CONFLICTOS ARMADOS

El papa Francisco pide a colombianos huir de ‘toda tentación de venganza’

El papa Francisco pidió este jueves a los colombianos que huyan de la venganza, en el que fue su primer discurso en Colombia pronunciado ante el presidente del país, Juan Manuel Santos, y demás autoridades en la Casa de Nariño.

A una sociedad colombiana que ha quedado fuertemente polarizada tras los acuerdos con las FARC, el papa argentino la instó a “huir de toda tentación de venganza y de búsqueda de intereses sólo particulares y a corto plazo”.

Para ello citó una frase de su exhortación “Evangelii gaudium” (La alegría del Evangelio) en la que se decía que “cuanto más difícil es el camino que conduce a la paz y al entendimiento, más empeño hemos de poner en reconocer al otro, en sanar las heridas y construir puentes, en estrechar lazos y ayudarnos mutuamente”.

“Andar el camino, lleva su tiempo. A largo plazo…”, puntualizó Francisco improvisando sobre su discurso escrito.

“Quise venir hasta aquí para decirles que no están solos, que somos muchos los que queremos acompañarlos en este paso; este viaje quiere ser un aliciente para ustedes, un aporte que en algo allane el camino hacia la reconciliación y la paz”, señaló en la Plaza de Armas del palacio presidencial.

Francisco, que llega a Colombia tras la firma del proceso de paz con las FARC y ante una sociedad aún fuertemente dividida, lanzó un llamado a las instituciones del país para que se aprueben “leyes justas que garanticen la armonía y ayuden a superar los conflictos que han desgarrado esta Nación por décadas”.

El pontífice pronunció un discurso en el que pidió leyes justas, que “no nacen de la exigencia pragmática de ordenar la sociedad sino del deseo de resolver las causas estructurales de la pobreza que generan exclusión y violencia”.

Aunque Francisco nunca citó la firma de los acuerdos con las FARC, sí que quiso valorar “los esfuerzos que se hacen y han hecho en las últimas décadas, para poner fin a la violencia armada y encontrar caminos de reconciliación”.

Para llevar la reconciliación a este país tras 53 años de conflicto, Francisco afirmó que “la búsqueda de la paz es un trabajo siempre abierto, una tarea que no da tregua y que exige el compromiso de todos”.

Abogó “por no decaer en el esfuerzo por construir la unidad de la nación”, a pesar de “los obstáculos, diferencias y distintos enfoques sobre la manera de lograr la convivencia pacífica”.

Francisco insistió en la necesidad de favorecer lo que él ha definido “cultura del encuentro”, que exige “colocar en el centro de toda acción política, social y económica, a la persona humana, su altísima dignidad, y el respeto por el bien común”.

En uno de los países de Latinoamérica con mayor desigualdad social, Jorge Bergoglio animó “a poner la mirada en todos aquéllos que hoy son excluidos y marginados por la sociedad, aquellos que no cuentan para la mayoría y son postergados y arrinconados”.

Recordó entonces la figura del santo español Pedro Claver y de su periplo en el país descubriendo las diversas etnias y los habitantes de las zonas más lejanas, los campesinos.

“Colombia necesita la participación de todos para abrirse al futuro con esperanza”, dijo.

“Les pido que escuchen a los pobres, a los que sufren. Mírenlos a los ojos y déjense interrogar en todo momento por sus rostros surcados de dolor y sus manos suplicantes. En ellos se aprenden verdaderas lecciones de vida, de humanidad, de dignidad”.

Francisco citó entonces un extracto del discurso de aceptación del Premio Nobel de Literatura (1982) del escritor colombiano Gabriel García Márquez en la que decía que “Sin embargo, frente a la opresión, el saqueo y el abandono, nuestra respuesta es la vida”.

“Es mucho el tiempo pasado en el odio y la venganza… La soledad de estar siempre enfrentados ya se cuenta por décadas y huele a cien años; no queremos que cualquier tipo de violencia restrinja o anule ni una vida más”, añadió el papa.

El papa concluyó diciendo a los colombianos que reza por ellos y “por el presente y por el futuro de Colombia”.

SANTOS AGRADECE AL PAPA POR PROMOVER LA RECONCILIACIÓN ENTRE LOS COLOMBIANOS        

Por su parte, el presidente de Colombia, Juan Manuel Santos, agradeció al papa Francisco por estimular al país a que dé “el primer paso” hacia la reconciliación para que haya una verdadera paz entre sus compatriotas.

“De nada vale silenciar los fusiles si seguimos armados en nuestros corazones. De nada vale acabar una guerra si aún nos vemos los unos a los otros como enemigos”, dijo el mandatario en la ceremonia de bienvenida a Francisco en la Casa de Nariño, sede del Gobierno.

Según el presidente, por eso es necesaria la reconciliación, “porque por más de medio siglo nos resignamos a la violencia en nuestro suelo, y sus cenizas de rencor, de dolor, de venganza, todavía son brasas ardientes que debemos apagar”.

“Queremos dar con su aliento el primer paso. Queremos reconciliarnos, queremos reconocernos en las diferencias y aceptar al otro, no como una carga, sino como un don, ¡un don de vida!”, manifestó el presidente colombiano y Premio Nobel de la Paz.

La búsqueda de la reconciliación tras la firma del acuerdo de paz con las FARC es el eje de la visita del obispo de Roma, que tiene como lema “Demos el primer paso”, la frase a la que hizo alusión el presidente.

El jefe de Estado agregó que miles de vidas se han salvado y miles de víctimas se han evitado con la firma de la paz, “pero nos falta dar ese paso renovador, ese primer paso que es el más importante de todos: el paso hacia la reconciliación”.

“Confiamos en que su visita abra el corazón y las mentes de los colombianos a la paz que viene de Dios y habita en el alma de los hombres. A esa paz que ahora estamos construyendo”, añadió Santos.

El mandatario señaló que Colombia necesita “vencer los odios con la fuerza maravillosa del amor” y sus ciudadanos “ser capaces de perdonar y de pedir perdón”.

Santos, quien calificó de “momento único de la historia de nuestro país” el periodo que vive Colombia, también abogó porque esa reconciliación abarque el medioambiente, “que también es un hermano nuestro, que es nuestra casa común”.

 

AAE