ARTE Y CULTURA

Cantan a Pedro Infante en su aniversario luctuoso

En la tumba en el Panteón Jardín, cientos de personas acompañaron a Pedro Infante, lo cobijaron con sus canciones, con sus palabras, con un cariño vivo, nutrido con su carisma, su sencillez, con las imágenes que nos dejó como hombre de campo, como el mil amores, como el entrañable indio Tizoc, un cariño que no ha cambiado, aun cuando han pasado 60 años de su muerte.

Gente que se caracterizaba como el ídolo de Guamúchil, Sinaloa, recordó que escuchaba “las canciones que mi papá ponía de Pedro Infante, de Jorge, de Javier Solis, de José Alfredo, conmigo entró, como dijera la canción, despacito, muy despacito se fue metiendo en mi corazón”.

Entre los cientos de hombres y mujeres que desde temprano llegaron al Panteón se multiplicó la alegría de recordar al cantante y actor, con una misa solemne plena de vida, con su viuda, Lupita Torrentera, con sus hijas Lupita e Irma, con sus nietos, sobrinos, con decenas de familiares, y con su pueblo que cantó y cantó a todo pulmón, sus canciones, decenas de ellas vinieron a su mentes de forma natural …

Aún enamorada permanente de ese sinaloense que se robó los corazones de los mexicanos, Lupita Torrentera, quien fuera su pareja por seis años, y madre de tres de sus hijos, lo recordó como un hombre que “nunca se enojaba; si yo estaba enojada, él decía ‘al ratito vengo’. No porque ya se haya muerto lo voy a hacer grande, no digo mentiras, tenía un carácter precioso”.

La música, decenas de cantantes de México y otros países, el mariachi entonaron las canciones que distinguieron a Pedro Infante por casi doce horas, durante las cuales dejaron que fluyera su cariño en un homenaje vistoso.

El cuerpo acrobático de la policía de tránsito de la Ciudad de México también lo homenajeó, recordando las escenas de la cinta A toda Máquina. En los Estudios Churubusco fue develada una placa en un lugar que ya lleva el nombre de Pedro Infante.

 

 

 

(Con información de Carmen Jaimes)

tfo