“Pido a todos los kenianos a que se comprometan a unas elecciones pacíficas y creíbles, fomentando la confianza en su nueva Constitución y el futuro de su país”, agregó el expresidente demócrata, que dejó el cargo en enero.
Estas elecciones se producen diez años después de la violencia política y étnica de 2007-2008, que dejó más de 1 mil muertos y más de 600 mil desplazados.