Papa Francisco pide a monjas de clausura en Perú ayudar a necesitados

El papa alabó la dedicación a la oración de las monjas de clausura y pidió que recen por los más necesitados, pero que si podían, también les ayudaran, durante una celebración que ofició en el santuario de las Nazarenas de Lima, en su último día de visita a Perú.

Francisco comenzó su último día de viaje en Perú con una celebración con unas 500 monjas de clausura en este santuario dedicado al Señor de los Milagros regentado por las Nazarenas Carmelitas descalzas.

Comenzó su homilía con una broma: “Al verlas a ustedes aquí, me viene un mal pensamiento: Que aprovecharon la visita para salir del convento y darse un paseíto”, y arrancó las risas de las religiosas.

Repitió las palabras de la Madre Superiora sobre que la oración es siempre misionera y entonces les instó a rezar e interceder “por muchos hermanos y hermanas presos, emigrantes, refugiados y perseguidos; por tantas familias heridas, por las personas en paro, por los pobres, por los enfermos, por las víctimas de dependencias, por no citar más que algunas situaciones que son cada día más urgentes”.

Aseguró que con la oración, día y noche, a lo que se dedican principalmente estas monjas, “acercan al Señor la vida de muchos hermanos y hermanas que por diversas situaciones no pueden alcanzarlo para experimentar su misericordia sanadora”.

Sean “sin-verguenza”, les dijo, y agregó “no tengan vergüenza de que con la oración acerquen al Señor a la miseria de los hombres”.

También les dijo que “no se puede ser monjas contemplativas con el corazón encogido” y que “las monjas encogidas son monjas que han perdido la fecundidad, que no son madres, se quejan de todo (…) y van buscando siempre un tiquimisquis para quejarse”.

Y por ello, aseveró, “podemos afirmar que la vida de clausura no encierra ni encoge el corazón sino que lo ensancha por el trato con el Señor y lo hace capaz de sentir de un modo nuevo el dolor, el sufrimiento, la frustración, la desventura de tantos hermanos que son víctimas en esta cultura del descarte de nuestro tiempo”.

Las invitó entonces a que la intercesión por los necesitados sea la característica de su oración y, “cuando sea posible ayúdenlos, no sólo con la oración, sino también con el servicio concreto”.

Las pidió rezar mucho por la unidad de la Iglesia peruana que está “tentada de desunión”.

También les exhortó a que no fueran “chismosas” porque eso es ser “terrorista” porque el “chisme es como una bomba” y les dijo que el mejor remedio para no contar un chisme es “morderse la lengua”

La Iglesia “no las tolera, sino que las necesita”, dijo el pontífice argentino que se despidió pidiendo que recen “por los pastores, por los consagrados, por las familias, por los que sufren, por los que hacen daño, por los que explotan a sus hermanos” y añadió, “siguiendo con la lista de pecadores: recen por mí”.

Con información de EFE.

RAMG