entonces por cada peso que vendíamos de gasolinas, vendíamos 2.6 pesos de crudo, el día de hoy por cada peso que vendemos de gasolina, vendemos solamente 80 centavos de crudo.
En el mismo período pasamos de ser el noveno consumidor per cápita de gasolina en el mundo, a ser el cuarto consumidor per cápita más importante del mundo.
Esta combinación de factores hace difícil una reducción mayor en el impuesto sin afectar el presupuesto y sus programas.
A partir de ese entorno complicado, la economía mexicana ha venido creciendo con el consumidor como su principal motor, por lo que el nuevo conjunto de condiciones nos exigía tomar medidas necesarias a todos. Medidas hoy contempladas en el Acuerdo para el Fortalecimiento Económico y la Protección de la Economía Familiar adoptado el lunes pasado.
Dentro de estas medidas estamos manteniendo programas de estímulos sectoriales para mitigar los efectos en el costo de los insumos básicos.
Destacan, en el caso del transporte formal, la acreditación de la cuota del IEPS y la deducibilidad en el precio neto del diésel. En el caso del sector primario se mantienen los estímulos al diésel agropecuario y pesquero.
Señoras y señores, el precio de la gasolina no subió por la Reforma Energética, tampoco subió por la Reforma Hacendaria. El precio de la gasolina subió porque el precio internacional del petróleo, del tipo de cambio y el precio internacional de la gasolina subieron también.
Sin duda son circunstancias difíciles, que nos obligan a actuar con responsabilidad y sensibilidad. Actuar con responsabilidad para proteger las fortalezas que han acarreado nuestra economía, con el trabajo y la entrega de todos los mexicanos. Y actuar con sensibilidad para asegurar un futuro mejor para el país y para nuestros hijos.
Agradezco mucho su atención y me mantengo atento a sus preguntas y cuestionamientos.

AGHO