POLíTICA

Kenyatta asume nuevo mandato en Kenia sin reconocimiento de la oposición

Uhuru Kenyatta fue investido este martes presidente de Kenia entre promesas de unidad, mientras buena parte del país, comandada por la oposición, se niega a reconocerlo como jefe de Estado legítimo y se prepara para proclamar a su líder, Raila Odinga, como mandatario.

Kenyatta, que cumplirá así su segunda y última legislatura al frente de Kenia (gobernará hasta 2022), habló repetidamente de unidad en su discurso, en el que se comprometió a trabajar con los líderes políticos del país para garantizar la cohesión de los ciudadanos y dio por finalizado el proceso electoral.

El jefe de Estado se comprometió a gobernar para todos los kenianos: “Prometo ser el custodio de los sueños de todos y el guardián de las aspiraciones de aquéllos que me votaron y también de los que no. Todos los kenianos se merecen nuestra atención”.

Mientras tanto, en un acto paralelo, Odinga anunció que la llamada asamblea popular, un mecanismo formado por su partido, la Súper Alianza Nacional (NASA), para ejercer un poder alternativo, le investirá presidente el próximo 12 de diciembre.

Así pues, la mitad del país celebraba junto a los cerca de 60.000 asistentes a la ceremonia de investidura de Kenyatta, que tuvo lugar en el estadio de Kasarani, en Nairobi, mientras la otra mitad aún espera a que su presidente sea proclamado.

En el acto oficial, varios líderes extranjeros, entre ellos los de Uganda, Ruanda, Botsuana, Sudán del Sur y Zambia, felicitaron al jefe de Estado.

El mandatario habló de respeto al Estado de derecho y de una “liberación de las quejas del pasado” para construir “una Kenia estable y próspera para todos”.

“Ninguno de nosotros debería saltarse la ley y el orden constitucional, sean cuales sean nuestras quejas”, advirtió.

Tanto Kenyatta como su vicepresidente, William Ruto, exhortaron a los ciudadanos a rechazar “las políticas de división, odio y violencia” y tomar en su lugar “el camino de trabajar juntos por Kenia”.

Mientras tanto, los líderes y seguidores de la NASA huían del gas lacrimógeno lanzado por agentes de la Policía, que había advertido que no permitiría ningún acto público hoy aparte de la investidura de Kenyatta.

Opositores queman llantas en Kenia en protesta contra la investidura de Kenyatta. (Reuters)

La oposición había convocado una misa multitudinaria en memoria de las víctimas de la brutalidad policial durante el período electoral, pero las fuerzas de seguridad acordonaron la zona donde iba a celebrarse y se enfrentaron a los seguidores de la NASA, que se resistían a marcharse del lugar.

Sin embargo, horas más tarde llegaron al área los líderes opositores, que se dirigieron a los fieles que aún permanecían en la zona.

“Uhuru Kenyatta no es el presidente de Kenia. No reconocemos las elecciones del 26 de octubre”, indicó Odinga.

En su discurso, Odinga puso como ejemplo a seguir los hechos recientes en Zimbabue, donde Robert Mugabe se vio forzado a dimitir tras 37 años en el poder, lo que dio paso a la proclamación como presidente de Emmerson Mnangagwa, que había sido destituido como vicepresidente dos semanas atrás.

“Saben que Raila Odinga no es un cobarde. La semana pasada, Mnangagwa fue investido. Haremos como él: tomó posesión de su cargo y se fue al palacio presidencial”, avanzó el líder opositor.

Pese a que la NASA mantenga el pulso político y muchos de sus seguidores continúen con el boicot a las empresas percibidas por la oposición como colaboradoras del oficialismo, la situación de inestabilidad no podrá durar demasiado tiempo en el país.

Buena parte de la población de Kenia vive con menos de dos dólares al día, por lo que un paro económico supone que muchos de ellos no puedan subsistir sin trabajar.

Durante el período electoral, Odinga ya convocó una huelga general en el país en protesta contra la Comisión Electoral que no fue secundada masivamente precisamente debido a este motivo.

Kenyatta venció en la repetición de las presidenciales del 26 de octubre con más del 98 % de los votos ante el boicot electoral de la NASA, que fue clave en el descenso de la participación de un 79,5 % al 38,9 %.

La oposición se negó a participar en estas elecciones al considerar que la Comisión Electoral no garantizaba que no se volvieran a repetir las irregularidades que llevaron a la anulación de los resultados de los comicios del 8 de agosto.