Las banderas ondeaban a media asta este miércoles en una conmovida ciudad de Rosario, donde vivían las cinco víctimas argentinas de un ataque en Nueva York, como homenaje a los exalumnos de un colegio local que habían viajado a Estados Unidos para celebrar los 30 años de su graduación.
“Fueron a celebrar la vida y encontraron la muerte”, dijo a Reuters Jorge Cetta, secretario de Relaciones Institucionales del Instituto Politécnico Superior de Rosario, del cual egresaron las víctimas.
La escuela dictó clases normalmente el miércoles, pero hubo un minuto de silencio y los profesores dedicaron tiempo a reflexionar sobre el ataque.
Decenas de personas se congregaron por la noche en la esquina del colegio, llevando velas encendidas en sus manos, para recordar a los tres arquitectos, el ejecutivo y el empresario fallecidos.
“Siento impotencia. Un loco les cortó la vida, les terminó un sueño de amistad”, dijo Marta Albert, una enfermera de 58 años que participó de la vigilia del miércoles en Rosario, una ciudad de cerca de un millón de habitantes ubicada a unos 300 kilómetros al norte de Buenos Aires.
Según el cónsul argentino en Estados Unidos, Mateo Estremé, los ciudadanos argentinos “esa tarde decidieron alquilar bicicletas. Estaban en filas de a dos, dirigiéndose desde el sur de la isla (Manhattan) hacia el norte. No tuvieron tiempo de reaccionar cuando comenzaron a ser atropellados”.
Tras conocerse la nacionalidad de las víctimas, el presidente Mauricio Macri pidió el miércoles el compromiso de todos para luchar contra el terrorismo. “Todos tenemos que estar comprometidos de pie a cabeza en la lucha contra el terrorismo”, señaló el mandatario antes de un evento en Buenos Aires.
Con información de Reuters.
FJMM
