Un total de 16 focos han consumido casi 86,000 hectáreas de pastizales y árboles en ocho condados en un área mayor que la ciudad de Nueva York.
Las 35 muertes confirmadas -19 en Sonoma- representan la mayor pérdida de vidas humanas en un sólo evento de incendios del que se tenga registro en California, sobrepasando las 29 muertes en el incendio de Griffith Park de 1933 en Los Angeles.
Algunas de las víctimas estaban dormidas cuando las llamas consumieron sus hogares y muchos sobrevivientes tuvieron apenas minutos para escapar del fuego.
Hasta el viernes aún había 235 personas desaparecidas en Sonoma y miles de viviendas incineradas aún por registrar, por lo que autoridades han señalado que el número de víctimas podría aumentar.
Cerca de 100,000 personas han debido dejar sus casas, incluyendo a otros 3,000 evacuados de la ciudad de Santa Rosa, a unos 80 kilómetros al norte de San Francisco, y otros 250 de la cercana ciudad de Sonoma.
Más de 10,000 bomberos están combatiendo los incendios, que han destruido unas 5,700 viviendas y provocado estragos en la industria vinícola de California y en el turismo relacionado, dañando o destruyendo al menos una decena de viñas en el valle de Napa.
El viernes, equipos de trabajo en tierra ganaron terreno gracias al retiro de vegetación a lo largo del flanco sur de los incendios, removiendo elementos altamente combustibles cerca de las áreas pobladas pero el clima seco y los vientos complicaban los esfuerzos el sábado.
“Si empiezan nuevos incendios podrían propagarse extremadamente rápido”, dijo Brooke Bingaman, meteoróloga del Servicio Meteorológico Nacional en Sacramento, California, en un video divulgado en Facebook.
“Está muy seco ahora mismo. Esto también podría ser problemático para los actuales incendios forestales y los bomberos que tratan de combatirlos”, agregó Bingaman.
Con información de AP.
RAMG