El agua: la crisis que se avecina

CIUDAD DE MÉXICO, México, oct. 17, 2016.- Con un consumo de 34 mil litros por segundo, la Ciudad de México es una de las ciudades con más alto consumo de agua por habitante, casi 300 litros diarios por persona, que equivalen a 220 mil pipas a su máxima capacidad.

“Si pensamos en una referencia como el Estadio Azteca, la zona metropolitana de la Ciudad de México, consume aproximadamente de seis a siete Estadios Azteca diario”, dijo la doctora Marisa Mazari, del Laboratorio Nacional de Ciencias de la Sostenibilidad.

“Las ciudades como Nueva York, Tokio, todas las grandes capitales, las megaurbes del mundo están a nivel del mar, nosotros estamos a dos mil 200 metros sobre el nivel del mar y a pesar de eso tenemos un consumo como ciudad de las más altas del planeta”, señaló Ramón Aguirre Díaz, director del Sistema de Aguas de la Ciudad de México.

El ciclo hídrico en el Valle de México está sufriendo severas alteraciones al consumir más agua de la que naturalmente se puede recargar al subsuelo.

“Ya existe un déficit en la cuenca de México de extracción de agua, estamos extrayendo más de lo que se recarga, eso es seguro; estamos extrayendo como el 50% más de lo que se recarga”, añadió Marisa Mazari, del Laboratorio Nacional de Ciencias de la Sostenibilidad.

El 70% del agua que consumimos en la Ciudad de México es extraída de los mantos acuíferos, el 29% la importamos de afluentes externos como en Lerma y Cutzamala y sólo el 1% procede de afluentes naturales como el Río Magdalena.

Nadie sabe a ciencia cierta cuánto más puede durar el acuífero que actualmente nos abastece, lo cierto es que cada vez muestra más signos de agotamiento.

“Uno a veces lo ve como en el siglo XXll, ¿no?, Estamos hablando del corto plazo en realidad para lo que es la ciudad, una ciudad que está en riesgo, si no logramos que se implemente una solución para que en 30 años esté resuelto. Porque una de dos, o caminamos a un plan para irlo resolviendo y resolverlo en 25 años o vamos a ir caminando a una crisis imparable dentro de 25 años”, aseveró Ramón Aguirre, director del Sistema de Aguas de la Ciudad de México.

Recientemente se dio a conocer el hallazgo de un manto acuífero profundo en la zona de Iztapalapa que, se dijo, podría abastecer de agua a la Ciudad de México durante casi un siglo. Esta esperanza se ha desvanecido debido a la complejidad y altos costos de la extracción de agua a mil 600 metros de profundidad.

“El equipo que se requiere para perforar a mayor profundidad cada vez es un equipo más grande que requiere mayor mantenimiento, mayores costos de operación; de manera que cada vez cada pozo de manera que es más profundo cuesta más dinero construirlo, pero el segundo tema es ¿qué tan profundo van a caer los niveles del agua para el bombeo y sacar esta agua de los sistemas acuíferos?”, cuestionó el doctor Óscar Escolero, investigador en Aguas Subterráneas del Instituto de Geología de la UNAM.

“Pero desde ahorita anticipamos, esa nueva fuente de abastecimiento no cambia la circunstancia de una ciudad que tiene escasez de agua, sería una fuente más, no nos daría ni siquiera el 10% de volumen adicional al que ya se tiene en la ciudad, simplemente es una fuente más, importante en la medida que le puede dar agua a dos, tres millones de personas, pero estamos en una megaurbe que tiene más de 20”, explicó Ramón Aguirre Díaz, director del Sistema de Aguas de la Ciudad de México.

Científicos aseguran que el rescate de los ríos y afluentes naturales de las zonas montañosas pueden ser una solución a la crisis hídrica que se avecina.

“El agua que viene por escurrimientos o por afluentes es muy importante, si nosotros sumamos el caudal que traen los ríos que aun traen agua superficial en toda la cuenca, en época de lluvias podríamos igualar lo que entra por el sistema Cutzamala”, aseveró el doctor Javier Carmona Jiménez, investigador titular de la Facultad de Ciencias.

“Hay mucha agua pluvial que se puede captar antes que se contamine con el agua residual y que se puede meter a los sistemas, ahí hay una enorme oportunidad; obviamente cuando ya sale por el emisor profundo o por el gran canal del desagüe, ya va revuelta”, concluyó el doctor óscar Escolero, investigador de Aguas Subterráneas del Instituto de Geología de la UNAM.

Vm,