El arzobispo Charles Scicluna, quien investiga en Chile acusaciones contra un obispo de encubrir abusos sexuales, fue sometido a una operación de urgencia de la que se recupera satisfactoriamente, por lo que su asistente lo reemplazó en las reuniones con testigos y víctimas del polémico caso.
El portavoz de la Conferencia Episcopal, Jaime Coiro, dijo a periodistas que el investigador había comenzado a sentir molestias en los últimos días, por lo que en la noche del martes fue trasladado a una clínica de la zona oriente de la ciudad.
El médico tratante, Alonso Rioseco, detalló a periodistas que se le realizó una cirugía laparoscópica para extirparle la vesícula, por lo que deberá permanecer internado entre 48 y 72 horas, lo que le impediría tomar su vuelo de retorno, previsto para el viernes.
Coiro explicó que el papa Francisco decidió que el proceso continúe a cargo de Jordi Bertomeu, un sacerdote español que oficiaba como notario para el caso, con el fin de no alterar los encuentros ya fijados, como el que sostuvo durante la mañana con José Murillo, una de las víctimas de Karadima.
“Por lo que pudimos percibir, monseñor Scicluna y el padre Bertomeu son un equipo bastante cercano y trabajan con la misma mano. Pareciera que no hay ningún cambio”, dijo Murillo.
Es “muy gratificante y en cierto sentido también reparador que personas de la Iglesia por fin te inviten para poder ser escuchado”, agregó.
Karadima, pese a negar las acusaciones, fue excluido del ministerio público, aunque evadió el enjuiciamiento penal porque según la ley chilena habían prescrito los delitos.
Con información de Reuters
MLV