Un sacerdote en Argentina se negó a bautizar a un bebé tras nacer por inseminación artificial. Soledad Castillo al asistir emocionada a la parroquia en Ingeniero Huergo, Río Negro, para solicitar el bautismo para su pequeño hijo Pedro, fue rechazada por confesar que ella y su marido Cristian Gariglio habían buscado a su hijo durante 11 años y solo un tratamiento científico los pudo ayudar.
Soledad tenía las trompas de falopio adheridas. La inseminación asistida fue la única salida. El embarazo fue complicado porque ella tiene un solo riñón y problemas de presión, además, Pedro nació prematuro y consideraban necesario bautizar a su primogénito en la única iglesia católica del pueblo.
El padre Adam Michal Rudnicki atendió a la mujer, pero al enterarse lo que había atravesado para ser madre dijo que la inseminación es pecado’.
El caso de Soledad y Cristian ha generado distintos comentarios en redes sociales.
Con información de infobae
HVI
