CRIMEN Y SEGURIDAD

Una mexicana está acusada de terrorismo en España

“Yo me convertí al islam el 5 de julio del 2008. Era un sábado y fue en Monterrey, ahí fue. Yo no conocía a ningún árabe ni a ningún musulmán extranjero. De hecho, los primeros musulmanes que yo conocí eran de Monterrey, eran de Monterrey”, subrayó la mexicana Ana Marilú Reyna.

Ana Marilú Reyna, ciudadana mexicana y madre de dos hijos, está acusada en España de enaltecimiento del terrorismo islámico y reclutamiento de mujeres para el grupo terrorista Estado Islámico.

Hayar, como también se le conoce desde hace años cuando se convirtió al islam, por primera vez habló a Noticieros Televisa

“Voy ante la juez, con la jueza, con la fiscal y bueno, pregunté ahí qué es lo que he hecho yo y dicen; está usted detenida por un delito de terrorismo yihadista, por enaltecimiento, por captación, por auto adoctrinamiento y por colaboración”, recordó Ana Marilú Reyna, durante la entrevista.

-“¿Y eso es verdad?”, cuestionó el corresponsal.

-“Por supuesto que no”, respondió la mexicana.

A 8 mil 712 kilómetros en Monterrey, donde Marilú nació hace 38 años y pasó su infancia y juventud queriendo ser monja, su madre, Catalina, viuda de 80 años, recuerda el momento en el que hoy hace un año se enteró de que su hija estaba presa, para convertirse así en la primera mexicana con supuestos vínculos con el terrorismo islámico.

“Timbra el teléfono y me habla una comadre. Me dice, oye comadre, ¿no has visto la televisión? Le dije no, ¿por qué? ¿qué pasó? Dice, fíjate que dicen que detuvieron a una mexicana, regiomontana dice y parece que fue Lulú, pero, ¿¡cómo comadre!? Dijo, sí, así fue. Entonces yo me comunico a España y me contesta una amiga de Marilú. Dice, mire doña Cata, dijo, le voy a ser sincera”, recordó Catalina, la madre de Marilú Reyna

El marido de Ana Marilú Reyna y padre de sus dos hijos, Aziz Zaghnane, marroquí de 43 años, lleva 24 meses en prisión.

“A él se le acusa de lo mismo que se me acusa a mí y aparte de ser el líder de una célula que trabajaba en Pinto y Ciempozuelos. Ciempozuelos es otra localidad que está al sur de Madrid”, explicó Ana Marilú.

En la pequeña casa en el centro de Monterrey, de su vida en el islam y con Aziz, sólo hay un par de fotografías.

“Aquí en México fue donde lo conoció por internet. Entonces él vino un diciembre cuando se casaron, en el 2010. Él vino, habló con mi esposo, él se la pidió y al siguiente día se casaron por la mezquita, una que estaba aquí en Padre Mier y Garibaldi”, manifestó Catalina, madre de Marilú Reyna.

Desde el modesto departamento en la zona obrera a las afueras de Madrid, donde vive su proceso en libertad condicional, Ana Marilú niega tajantemente cualquier vínculo con el terrorismo.

“Cuando escucho eso digo; vamos a ver, o sea, ¿Pero qué es lo que ha pasado para que la gente piense que yo hago eso? Y lamentablemente, cuando preguntaba no me daban las respuestas a pesar de que había firmado una hojita ahí en los calabozos de la Audiencia Nacional donde me decían ‘usted tiene derecho a estar informada’”, dijo.

Antes, Marilú estuvo presa un año en las cárceles Ávila y Soto del Real. Recuerda la experiencia como algo horrible:

“Es una de las experiencias más duras que una persona puede vivir. Porque, aunque sabemos que existen las cárceles y que hay personas ahí, pero hasta que no se está adentro, no se vive, no se duerme, no se come y no se duchan con las personas, nadie sabe lo que es estar ahí. Porque estuve en la cárcel, pero dentro de la cárcel estuve dentro de otra cárcel, ¿qué quiere decir esto?, que estaba aislada”.

Ana Marilú Reyna en entrevista con Noticieros Televisa. (Noticieros Televisa)

Doña Catalina viajó a Madrid y se convirtió en la única visita que recibió en esos doce meses.

“La primera ocasión no pude hablar con ella, yo solamente la vi por un vis a vis. Y me decía, madre, ¿por qué no hablas? No podía hablar, porque yo sabía que iba a llorar, yo no quería que ella me viera triste, no quería que me viera triste. La segunda vez, cuando ya la cambiaron de reclusorio, entonces sí fuimos, pero ya la vimos en un locutorio. Ahí le llevamos a los niños, a los 2. Y ahí ya nos abrazamos y conversamos, pero para mí fue muy duro cuando fue la persona y se la llevó. Y se la llevó ya para que nosotros saliéramos de ahí del locutorio con los niños y todo”, dijo.

Ahora, le duele no poder ver a sus hijos, ella no puede salir de España y los abuelos paternos a cargo no pueden salir de Marruecos para llevarlos.

Y a la distancia, en México, la incertidumbre y el dolor aumentan por kilómetro.

“Sí, sí hablo con ellos. – Y ¿Qué les dicen?. – ¡Ay! les da mucho gusto. – ¿Qué les dicen?” – ¡Tata, Tata!, ¿cómo estás? porque mi nieto no mayor, no me podía decir Cata, y como ya que todos me decían Cata, entonces él me decía Tata. Y así se me quedo, cuando hablo con los niños, ¡Tata, Tata!, ¿cómo estás? “, recordó Catalina.

La familia Zaghnane Reyna está destruida a pesar de que no hay pruebas concluyentes de sus vínculos con el terrorismo, Marilú deberá enfrentar un juicio y su marido continúa en prisión.

“¡Jamás, jamás! jamás vamos a ver, que yo, ni si quiera yo, con las personas de Pinto musulmanas no tenía mucha comunicación con ellas”, insistió Ana Marilú.

Por su parte, Jacobo, el abogado de Marilú, señaló:

“Pues finalmente la acusación es por un delito de enaltecimiento del terrorismo. Que hoy le están pidiendo una pena de un año y medio en prisión con expulsión en vez de la ejecución de la pena, una vez cumplido un periodo mínimo de prisión, de esa cantidad. Normalmente sería expulsión directamente, en caso de condena en México, por supuesto”.

“No sé decirle qué fue lo que pasó con ella, pero de que ella esté metida en un terrorismo, no lo creo. Y aquí sí me atrevo a decir meto las manos al fuego por mi hija”, insistió Catalina.

Y un estigma que será difícil de borrar.

 

Con información de Danielle Dithurbide y Alberto Peláez

 

AAE