Miles de personas acudieron a las calles de Barcelona en un acto contra la violencia tras los ataques del 17-18 de agosto que dejaron 15 muertos y más de 120 heridos.
El Grupo Estado Islámico se atribuyó la responsabilidad de los ataques con vehículos y cuchillos en Barcelona y Cambrils. Ocho sospechosos murieron, dos están presos y otros dos en libertad condicional mientras se desarrolla la investigación.
El lema de la marcha, “no tengo miedo”, surgió de una reacción cívica espontánea a la violencia y fue adoptado por el gobierno y la clase política española de manera unánime.
Conductores de taxis, socorristas y ciudadanos que ayudaron a los heridos encabezarán la marcha, seguidos por el rey Felipe VI, el presidente del gobierno Mariano Rajoy y otros funcionarios.
HVI