POR EL PLANETA

Eilat, la costa israelí que revela los tesoros del mar Rojo

Nos dirigimos hacia el extremo sur de Israel, muy cerca de la frontera con Egipto y Jordania. En las orillas del Golfo de Aqaba, en el mar Rojo, se levanta Eilat. Es una ciudad construida en el desierto del Négev, uno de los más áridos del mundo, que sólo suaviza su entorno con la brisa del mar.

Eilat posiblemente es la ciudad del mundo más amigable para el buceo. Tanto así, que existen más centros de buceo que plazas comerciales. Aquí todo hace alusión al mar, los señalamientos, los murales pintados en las calles, las glorietas. Incluso es posible ver en las calles a buzos caminando con el equipo autónomo puesto. Son apenas 10 kilómetros de costa sobre el Mar Rojo, pero suficientes para descubrir uno de los lugares más sorprendentes del mundo submarino.

Eilat, la costa israelí que revela los tesoros del mar Rojo (Noticieros Televisa)

Nos preparamos para una inmersión. El reconocido fotógrafo Manuel Lazcano revisa su equipo. Para Manuel nuestra más absoluta gratitud, porque durante más de cuatro años nos ha mostrado las maravillas de la vida silvestre.

El mar Rojo es una cuenca del Océano Índico, se caracteriza por sus extensas plataformas de baja profundidad, en las que se encuentra abundante vida marina.

Avanzamos unos 70 metros desde la orilla. El lecho marino va descendiendo suavemente hasta los 18 metros de profundidad, donde comenzamos a observar grandes formaciones de coral.

A 24 metros de profundidad encontramos los restos de un naufragio. Es el barco Satil. Tiene unos 40 metros de eslora. Se trata de un buque crucero que hace más de 30 años participó en varias operaciones militares de Israel. Pero el barco envejeció y en 1994 decidieron hundirlo a las orillas del mar Rojo. Lo que una vez fue un instrumento de la guerra hoy es un arrecife artificial lleno de vida.

Barco hundido convertido en arrecife en Eilat, Israel (Noticieros Televisa)

Observamos corales suaves que se han formado en lo que fue la torre de instrumentos de navegación. Y también hay corales duros, un grupo de damiselas busca comida.

Nos llama la atención la abundancia de pez león, y aunque es una especie invasora, es una especie con rasgos muy interesantes. Observe los dos apéndices que sobresalen de su cabeza, con dos puntos que asemejan unos ojos. Sus aletas son muy llamativas, pero son venenosas, con una toxina que puede causar parálisis respiratoria.

Manuel Lazcano registra un sorprendente pez que se oculta entre los tentáculos de una estrella canasta. Se trata de un pez sapo nueva guinea, y créame no es fácil encontrarlos. Es una extraña criatura cuyas aletas pectorales tienen forma de pies. Se desplaza como si caminara sobre el cabo que está atado a la boya de buceo. El pez sapo atrae a sus presas con un apéndice o filamento que sobresale de su cabeza, como si se tratara de un sedal.

Pez sapo que habita en arrecife artificial de Eilat, Israel (Noticieros Televisa)

Encontramos a una colonia de peces pipa, también se les conoce como pez aguja. Son parientes de los caballitos de mar. Llegan a medir hasta 11 centímetros, su boca tubular es alargada y les sirve para absorber el alimento. Es un espectáculo ver cómo se mueven entre los corales.

El Satil se ha convertido en refugio de los pequeños peces de arrecife. Manuel Lazcano penetra el pecio desde la popa. Avanza sobre las diferentes cubiertas del barco, a unos 21 metros de profundidad, y asciende hacia la proa a unos 18 metros de profundidad. A su paso va encontrando diferentes especies de peces. Pero este sorprendente acuario también nos revela sus secretos durante la noche.

Encontramos a un calamar, son moluscos cefalópodos. Los calamares poseen un corazón sistémico y dos corazones branquiales, con ocho brazos y dos tentáculos. Son capaces de cambiar de color en caso de sentirse amenazados.

Mañana, los arrecifes de coral del mar Rojo.

Con información de Alberto Tinoco

MLV