Regalos y rosca, tradiciones del Día de Reyes

La Rosca de Reyes está vinculada al pasaje bíblico del encuentro entre los tres Reyes Magos y el Niño Dios, conocido como Epifanía. Tiene su origen en la Europa medieval y fue retomado en México durante el Virreinato.

La historia de la rosca se refiere a la fe y sacrificio de tres hombres que salieron de Persia y siguieron una estrella luminosa hasta llegar a Belén para adorar al Niño Dios.
A su encuentro, los Reyes Magos le ofrendaron oro, incienso y mirra. Es el motivo por el cual la madrugada de cada 6 de enero los niños reciben regalos.

El relato señala que el Niño tomó los tres regalos y a cambio les dio un cofrecillo, que contenía una piedra con el mensaje de ser firmes y constantes en su fe.

La forma ovalada del pan está relacionada con el círculo infinito del amor a Dios, sin principio o fin. También recuerda a las coronas de los Reyes Magos, con un mensaje de paz simbolizado en las frutas de colores.

El muñeco escondido dentro de la rosca simboliza al Niño Jesús que los reyes no encontraban porque la estrella desaparecía.

De acuerdo a datos de un códice de la biblioteca de París, durante el siglo VII, estos magos eran Melchor, un hombre anciano de barbas blancas; Gaspar, un joven rubio; y Baltasar, de tez negra y barbas onduladas.

La diversidad de razas de los magos hace alusión a la diversidad de pueblos existentes en el mundo.

Los Santos Reyes surgieron por primera vez en el siglo VI, en un mosaico de la iglesia de San Apolinar Nuovo, en Italia.

Posteriormente, en el siglo XVI, por cuestiones incluyentes, se diversificaron sus razas, uno provenía de Europa, otro de Asia y el tercero de África.

BLR