La familia Silva, de origen mexicano, vive en Immokalee, Florida, zona ubicada en el condado de Collier, donde habitan 16 mil 500 mexicanos.
A este territorio de la zona occidental de Florida lo golpeó directamente el huracán ‘Irma’.
“La cosa es seria. El agua nos llegó hasta las rodillas, aquí se inundó y todos tuvimos que salirnos a última hora de aquí de la casa. Por los adultos no había problema, pero teníamos niños”, recordó Roberto Silva, mexicano habitante de Immokalee.
Aunque ya pasaron varios días, los daños aún son visibles.
Puente de imagen, inundaciones, casas dañadas y falta de electricidad
Además, no hay trabajo.
“Los lugares donde trabaja ¿No se dañaron? Sí, demasiado y mucho porque no tenemos electricidad ¿Pueden trabajar en la construcción? Parcial, porque muchos lugares están inundados”, agregó.
Los migrantes indocumentados temen pedir ayuda al gobierno estadounidense.
“No podemos decir si vamos a pedir ayuda del gobierno” ¿Por temor? “Ajá” ¿Aquí hay mucha gente indocumentada? “Sí”, explicó Eduardo.
Para los jornaleros el trabajo está parado porque los campos están inundados.
“Este año se va a afectar mucho, mucho porque toda la siembra se echó a perder y como en diciembre ya viene el frío, se quema otra vez para la gente va a ser un poco complicado”, aseguró
En un sembradío como este destinado al cultivo de jitomate llegan a trabajar alrededor de 250 jornaleros que son trasladados a los campos en 3 o 4 camiones tipo escolar.
Puente de imagen campo y camiones escolares
¿Y muchos de ellos no son gente documentada? “No, la mayoría casi sin documentos, la gente que tiene documentos se busca otros trabajos como la yarda o la pintura”, narró Eduardo.
Ganan 8 dólares la hora y 15 centavos extra por cubeta llena de jitomate, durante una jornada de trabajo de 8 horas.
El 80% de la población de Immokalee es mexicana y guatemalteca, vive de trabajar en el campo o la construcción y jardinería, otros trabajan en restaurantes.
‘El Taquito’ fue fundado hace más de 30 años por un mexicano de San Luis Potosí, tiene gran demanda por su menú, y además es el único abierto en el pueblo después del huracán.
Mónica, habitante mexicana de Imolakee, Florida, explica cómo le fue con el huracán:
“Mal porque no hay luz, ni agua para toda la gente y bastantes tráileres se volaron, bastante gente perdió su casas” ¿Y los restaurantes apenas abrieron? “Abrimos ayer” ¿Perdieron dinero? “Sí”.
Es el primer día que Andrés, originario de Guatemala, puede comprar algo para comer.
¿Qué tal pasó lo del huracán? “Algo, con miedo un poco, sí porque pasó fuerte. Siempre se batalló un poco por la escasez de alimento porque las tiendas se cerraron. Apenas están abriendo ya se puede salir a comprar algo”.
Con información de Adriana Valasis
AGHO
