Migrantes yucatecos sobreviven al ‘sueño americano’ en San Francisco

CIUDAD DE MÉXICO, México, sep. 7, 2016.- Este es mi cuarto, ahí está mi computadora, aquí duerme un amigo y acá duerme otro amigo, aquí duerme mi tío y mi primo, y aquí un compañero que está acá por ratos, narra William Sosa, un migrante mexicano que vive en San Francisco, California.

William es originario de Yucatán y tiene ocho años viviendo en Estados Unidos. Trabaja en dos restaurantes ocho días a la semana y para poder ahorrar dólares comparte su departamento con cinco personas.

Cada mes, Wiliam envía entre mil y dos mil 500 dólares a su familia en Oxkutzcab, Yucatán.

“Antes no había mucho trabajo, no tenías varias horas en el trabajo, si trabajabas seis, no más de ocho horas y ahora te dan hasta diez ó 12 horas para que trabajes, siempre y cuando las quieras trabajar”, explica.

No gasta en alimentos porque come en los restaurantes donde trabaja. Su dinero lo envía a sus familiares en México y una parte lo ha invertido en una casa que construye en Oxkutzcab.

Erick Cauich tiene ocho años viviendo y trabajando en San Francisco.

A los 19 años fue comandante de Policía en Oxkutzcab, Yucatán, donde nació, pero ganar dinero lo motivó a emigrar a Estados Unidos.

“Desde que vine empecé a trabajar y no he desaprovechado ni un minuto, todo mi dinero lo he enviado, no voy a las discotecas, no voy a los antros, no voy a los bares, del trabajo a la casa”, relató Erick.

Hace dos años Erick obtuvo un tiempo completo y horas extra en su trabajo, lo que le permite ganar más dólares para enviarlos a su familia en Yucatán. Allá mantiene a sus papás y está a punto de terminar su casa.

“Envío cada 15 días, envío de 800 a 500 dólares, son un montón de horas, me pueden dar menos tiempo, pero para que desaprovechar las 12 horas cuando a la casa solo me voy a acostar o a ver tele”, narró Erick.

Alberto Pérez Rendón también es originario de Yucatán y dirige la Asociación Maya Yucateca del Área de la Bahía (Asociación Mayab) en San Francisco.

“La economía se encuentra en un momento muy vital, muy álgido, la gente de Yucatán, en nuestro caso, pero la gente de otras regiones también, tiene acceso a esos empleos y ahora tienen dos o tres empleos, dependiendo de lo que necesiten”, dijo Alberto.

Lucy Góngora es otra migrante yucateca de los miles que trabajan en la industria restaurantera en San Francisco. Hace un año consiguió un segundo trabajo y desde entonces manda más dinero a su familia.

“Soy preparadora en el restaurante que se llama El Nopalito y trabajo cuatro días en otro restaurante que es de comida mexicana”, dijo Lucy, quien cada quincena envía entre 500 y mil dólares a México, donde ya construyen el segundo piso de su casa.

“Un cheque no me alcanza, solo sería para mis gastos y el otro cheque sería para apoyar a mis hijas para ahorrar un poco”, aseguró.

Se estima que en San Francisco y en los alrededores viven 50 mil yucatecos de los 180 mil que migraron a Estados Unidos.

Históricamente se ubicaban en el distrito de Mission, pero hace unos años, por el incremento en las rentas de apartamentos, se desplazaron al distrito Civic center, donde se ubica la zona de Tenderloin.

“El Tenderloin es el vecindario que forma parte del centro cívico y se ha conocido en el pequeño Oxkutzcab o el pequeño barrio maya por la gran cantidad de migrantes mayas que se han mudado a este vecindario”, afirmó Alberto Pérez Rendón, de la Asociación Mayab.

En 2015, Gladys Trujeque se mudó del distrito Mission a Tenderloin. Originaria de Oxkuzcab, Gladys relató cuáles son los sacrificios que realizan los migrantes mexicanos para ahorrar dinero y enviarlo a sus familiares.

“Viven en un cuarto pequeño, Viven entre diez, 12 personas y unos trabajan en la noche, otros en la mañana, tal vez por eso tienen para mandar más, yo comparto y pago mil 200, la renta normal es de tres mil, en lugares muy bonitos la renta es hasta de cinco mil”, afirmó Gladys, migrante yucateca en San Francisco.

Las remesas enviadas a México además de cambiar la calidad de vida de las familias con parientes en el extranjero, mejoran la economía de las zonas expulsoras de migrantes debido a que los mexicanos en Estados Unidos invierten su dinero en sus ciudades de origen, a donde piensan volver en un futuro.

“Quién no desearía estar en México, están tus abuelas, tu mamá, tus sobrinas, toda la familia, hay que regresar para allá”, dijo William Sosa, uno de los miles de migrantes yucatecos que trabajan en San Francisco, en Estados Unidos.

LHE